Mercado laboral es la clave para mejorar las pensiones

Según el Índice Global de Pensiones Melbourne Mercer 2018, el sistema de pensiones chileno es el octavo mejor del mundo (entre 34 países). Aunque mejoró dos niveles, se mantuvo en la categoría B, es decir, es calificado como "un sistema que tiene una estructura sólida, con muchas características buenas, pero tiene algunas áreas de mejora que lo diferencia de un sistema de calificación A".

Entre los desafíos que Mercer considera para el sistema previsional chileno figuran las lagunas previsionales, la baja participación de las mujeres en el mercado laboral (la tasa de participación femenina es de 48,7%, mientras que en el caso de los hombres es 70,7%), así como también de adultos.

Paradojalmente, aspectos de los que el sistema por sí solo no puede hacerse cargo. Como se ha mencionado antes, este ranking pone de manifiesto que el sistema en sí puede ser mejorado, pero que los grandes temas de fondo y estructurales dicen relación con el mercado del trabajo.

Es por eso que a las puertas de que el gobierno presente su proyecto que reformará el sistema de pensiones, sería conveniente tener claridad al respecto y no apuntar a realizar cambios que puedan desnaturalizar un sistema que es reconocido a nivel mundial.

Así, además, de aumentar la cotización obligatoria, hacer cotizar a los independientes e inyectar recursos directos, entre otras cosas, necesariamente debe ser acompañada por una modernización al mercado laboral, que permita dinamizar la contratación en general -y en particular a mujeres y personas de mayor edad-, y que permita a las personas reubicarse más rápidamente cuando pierden su empleo.

También resulta clave desarrollar una política de capacitación de la fuerza de trabajo, dado que, en muchos casos, la nueva economía está dejando fuera del mercado a los trabajadores menos calificados.