Mayor crecimiento, pero aún bajo el mundo
La economía chilena crecería en torno a 3,8% este y el próximo año, marginalmente por debajo de lo que se expandiría el mundo. Esto nos recuerda que aún existe una serie de desafíos por delante para destrabar la inversión.
Expertos consultados por el Banco Central en la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas elevaron a 3,8% desde 3,6% su estimación para el crecimiento este año, mientras que para 2019 también aumentaron su pronóstico a 3,8%, desde el 3,7% previsto en el sondeo anterior. El mismo ente rector, en tanto, elevó su estimación para este año a un rango de entre 3,25% y 4%.
El Banco Central explicó que los datos conocidos del primer cuatrimestre del 2018 muestran una actividad que creció algo por sobre lo previsto en parte por factores específicos. Otra parte de la sorpresa, añadió, provino de la inversión en maquinaria y equipos, la contratación de servicios ligados a la inversión, el comercio mayorista y algunos ítems del consumo durable.
En este contexto, el instituto emisor elevó su proyección para la expansión de la inversión este año a 4,5%, desde el 3,6% previsto en marzo. Este es un cambio radical tras cuatro años de retrocesos en la formación bruta de capital fijo por cuatro años consecutivos. Aunque es un buen logro más que duplicar el pobre desempeño económico de los últimos años, no se debe perder de vista que todavía el país no superará el crecimiento económico mundial. Mientras el mundo crecerá 3,9% este año y 3,8% el próximo, Chile lo hará marginalmente por debajo. Esto recuerda que aún queda mucho por hacer, puesto que Chile debe, por las necesidades que aún tiene y que la sociedad demanda, acelerar su expansión económica para así generar mayor riqueza.
La tarea por delante no es menor, sobre todo si se considera la preocupación del Banco Central sobre el empleo asalariado privado, que, según advirtió, continúa sin mostrar mayor movimiento y se ha agregado una disminución en la expansión de los salarios nominales, lo que impacta en el crecimiento de la masa salarial y las perspectivas para el consumo. El desafío para el gobierno, entonces, es continuar elevando la competitividad de la economía chilena para destrabar la inversión, así como también alivianar el peso de los trámites medioambientales.
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