Moody's recorta la nota crediticia de Chile pese a repunte económico y compromiso fiscal
No obstante los agentes de mercado no se sorprendieron por esta decisión, señalando que esta agencia sólo está realizando el mismo ejercicio que ya habían efectuado sus pares. No anticipan un impacto significativo, pero son escépticos de la posibilidad de retornar a una clasificación más alta.
Un verdadero balde de agua fría vino a coronar una semana mediática para el gobierno, ya que ayer la agencia Moody's bajó la calificación de deuda de Chile desde Aa3 a A1, cambiando la perspectiva desde negativa a estable.
De esta forma el organismo siguió los mismos pasos que sus pares que hace un año redujeron las notas de nuestro país. En julio Standard & Poor´s descendió en un peldaño el rating de Chile de "AA-" a "A+" con perspectiva estable; y un mes después Fitch recortó desde "A+" a "A" con perspectiva estable.
Las razones de Moody's son semejantes a las esgrimidos por las otras clasificadoras, es decir el aumento del nivel de deuda y el menor crecimiento que impiden una mejoría sustantiva en estos indicadores. "La baja de calificación refleja el deterioro gradual, pero amplio, del perfil crediticio de Chile. A pesar de claras evidencias de una mejora en la perspectiva económica y fiscal a corto plazo, Moody's no prevé que el gobierno soberano recupere la fortaleza crediticia que tuvo en años anteriores", indica en su informe. En ese sentido, la rebaja se produce pese al repunte económico del país que está mostrando el país, con una expansión promedio de 4,7% entre enero y mayo y el compromiso fiscal adquirido por el gobierno de reducir el déficit fiscal estructural de 0,2% del PIB por año.
Respecto de la posición fiscal, la agencia recuerda que el país pasó de superávits a déficits, con un aumento constante de la deuda que se ubicó en 23,6% del PIB (producto Interno Bruto) en 2017, "lo que implica un incremento de 15 puntos porcentuales en el periodo 2010-17 y de 8,6 puntos porcentuales desde el 2014. Con ello el gobierno perdió su estatus de acreedor neto debilitando su métrica fiscal y de deuda".
Y respecto del crecimiento, precisa que "resulta improbable que la economía chilena registre tasas de crecimiento sostenidas en 4% durante los próximos años".
"Siempre hemos dicho que recuperar la clasificación de riesgo es una carrera de largo aliento", indicó el ministro de Hacienda Felipe Larraín al conocer esta decisión.
Cabe recordar que la autoridad se ha trazado como objetivo subir la clasificación del país, por lo que lamentó la calificación: "Sorprende que esta decisión ocurra justo cuando la economía acelera su crecimiento y los ingresos fiscales han aumentado por sobre las estimaciones de mercado. Chile está pagando las consecuencias del deterioro fiscal y bajo crecimiento de los últimos cuatro años".
Para los agentes del mercado obviamente esta determinación de Moody's es una mala noticia, no obstante no se sorprendieron. "Un movimiento de este tipo estaba internalizado, no creo que tenga mayor impacto en costo de intereses para Chile. Parece un tanto extraño que con un mejoramiento del crecimiento y de la deuda pública se haya hecho el downgrade, pero lo cierto es que Chile estaba sobrevendido al tener doble A, ahora quedamos en niveles más normales", acotó el jefe de estudios de Larraín Vial, Leonardo Suárez.
Recordó que si bien el país ha aumentado su gasto público de 17,5% a 23% del PIB, la deuda se estabilizará en torno a 25%, lo cual aún implica un bajo nivel en relación al mundo. Aún así no ve factible cambiar la nota en el corto plazo: "falta más sustancia para generar más crecimiento. Chile debe demostrar que puede crecer a 4% con el cobre en picada para que amerite un upgrade, y eso se ve muy difícil".
Por su parte, la economista de Libertad y Desarrollo (LyD), Carolina Grunwald lamentó la decisión de Moodys: "es una mala noticia considerando los esfuerzos de esta administración. Aunque no es tan sorprendente".
Manifestó que la rebaja en la nota se debe al incumplimiento de la meta de balance estructural el año pasado y al efecto de gastar más de lo que ingresa. "No creo que tenga un efecto significativo mañana en la economía, pero será muy difícil de revertir. Es un balde de agua fría para Hacienda, el daño hecho es profundo y no se soluciona en 4 meses".
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