La estabilidad laboral queda atrás... adquirir un bien es hoy el principal sueño de los chilenos

Ventas de Deptos y Casas tras Terremotos

En julio se desarrolló la segunda encuesta “Bienestar de los chilenos en modo Covid”. Y si hace un año el empleo era la principal preocupación, hoy esa meta fue relegada a un segundo plano: comprarse una casa apareció como prioridad. Y mientras el aspecto laboral y el Covid perdían fuerza, surgían temas específicos por región: migración, en el norte; sequía en el centro y los pueblos originarios en el sur tomaron el protagonismo.


Mayo de 2020 fue, hasta entonces, el peor mes desde que el Covid-19 aterrizara en Chile. En total, se contabilizaron 83.665 de los 99.688 contagiados hasta ese momento y 827 decesos de los 1.054 que llevaba Chile desde el comienzo de la pandemia, en marzo. Fue justamente en ese mes cuando la Mutual de Seguros de Chile, el Centro de Economía y Política Regional de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y Cadem desarrollaron la primera encuesta “Bienestar de los chilenos en pandemia”, respecto a los sueños y temores de los ciudadanos.

En ese momento, sin vacuna en el horizonte y con cuarentenas que se extendían sin una proyección clara, el estudio reflejó cómo el ámbito laboral surgía con fuerza entre los principales miedos del país; hoy, un año después, el escenario es otro: prácticamente toda la población objetiva está inoculada y el coronavirus ya ha generado una nueva normalidad. En medio de ese contexto, se desarrolló ahora la segunda encuesta “Bienestar de los chilenos en modo Covid”, y los resultados reflejaron fuertemente el cambio: el ámbito laboral dejó de ser la gran preocupación de Chile.

Entre el jueves 15 y el martes 27 de julio se entrevistó a 2.944 personas entre 25 y 60 años a lo largo de todo el país. Si hace un año la respuesta espontánea que surgía frente al principal problema de la región donde se residía apuntaba directamente a sueldos y empleo, con un 23% del total; ahora tal variable cayó a un 15%. Y surgió con fuerza la delincuencia y las drogas con un 32% de la muestra, frente a un 21% el año pasado. El problema del coronavirus transitó desde un 14% a un leve 4%: descendió de la tercera posición a la séptima. Y si se toman todas las menciones -primer y segundo mayor problema-, pasó del segundo lugar al noveno.

El ámbito laboral no sólo perdió el liderazgo frente a las preguntas en torno a los problemas, sino que descendió también a la hora de abordar los sueños. Si hace un año, gran parte de la población respondía estabilidad laboral (30%) -puntualmente el tener un trabajo estable- frente a la pregunta sobre las mayores aspiraciones, ahora bajó a un 23% y surgió el ‘comprarse un bien’ como la principal aspiración. Un 28% abordó ese ítem como primera opción, y de esa cifra, un 26% apuntó directamente a la adquisición de una casa. Bastante más abajo -con un 3%- apareció el comprarse un auto o un terreno.

“Al final del día, nuestro Estado se está aproximando bastante a un estado de bienestar. Lo que está garantizando el Estado es muy grande y eso hace que la preocupación por el empleo y por los ingresos, que eran los miedos más marcados el año pasado, hoy estén mitigados porque existe ese influjo estatal importante”, interpreta el vicedecano de Ingeniería Comercial de la Escuela de Negocios de la UAI, Alejandro Montecinos. “Esperaría que en 2022 el empleo vuelva a ser un tema en la medida que las ayudas se diluyan”, añade. Todo apuntalado, a su vez, por el retiro de los fondos previsionales.

A nivel de temores, el fenómeno fue similar. En 2020, el podio lo tenían la inestabilidad laboral y la pandemia, con un 29% cada uno, le seguía, más atrás, la delincuencia y drogas, con un 17%. Ahora, este último aspecto pasó a un primer lugar, con un 19%. El aspecto laboral siguió presente, pero sólo con un 17%, y el Covid cayó a un 14% de las menciones. Si en 2020, el cuarto lugar lo tenía la inestabilidad económica, ahora éste fue desplazado por los cambios políticos, que hace un año aparecían recién en la novena posición de los temores de los chilenos.

