Las alternativas que barajan los recintos de eventos ante un futuro aún incierto

Estadio Nacional

Modificar sus espacios, pensados para reunir a una importante cantidad de gente, de momento para hacer frente a los efectos de la pandemia en Chile, es el panorama de las construcciones pensadas para actividades como conciertos, partidos de fútbol, fiestas, actividades empresariales, ferias o lanzamiento de nuevos productos.


Muchos grandes recintos dedicados a ferias, conciertos y eventos se han tenido que adaptar o reconvertir, debido a una actividad nula producto de las restricciones de contacto social que ha impuesto la lucha contra el Covid-19.

A nivel local, el caso más icónico es Espacio Riesco, ya que en la primera parte de la crisis sanitaria se habilitó como hospital de emergencia. Pero su preocupación va más allá de las medidas obligatorias de cierre y cuarentena. ¿Qué pasará cuando se comience a tomar de a poco la “nueva normalidad”? ¿Cómo enfocarán sus servicios y negocios estos lugares?

Otro ejemplo es el Estadio Nacional, que en lo inmediato es parte del plan de caja de alimentos que hoy impulsa el gobierno. “Se han dispuesto cerca de 25.000 metros cuadrados para implementar un centro de acopio. Esto, para luego distribuir los alimentos a las comunas de Ñuñoa, Peñalolén y Macul”, explica el jefe de división de infraestructura del Ministerio del Deporte, Ernesto Urdangarin. El resto de las dependencias está sin uso deportivo o se están realizando obras y mantenciones, agrega.

En esa misma línea, el Movistar Arena también tiene enfocadas sus dependencias físicas a este plan, pero el arriendo es a una empresa que le vende las cajas al Estado. Sobre cómo se están reinventado, dicen que están tratando de acercarse a replicar la experiencia de un concierto en vivo vía online y fortaleciendo sus canales de venta online. Según las proyecciones del grupo Hiller Inversiones, quienes tienen la concesión del Movistar Arena, el recinto en un año normal realiza 120 eventos, lo que equivale a cerca 1.200.000 espectadores.

Desde CasaPiedra comentan que, si bien están dispuestos a utilizar sus dependencias para hacer frente a la crisis, la idea es, una vez recuperada cierta normalidad, volver con un protocolo sanitario que se ajuste a la cantidad de personas por metro cuadrado y ofrecer nuevas experiencias, como en su momento fue el autocine. “Es importante saber que la ciudad y el país tienen que estar preparados para una reactivación económica y los centros de eventos cumplen un rol sumamente importante”, dice su gerente general, Robert Schmitz.

Los hoteles

Por su parte, el rubro hotelero hoy está reformulando todos sus formatos y tamaños, por medio de habilitar las habitaciones para pequeñas oficinas, casas para trabajadores de la agricultura o minería que no pueden volver a sus hogares en sus días libres y como residencias sanitarias, a un costo considerablemente muy por debajo de la tarifa de mercado, según comentan desde la Asociación de Hoteleros de Chile. “La industria hotelera es un socio estratégico para poder afrontar esta crisis muy grande, pero los sectores de la salud, público y privado, lo han subestimado”, afirma su presidente, Andrés Fuenzalida.

Según esta entidad, menos del 5%, de las cerca de 120.000 habitaciones que reúne el gremio, está destinado como un lugar de residencia para la población más vulnerable al virus o que está expuesta de manera permanente a este, como el personal de la salud.

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