Producción de cocaína en Colombia alcanzó nuevo récord

La producción colombiana de cocaína nunca ha sido más alta, superando los niveles vistos antes de que el presidente Bill Clinton lanzara el Plan Colombia.

Los terrenos sembrados con arbustos de coca aumentaron un 17% a 171.000 hectáreas el año pasado, cantidad suficiente para producir 1.379 toneladas, informó el miércoles la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. La cifra triplica el volumen de hace cinco años.

La producción supera el récord anterior de 163.000 hectáreas de 2000, año en que comenzó el Plan Colombia. Estados Unidos ha aportado al país sudamericano más de US$10.000 millones en ayuda desde ese momento, más que a cualquier otro país fuera de Medio Oriente y Asia.

El plan no cambió las condiciones en las regiones productoras de cocaína del país, que sufren la ausencia del Estado y no cuentan con títulos de propiedad, caminos u oportunidades económicas legales, aseguró Adam Isacson, experto en Colombia de la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos.

"Las razones por las que los agricultores recurrieron al cultivo de coca no desaparecieron como resultado de los US$10.000 millones en ayuda estadounidense", explicó Isacson en respuesta a preguntas escritas.

La caída de 38% de los precios mundiales del café desde inicios de 2017 también ha motivado que algunos agricultores se cambien a la coca.

El aumento de la producción de cocaína ha socavado el proceso de paz con los rebeldes marxistas, ya que ejércitos privados de narcotraficantes se trasladaron a antiguas zonas guerrilleras para tomar control de las utilidades obtenidas a partir de la droga, lo que ha desatado una nueva ola de violencia. Asimismo, la situación afectó las relaciones entre Bogotá y Washington, aunque el gobierno del presidente Iván Duque, quien asumió el cargo el mes pasado, pone mayor énfasis en políticas favorecidas por la administración de Donald Trump, como la erradicación forzosa, y menos en programas de sustitución voluntaria de cultivos.

Prácticamente toda la cocaína del mundo proviene de Colombia, Perú y Bolivia, y el primer país produce más de la mitad del total. EE.UU. le ha proporcionado ayuda durante al menos seis décadas, lo cual se intensificó en el marco del Plan Colombia.