Integración digital: el gran efecto de la evolución de la facturación electrónica
Cuando las empresas y el SII comenzaron a darse cuenta de la importancia de la digitalización, la contabilidad evolucionó, generando uno de los cambios más importantes a nivel de simplificación tributaria.
JUSTO cuatro días antes de que asumiera el actual gobierno, el SII celebraba en grande. El 7 de marzo esta entidad completó "con éxito" la implementación obligatoria de la factura electrónica, luego de que en febrero de ese mismo año, se incorporaran a la exigencia las microempresas rurales.
Todo este proceso que inició en 2014 con la adhesión de las grandes compañías (ingresos anuales superiores a $2.340 millones), tuvo otro hito importante en agosto de 2016, con la incorporación de las pymes urbanas, y siguió en febrero de 2017 con la obligatoriedad para las empresas rurales de ese tamaño y microempresas urbanas.
El cambio ha significado una verdadera evolución tecnológica y en la forma de hacer negocios, pero sobre todo, de integración digital. Según Mario Fernández, CEO de Gosocket -una red B2B que nació a partir del uso de la factura electrónica- "la oferta ha evolucionado. Todas las empresas comenzaron a darse cuenta que al estar en una obligatoriedad, el 100% de las facturas de sus proveedores o clientes eran digitales", dice Fernández.
Surge entonces una serie de acciones que se pueden simplificar, eliminando los papeles y unificando la información, algo que rápidamente comenzó a aplicar el SII, donde uno de los principales hijos surgidos de esa unión entre lo digital y lo obligatorio ha sido, por ejemplo, productos como la Propuesta de IVA o la eliminación del libro de compraventa.
"Esto ha permitido de que todo sea más simple, pero además ha disminuido las discrepancias entre empresas y de estas con el SII. Se reducen las dudas y los errores, porque al estar todo digitalizado, el Fisco reúne y unifica la información", comenta el CEO de Gosocket.
Incluso, algo que ayuda bastante en esta línea es que como requisito, todas las empresas deben contar ahora con una firma electrónica, que es la que "sella" todas las facturas electrónicas, evitando adulteraciones y/o modificaciones posteriores a su emisión.
En los últimos dos años hemos ido evolucionando desde lo básico, que significa utilizar el portal Mipyme del SII, a la incorporación de otras plataformas, como el factoring electrónico o la facturación móvil (en teléfonos celulares)", explica Andreas Wiechert, gerente general de Ecertchile, una filial de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), dedicada a entregar dicha firma digital.
Incluso, Wiechert cree que aún hay mucho espacio para mejorar, principalmente "en lo que se refiere a la comunicación entre contribuyentes. Falta avanzar en la definición de reglas de intercomunicación más potentes, sobre todo en regiones, donde muchas veces, las conexiones a internet son intermitentes", dice el máximo ejecutivo de Ecertchile.
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