Rosanna Costa: “El Banco Central no ha terminado su tarea de llevar la inflación al 3%, hay que dar el último paso”
Tras una semana en que bajaron a 8,25% la tasa de interés y presentaron el último Ipom del año, la presidenta del Banco Central responde a los críticos que piden ir flexibilizando más rápido la política monetaria: “No vemos indicios de que el riesgo de un sobreajuste se esté materializando”, asegura, y agrega que “hemos avanzado en la consolidación de la baja de la inflación al menor costo posible”. Del mismo modo, sale al paso de los dichos del ministro Marcel sobre los futuros recortes de tasas: “El consejo del BC es quien decide”, enfatiza.
Rosanna Costa está concluyendo su segundo año como presidenta del Banco Central (BC) y lo hace con el logro de haber reencauzado la inflación que en agosto de 2022 llegó a escalar hasta el 14,1% anual, para cerrar este ejercicio en torno al 4,5%. Pero ello ha requerido una dura política monetaria y un ajuste obligado de la economía, la que finalmente en 2023 tendrá un crecimiento nulo. En tal contexto, el instituto emisor recortó esta semana su Tasa de Política Monetaria (TPM) al 8,25%, retomando un mayor ritmo de bajas de 75 puntos base, luego de acotarlo en octubre, y presentó su último Informe de Política Monetaria (Ipom) del año.
Costa profundiza en esta entrevista los mensajes del Ipom, donde uno de los principales es que la tarea para volver a la meta de inflación del 3% si bien se ha avanzado, todavía no ha concluido, lo que implica seguir vigilantes y no apurarse en exceso en reducir la tasa de interés, la que de acuerdo al corredor que presentaron en el Ipom podría situarse en torno al 5% hacia fines de 2024.
De paso, raya la cancha frente a las críticas de un sector del mercado que acusa al BC de estarle generando un costo innecesario a la economía, y frente a los dichos de este viernes del ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien señaló que “en las próximas dos reuniones de política monetaria están previstas bajas importantes de las tasas de interés”.
A título personal, ¿cuál de estos dos primeros años a la cabeza del Banco Central ha sido más complejo?
-El primer año siempre tiene el desafío de ir sintonizando con el cargo, pero además, en este caso, había una inflación que iba muy fuerte al alza y donde se siguieron sucediendo shocks externos que complicaron la situación inicial. Este segundo año partimos con una inflación de más del 12% y una Tasa de Política Monetaria estabilizada en un 11,25%, donde la tarea ha sido ir consolidando la convergencia de la inflación y empezar a reducir esa tasa, en la medida que la economía ha ido completando su ajuste. Y todo esto acompañado, en lo global, de volatilidad, de conflictos bélicos; y en lo local, de los dos procesos constituyentes, donde la autonomía del BC tuvo un valioso respaldo. Por lo tanto, han sido dos años desafiantes, donde considero que se ha logrado afianzar la posición y el respaldo al BC.
¿Y hoy se puede decir ya con certeza que se derrotó la fuerte inflación que afectó al país en 2021-2022, donde superó el 14% anual?
-Hemos dado pasos importantes. Haber bajado la inflación del 14% al 4,8% es un avance significativo, sobre todo para la calidad de vida de las personas que tienen que enfrentarla, pero el 4,8% no es la meta aún y todos los procesos hay que terminarlos. El BC no ha terminado su tarea de llevar la inflación al 3%, hay que dar el último paso. ¿Qué significa eso? Que hay que seguir acompañando este proceso de convergencia y evaluando reunión a reunión. Nuestra proyección indica que hacia la segunda parte de 2024 vamos a llegar al 3%.
¿Qué responde a quienes insisten en que el BC está atrasado con los recortes de tasas y que eso está dañando el crecimiento del país, generando un sobreajuste?
-No vemos indicios de que ese riesgo de un sobreajuste se esté materializando, pero lo ponderamos permanentemente. De hecho, en diciembre de 2022 estimábamos una caída del PIB este año del 0,75% al 1,75%, pero en marzo vimos que el ajuste se retrasó un trimestre, y ahí el rango pasó a -0,5%/0,5%. En septiembre dijimos -0,5%/0%, y ahora nos movilizamos hacia la parte alta de ese rango: 0%, con un consumo y una actividad que ya se empiezan a estabilizar.
¿Puede asegurar que este ajuste ha sido al menor costo posible en actividad?
-Hemos avanzado en la consolidación de la baja de la inflación al menor costo posible. Al llevar la inflación a la meta, siempre se considera el riesgo en ambas direcciones, incluido el efecto en actividad. Ahora, para bajar la inflación tras un shock de demanda como el que tuvimos, y en un contexto de otros shocks inflacionarios, era estrictamente necesario un ajuste de la economía que permitiera llegar a la meta de inflación del 3%. En mi opinión, el nivel de ajuste de la economía es consistente con reencauzar la inflación al menor costo posible.
