Puntos de carga: la deuda no resuelta en la electromovilidad para autos particulares
El mercado de autos eléctricos representa sólo el 1,6% del total. No obstante, los usuarios particulares ya presentan problemas de atochamiento en los lugares de carga pública y hay dificultades para instalar cargadores en edificios. ¿Cómo se prepara el país para la electromovilidad?
Las ventas de autos eléctricos se han incrementado. De acuerdo con cifras de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac) se inscribieron 6.904 unidades el 2022, un aumento de más del 100% con respecto al 2021, pero aún representan un porcentaje inferior de todo el mercado automotor del país. Según la Estrategia Nacional de Electromovilidad, desde 2035 sólo se venderán vehículos eléctricos.
Sin embargo, aparte del precio (cerca de $30 millones por unidad), una de las grandes barreras de entrada es la poca cantidad de puntos de carga, la centralización de estos y los tiempos de espera para cargar.
El tema no sólo es un problema local. Un estudio realizado por Accenture señala que la venta de vehículos eléctricos ha aumentado en 60% en el mundo (15% de las ventas totales), pero la infraestructura de carga no avanza al mismo ritmo.
El 17 de mayo pasado se publicó el reglamento sobre interoperabilidad de los sistemas de recarga de vehículos eléctricos para impulsar la carrera de la descarbonización de los automóviles. La norma otorga a la SEC facultades para realizar monitoreos del estado, funcionamiento y desarrollo de la infraestructura pública. “No sólo aborda aspectos de disponibilidad de información, lo que es un gran avance respecto a la regulación vigente. Entrega además a los usuarios herramientas adicionales de planificación y gestión de carga que permitan potenciar el desarrollo de la electromovilidad del país”, explica Marta Cabeza, superintendenta de Electricidad y Combustibles.
Luis Gutiérrez, académico e investigador del Centro de Transición Energética (Centra) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI valora la normativa, y dice que para el parque automotriz que se espera, el mayor desafío es agilizar los sistemas de carga. “No podemos llenarnos de cargadores públicos si los tiempos de espera son los de hoy. Las redes eléctricas van a tener evolucionar para tomar toda esta nueva carga simultánea, porque no fueron diseñadas para aguantar si todos inyectan desde sus casas. Entonces empezaremos a tener problemas de servicio en la red eléctrica, porque hasta ahora la planificación de las redes eléctricas no ha considerado estas tecnologías”.
La proyección de ventas de autos eléctricos al 2035 es de más de 400 mil anuales, lo cual implica un consumo mayor de energía en Chile. Según Enel Distribución, la proyección de consumo per cápita de energía eléctrica a 15 años (en la Región Metropolitana) alcanzaría cifras de países europeos, o sea, cercano a 5.200 KWh/año. La tasa de crecimiento iría en alza, lo que equivaldría de pasar de 5.600 km de redes de media tensión a 9.400 km, e instalar 15.000 nuevos transformadores a 2038. Es decir, casi duplicar la red de distribución. De acuerdo con lo indicado por la empresa, es urgente hacer una profunda reforma al segmento de distribución de modo de impulsar los trabajos necesarios en la red.
Para Francis David, subgerente comercial de Copec-Voltex, en el segmento residencial existen grandes oportunidades a la hora de implementar incentivos para que las inmobiliarias incorporen soluciones de carga en sus proyectos. “También es importante avanzar en normativas para que los proyectos de distribución eléctrica, que son necesarios para expandir la electromovilidad, se ejecuten en tiempos razonables para los clientes. Por otro lado, vemos que de avanzar los proyectos de portabilidad eléctrica y liberalización del mercado, será posible entregarles a los clientes una mejor oferta en cuanto a la tarifa eléctrica”.
En ese sentido, Andrés Barentin, presidente de la Asociación Gremial de Vehículos Eléctricos de Chile, ve que la situación sería bastante auspiciosa para Chile, teniendo plena confianza que los pasos que ha dado el país en términos de electromovilidad son acelerados y un ejemplo para el mundo en transporte público. “Efectivamente el problema son las cargas, pero al tiempo que se masifiquen los autos eléctricos a nivel particular eso ya tendrá solución. En casa no hay problemas de instalación de cargadores, aunque falta regular cómo se podrá hacer en edificios. Por otra parte, en las estaciones de carga pública se ha avanzado, ya puedes hacer una carga rápida en menos tiempo”, dice Barentin.
Para Felipe Donoso, CEO de Enérgica City, empresa dedicada a proyectos de electromovilidad, el panorama sigue siendo muy incierto, mientras la red de cargas públicas sigue aumentando, a nivel privado no se está instalando cargadores como en otros países, “en la medida que la carga sea más simple y fácil, será más satisfactoria, pero el avance de la carga en la vía pública tiene relación con la cantidad de vehículos eléctricos que lleguen. Hoy hay 2.000 y se esperan 25.000. Entonces, la interoperabilidad ayuda, porque hace una presión en el ámbito regulador”. No obstante, le parece crucial que existan incentivos para descomprimir los puntos de carga, “ya que nadie se compra un vehículo pensando en tener una estación de servicio en casa. Faltan tipos de subsidios para implementar cargadores en casa, y edificios”, agrega Donoso.
Desde el Ministerio de Energía señalan que están trabajando para generar instrumentos que faciliten el acceso a la electromovilidad a todas las personas. Hoy estos vehículos están libres de restricción vehicular e impuesto verde y en la Ley 21.505 sobre almacenamiento de energía eléctrica y electromovilidad, de noviembre de 2022, se incorporan incentivos como la exención del permiso de circulación y habilitarlos para participar de la red de distribución eléctrica como equipos de almacenamiento que puedan inyectar energía.
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