Si bien los desarrolladores del informe destacan que se requieren más datos para profundizar en el auge que adquiere la delincuencia y las drogas, lo segundo podría estar asociado a un mayor deterioro de salud mental: si hace un año un tercio calificaba su estado mental con nota de 1 a 4, en esta versión ese rango abarca al 38%.

Los temores regionales

“La Encuesta de Bienestar tiene por objetivo conocer la realidad emocional de los chilenos bajo una mirada nacional y regional, las cuales esperamos que, en el largo plazo, puedan aportar a la toma de decisiones y el desarrollo de políticas públicas, pero desde cada región”, explica el gerente general de Mutual de Seguros de Chile, Patricio Martínez.

El análisis no es sólo a nivel país, los chilenos también manifiestan aprensiones puntuales, según la región en la cual viven. Si bien el año pasado los temas asociados al empleo tendían a ser transversales en todo Chile, hoy los temores regionales saltan al primer lugar. Para la II Región, por ejemplo, la migración -con un 39%- es el segundo problema en importancia después de la delincuencia, cuando en el resto del país tal porcentaje no supera prácticamente el dígito. En la otra punta, para la X Región, su segunda preocupación (con un 27%), es la salud, tras el empleo.

Para la IV Región, la principal preocupación -con un 56% de las preferencias- es la sequía. Hoy, Coquimbo está declarada zona de emergencia agrícola dada la escasez hídrica. Y ya hay agricultores que apuntan a una menor producción por falta de agua.

En la IX Región, la problemática también es otra. El 67% de los encuestados señala que su principal problema es el conflicto de los pueblos originarios. En el resto de las regiones, esa situación aparece mencionada de manera aislada; de hecho, en la V Región, definitivamente no está.

El 67% es el porcentaje más alto que aparece en la muestra, sólo comparable con el mismo nivel de preferencia que tiene la delincuencia en la Región Metropolitana, siendo claramente el principal problema, seguido por la desigualdad (25%).

“Es relevante observar cómo van tomando protagonismo las preocupaciones regionales, como la sequía en Coquimbo y Valparaíso, y la inmigración en Antofagasta. Es altamente probable que una vez concluida la pandemia, las realidades locales pasen a liderar las estadísticas con similar porcentaje estadístico que los problemas país”, destaca Montecinos.

Insatisfacción actual, optimismo futuro

¿Qué tan satisfecho estás con tu vida en general? ¿Y qué tan satisfecho crees que está el resto de los chilenos con su vida en general? Hoy, la mitad de los chilenos asegura estar muy satisfecho con su vida. Un porcentaje que se complejiza si a esa misma mitad se le pregunta por el vecino: estiman que sólo un 7% está tan satisfecho como ellos, una disociación que los investigadores le otorgan un cariz sicológico. “Creo que tiene que ver con un tema más estructural y sociológico. Se visualiza una disociación muy patente entre lo que se está capturando con esa respuesta y lo que uno ve en la realidad respecto a la tensión social que existe en Chile”, señalan en la UAI. “A pesar del largo período en el que el coronavirus ha afectado la vida de los chilenos, sigue existiendo una postura optimista respecto al futuro, tanto en el mediano como largo plazo”, explica el gerente de Estudios de Experiencia y Opinión de Cadem, Víctor Solervicens.

De hecho, si bien hoy sólo un 27% señala que su vida ha mejorado frente a un año atrás, un 88% estima que estará mejor en los próximos doce meses y que será mejor aún en un quinquenio más. Ello, en instancias que estiman que la jubilación, el sistema político, la justicia y el modelo económico han empeorado de manera considerable, mientras el resto de los aspectos a medir sólo se han mantenido; las mejoras son muy menores.

“Si se estima que todos los aspectos institucionales están mal, pero espero que mi calidad de vida en el futuro esté mejor, esas expectativas pueden estar radicadas en los cambios que se están discutiendo hoy en la Convención Constitucional”, precisa Montecinos. “Si no es así, hay que seguir buscando qué está explicando esa fe en el futuro que no parece tener un sustento en el presente ni en las instituciones que nuestra sociedad se ha dado”, concluye.

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