La ciencia (y arte) de la política monetaria
En las últimas décadas, un grupo importante de bancos centrales en el mundo ha logrado un significativo avance en el control de la inflación. Sofisticados modelos macroeconómicos, que buscan capturar el funcionamiento de la economía, identificar mecanismos de transmisión de la política monetaria y realizar proyecciones, han provisto a los bancos centrales de un marco clave de análisis que ha permitido mejorar la toma de decisiones y su efectividad. Esta es la llamada parte "ciencia" de la conducción de la política monetaria.
Si la conducción de política monetaria fuese sólo ciencia, bastaría con contar con un equipo de economistas bien preparado, construyendo modelos sofisticados que permitieran generar proyecciones para la trayectoria de la tasa de interés consistente con el objetivo inflacionario.
Este no es el caso. En una economía compleja y con incertidumbre, no existe un modelo que pueda asimilar todos los factores relevantes para la implementación de política monetaria. Por eso, la formulación de "juicios" respecto de estos factores y sus implicancias para la trayectoria de la economía es una tarea esencial de las autoridades de los bancos centrales. Esta es la parte "arte" de la política monetaria.
Esta semana el Banco Central presentó su informe de política monetaria. Las proyecciones de crecimiento generaron un debate. Lo anterior, producto de que, dado que en semanas recientes el escenario externo ha empeorado y las cifras de actividad en el margen han sido menos favorables, el consenso de mercado esperaba un tono menos optimista en materia de crecimiento.
La discrepancia en la proyección de crecimiento puede tener su origen en que el Consejo ha ponderado de manera distinta los riesgos que enfrenta la economía. Lo cual es perfectamente legítimo. Resalta, sin embargo, una parte de la justificación del Central a su accionar. El ente emisor señaló que ni el escenario base ni los factores de riesgo pueden elaborarse en base a percepciones subjetivas, expectativas o clima de opinión.
Lo anterior es llamativo, porque podría indicar un cambio en el Central hacia un enfoque basado en una regla de acción más rígida. Una donde el juicio y las incertidumbres asociadas al ciclo económico juegan un papel menor en la decisión. No cabe duda que la parte ciencia es fundamental, pero un adecuado elemento de juicio en las decisiones es también clave para una eficiente implementación de la política monetaria.
Y si en tiempos normales, no considerar factores tales como las expectativas o las percepciones de los agentes, puede ser contraproducente, lo es aún en mayor medida en períodos especiales. Los eruditos en crisis económicas tienden a coincidir en que para entender estos eventos tenemos que reconocer que sus causas tienen un componente significativo de espíritus animales. Donde el juicio y un enfoque de manejo de riesgos es crucial por parte del Banco Central.
Cuando el Banco Central de Chile enfrentó el período de turbulencias internacionales que comenzaron en 2007 lo hizo entendiendo que el contexto internacional requería una especial ponderación. Este enfoque permitió reducir de manera importante los costos para nuestra economía del periíodo de la Gran Recesión. Y no olvidemos que el escenario externo que estamos enfrentando es uno de recuperación de la mayor crisis económica desde la Gran Depresión, con todas las fragilidades que esto conlleva.
Escuela de Negocios UAI
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.