¿Consideran las visiones de los analistas y del mercado en general?
-El BC tiene sus modelos y su propio análisis, pero ciertamente que si hay planteamientos que los enriquezcan, se consideran.
¿Qué pasó entre fines de octubre y ahora para reacelerar la baja de la tasa de interés?
-En octubre hubo un evento global de alta volatilidad en el cual las tasas de interés de largo plazo tuvieron un aumento adicional significativo, llegando las de EE.UU. incluso sobre el 5%, con el dólar apreciándose y las bolsas cayendo. Eso se traspasó al mercado local, frente a lo cual optamos por ser cautelosos y esperar una evaluación más completa ahora en diciembre. Por eso, si bien mantuvimos la señal de seguir reduciendo la tasa, acotamos el recorte a 50 puntos base. Desde entonces a hoy las condiciones financieras han cambiado, habiéndose revertido buena parte de esos movimientos. En ese contexto, continuamos con la rebaja de la tasa a un mayor ritmo, lo que volveremos a evaluar en la próxima reunión.
Y en ese contexto, ¿el IPC sorpresivamente alto de noviembre fue una falsa alarma? No amagó este mayor recorte…
-Uno siempre tiene que considerar las tendencias, más que la cifra puntual, y en ese 0,7% lo que predominó fue un movimiento de precios volátiles, asociado a frutas y verduras, y transporte aéreo. En cambio, por el lado de la inflación subyacente, no se vio algo que sugiriera un cambio de tendencia.
Mario Marcel dijo en una entrevista radial que “en las próximas dos reuniones de política monetaria están previstas bajas importantes de las tasas de interés”. ¿Es así? ¿Es adecuado que el ministro de Hacienda anticipe las acciones del BC?
-El consejo del BC es quien decide sobre la Tasa de Política Monetaria.
El consejo también da las señales de política monetaria y al respecto ha señalado, con claridad, que la tasa tendrá una trayectoria decreciente, pero en una magnitud a evaluar reunión a reunión. Además, hemos agregado que lo haremos con flexibilidad.
El corredor de tasas que entrega el BC da la noción de que la TPM podría situarse cerca del 5% a fin de 2024, lo que es visto como restrictivo por una parte del mercado...
-Lo primero: el corredor orienta por dónde se moverá la tasa si se consolida el escenario descrito en el Ipom, pero no hay un compromiso, y además señaliza un rango, no un punto. Dicho eso, es importante realzar que la inflación que tenemos hoy, es el resultado del nivel de la tasa de interés de cada momento del tiempo y también de las proyecciones que estamos indicando en el corredor. Con esa señal es que hemos logrado ir reduciendo la inflación, por lo tanto, hay que ser consistentes en el tiempo. Esa señal nos permite estimar hoy que la inflación, en la segunda parte del 2024, llegará a la meta del 3%.
PIB 2024 y tendencial
Finalmente la economía chilena habría crecido en torno al 0% en 2023, algo mejor de lo que esperaba el mercado y el propio BC al inicio de año. ¿A qué respondió eso?
-El cambio de escenario se produjo en marzo, cuando las cuentas nacionales evidenciaron que el ajuste de la economía se estaba demorando más de lo previsto. Ahí revisamos la proyección de crecimiento del PIB 2023 al alza, pero la de 2024 a la baja. Entonces, si se toman los dos años juntos, el cambio es mínimo. Lo que hubo es que el ajuste se desplazó en el tiempo, pero la magnitud es muy similar a la estimada.
¿No tuvo una mejor proyección Hacienda, que siempre entregó una visión menos pesimista? Para 2024 de nuevo ellos están algo más arriba, con un 2,5%...
-No es una competencia entre Hacienda y el Banco Central, actuamos coordinados.
El BC conservó para el próximo año una estimación de PIB del 1,25% al 2,25%. ¿Se trata de una recuperación más bien acotada de la economía?
-Es una economía que ahora que se ha estabilizado y que va a empezar a crecer gradualmente a tasas algo mayores para llegar a los niveles de expansión del PIB de largo plazo, que fueron revisados en este informe.
Este escenario que ustedes plantean para 2024, ¿considera una menor incertidumbre política e institucional que la de 2023?
-La incertidumbre es una variable difícil de medir. Hay que estimarla. Y está incorporada en el valor de los activos. Entonces, lo que nosotros tomamos de referencia es cómo el mercado está valorando esa incertidumbre en el precio de los activos financieros y con esa información proyectamos. Ahora, si la evaluamos a través de indicadores directos a nivel local, hoy la incertidumbre está más contenida respecto de sus peaks previos, y esperamos que como país podamos seguir avanzando con una incertidumbre lo más contenida posible.
