Reino Unido suavizará las normas del sector financiero para impulsar la inversión tras el Brexit
La salida del Reino Unido de la Unión Europea le significó un impacto negativo a la industria financiera británica, según la mirada de la propia industria.
Reino Unido presentó el jueves sus planes para suavizar las principales normas bancarias y de seguros, en el último intento de impulsar su vital sector financiero tras la salida del país de la Unión Europea.
El Brexit ha aislado a la industria financiera británica -que representa alrededor del 12% de la producción económica del Reino Unido- de gran parte de la UE, y los responsables del sector quieren que el gobierno acelere las reformas para ayudarla a seguir siendo competitiva a nivel mundial.
El centro financiero londinense también se enfrenta a la dura competencia de Nueva York en la cotización de empresas y una encuesta realizada el jueves mostró que Singapur está ahora casi a la par de la capital británica en la clasificación de centros financieros mundiales.
En línea con las “Reformas de Edimburgo” esbozadas en diciembre, el Ministerio de Hacienda abrió una consulta pública sobre la legislación secundaria propuesta para aplicar las recomendaciones formuladas en una revisión realizada por un grupo dirigido por Keith Skeoch, antiguo jefe de un fondo de inversión.
El proyecto de ley propone aumentar de 25.000 millones de libras esterlinas (US$30.000 millones) a 35.000 millones el umbral a partir del cual se aplica a los bancos el denominado “ring-fencing” o delimitación.
Reino Unido introdujo esta norma en enero de 2019, tras los costosos rescates de bancos por parte de los contribuyentes durante la crisis financiera mundial de hace más de una década. Su objetivo es garantizar que los depósitos estén seguros incluso aunque las actividades bancarias de inversión más arriesgadas pierdan valor. Esto añade costos a los bancos.
El ministro británico de Servicios Financieros, Andrew Griffith, dijo que los cambios previstos harán que la norma sea más adaptable y reducirán el riesgo de consecuencias imprevistas.
“Mejorará los resultados para los bancos y sus clientes, aumentará la competencia y mejorará la competitividad del sector bancario británico”, declaró Griffith, añadiendo que los cambios también impulsarán los préstamos a las empresas más pequeñas.
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