Ex Presidente del Banco Central Argentino,Martín Redrado:"Llamar al FMI fue una decisión apresurada, porque no teníamos una crisis de financiamiento"

Las altas expectativas en torno al manejo económico del gobierno de Mauricio Macri, no se han cumplido, a juicio del ex presidente del Banco Central de Argentina, Martín Redrado. Desde su punto de vista hace falta un programa integral que apunte al crecimiento sostenible, el cual no se ha visto en estos años. Aunque también es crítico del llamado de auxilio al FMI, el ahora director general de la consultora Fundación Capital tiene una perspectiva positiva para el futuro, catalogando la reciente crisis cambiaria como un "bache" en el camino de Argentina para convertirse en un "país normal". De hecho, apuesta por que el MSCI decida integrarlos al club de los mercados emergentes.

¿Es Argentina vulnerable a otra crisis cambiaria?

-Argentina tomó la decisión de acudir al FMI, justamente para evitar este tipo de episodios. A mi juicio fue una decisión apresurada, pero ya está tomada, por lo tanto dependerá del monto de financiamiento que se consiga. Las señales que llegan desde Washington son positivas, en términos de que se trate de un paquete lo suficientemente sólido desde el punto de vista financiero, como para ser menos vulnerable a la volatilidad en los mercados internacionales y posibles alzas de la tasa de interés de EEUU.

¿Por qué le pareció una decisión apresurada?

-Acudir al FMI fue una decisión apresurada porque no se trataba de una crisis de financiamiento, lo que había era una crisis cambiaria mal manejada. Argentina no tenía ningún vencimiento perentorio, donde no tuviera acceso al financiamiento, por el contrario tenía 80% de sus necesidades del año prefinanciadas. Había otras alternativas antes de llegar al Fondo, que es una opción que se debería haber preparado con más tiempo. Se puede diversificar monedas en términos de necesidades de financiamiento, todavía tenemos políticas monetarias expansivas que los países emergentes podemos aprovechar.

¿La falta de preparación deja a Argentina en una mala posición para negociar con el FMI?

-Sin duda quita margen de maniobra en la negociación, pero este es el camino que se eligió.

¿Hay algo que le preocupe en esas negociaciones?

-Me preocupa que Argentina esté planteando sólo un ordenamiento de las cuentas públicas, que es una condición necesaria, pero no suficiente para un crecimiento sostenible. No está planteando un programa de crecimiento económico hacia adelante, con los incentivos necesarios para que haya más inversión.

Al ciudadano argentino no le gustó mucho el llamado al FMI, ¿comprende su preocupación dada la historia argentina?

-Por supuesto. Está claro que en el inconsciente colectivo e individual el FMI se asocia a crisis. Por eso también me parece que fue una decisión apresurada del gobierno, que no explicó y de un día para otro apareció con el FMI, todo pareció muy improvisado. Yo tengo otra visión, para mí Argentina no tiene una crisis por delante y no está mal manejada, por lo tanto me parece que no hay que extrapolar el pasado para mirar el futuro. Las condiciones objetivas son muy diferentes a otros momentos en los que tuvimos programas con el Fondo, pero si esto no le explicas eso a la población, lo único que generas es incertidumbre.

¿Cree que se alcancen las metas de déficit fiscal?

-Para 2018 sí, la meta es de 2,7% del PIB, pero en Fundación Capital esperamos 2,5%. 2019 tiene un componente adicional, porque es un año electoral.

Varias entidades recortaron su proyecciones de crecimiento a Argentina. ¿Se va a desacelerar?

-Sí. Recalculamos el crecimiento para este año en 1,1%, desde 2% previo a esta crisis cambiaria y al programa con el Fondo.

Estimación por debajo del consenso...

-No vemos motores de crecimiento.

¿Qué le pareció el intento por congelar las tarifas de los servicios públicos y el veto presidencial?

-La oposición planteó volver al pasado y esa es una opción inviable, pero el gobierno no tuvo la sutileza de poder mejorar un programa de recorte de subsidios, que no tuvo la segmentación adecuada, considerando la capacidad de pago de los usuarios. Argentina, y en particular centros urbanos como Buenos Aires, tiene realidades heterogéneas de acuerdo a los distintos barrios, los que no se tuvieron en cuenta. Fue una discusión que no le aportó nada al país.

Hasta el momento, ¿cuál es su balance del manejo económico de Macri?

-Teníamos expectativas más altas, sobre todo respecto al desarrollo de un programa económico. Hasta ahora han ido paso a paso, pero los problemas económicos son integrales. Hace falta un programa macroeconómico donde esté mucho más coordinada la política monetaria, fiscal y de ingresos; que se vayan planteando objetivos a 3 o 4 años, con monitoreos trimestrales para recuperar la confianza; e incentivos para invertir y exportar. Argentina ha estado creciendo muy por debajo de su potencial.

En el exterior da la impresión de que Argentina no logra salir de los ciclos de crisis. ¿Qué le diría al inversionista extranjero?

-Argentina emprendió un camino para ser un país normal, el cual tiene baches y esto último fue uno de ellos. Yo sigo viendo al país con oportunidades selectivas en sectores como el energético, telecomunicaciones, construcción e infraestructura, banca y servicios financieros, agro, minería y tecnologías de la información.

¿Cree que MSCI sume a Argentina a los mercados emergentes?

-Las perspectivas son relativamente positivas. Tiene un 65% de posibilidades. Indudablemente se percibe que el país está en un camino de reformas y aunque ha encontrado escollos en su camino, los trata de superar de la mejor manera posible, con seriedad y compromiso. Que el FMI acompañe a Argentina en esta etapa da garantías de cumplimiento, aumentando nuestras chances.