El resultado del plebiscito constitucional, donde ganó el “En contra”, ¿afecta ese grado de incertidumbre?
-Decir algo así sería especulativo. Lo que nosotros hicimos fue ver cómo estaba valorando en forma anticipada el mercado ese evento, porque la incertidumbre estaba incorporada en los precios de los activos. Esa es la mejor referencia que podemos tener.
Los dos procesos constitucionales costaron más de US$320 millones. ¿Usted considera que fue una inversión, o cree que son recursos que pudieron tener un mejor uso alternativo?
-Yo no voy a calificar una decisión que tomamos como país. No corresponde.
El PIB de tendencia que estima que el BC sigue deteriorándose, ahora ya está en un 1,9%. ¿Cuán mala es esta noticia?
-Respecto de la cifra que entregamos en diciembre de 2022, no hay mayor diferencia, porque se trata de un ajuste por el cambio de periodo en que se estima una década, pero sí se mantiene la trayectoria decreciente entonces mencionada, que es una tendencia de larga data. Y ahí tenemos que preguntarnos si nos deja tranquilos ese crecimiento.
En ese sentido, con un PIB tendencial creciendo bajo el 2% en la próxima década, ¿el país puede responder a las demandas sociales de la población?
-Es un tema muy relevante del cual hay que hacerse cargo en adelante, porque el equivalente es decir que el ingreso de los hogares va a ir creciendo cada vez más lento. El crecimiento del PIB es una variable que se aproxima a bienestar, y es indicativo de cuánto pueden crecer nuestras aspiraciones.
Al respecto, ¿las medidas que se incluyen en el pacto fiscal sobre crecimiento, pueden ayudar a mejorar el PIB tendencial?
-Eso está en evaluación y conversaciones de otros actores. Tenemos que llegar a acuerdos y empezar a tomar decisiones, pero corresponde a otras autoridades.
Retomar la compra de reservas en dólares: “Cuando (...) las condiciones sean las adecuadas, ello se evaluará en su mérito”
¿Cómo evalúan la medida de fines de octubre, de suspender la reposición de reservas en dólares y la reducción gradual de la posición forward?
-Bien. Tomamos esa medida en el contexto de una mayor incertidumbre. Si bien estos programas, en mi opinión, no debieran haber tenido gran incidencia en el valor del dólar, podían estar generando un efecto señal que en esas circunstancias tenía valor despejar. Esa fue la finalidad de la medida.
En ese momento el dólar estaba sobre los $900, y ahora ronda los $890. ¿Tienen alguna noción de dónde podría haber llegado si no actuaban?
-No hay un objetivo respecto al nivel del tipo de cambio. Lo que miramos es si los mercados están funcionando bien. Si los canales a través de los cuales se transmite la política monetaria están funcionando bien. Lo que decidimos en ese momento no tiene que ver con el nivel del tipo de cambio, sino que con la volatilidad.
Las reservas hoy están en torno a los US$43 mil millones. ¿Los deja tranquilos o aspiran a un monto mayor?
-El objetivo era un nivel de reservas algo mayor y por eso el programa está suspendido. Enteramos poco más de la mitad del objetivo previamente establecido con ambos programas, o 2/3 de lo que se utilizó en la intervención de 2022. En adelante, cuando encontremos que las condiciones sean las adecuadas, ello se evaluará en su mérito. De momento estamos tranquilos con el nivel de reservas, tenemos un nivel que nos permite enfrentar situaciones de riesgo, que incluso está complementado con líneas de crédito.
“Va a ser difícil reemplazar a Pablo García”
En enero se va Pablo García del BC, ¿cuál es el mayor aporte que ha hecho en el consejo?
-Pablo García tiene una trayectoria larga en el BC, además de 10 años como consejero. Sabe mucho de política monetaria, le ha dado mucho al banco y participó en diseñar la forma en como hoy hacemos política monetaria. Es una importante pérdida para el BC y una ganancia para las instituciones que lo acojan.
¿No ha sido complejo su declarado activismo monetario y el que haya votado en contra de la mayoría en algunas ocasiones?
-No lo ha sido. Vale muchísimo el aporte que ha hecho. Y cada vez que Pablo tuvo una posición en contra de la mayoría, estaba entregando una mirada que fue enriquecedora para el debate interno.
¿Preferencias sobre el sucesor?
-Esperamos que sea un consejero con calidad técnica y la mirada institucional del BC. Va a ser difícil reemplazar a Pablo en ambos aspectos. Eso es lo que más nos interesa.
¿Lo óptimo es que su reemplazo se nomine lo más pronto posible?
-El funcionamiento del BC está hecho para tener 5 consejeros, por lo tanto, eso es lo deseable. Vamos a hacer el trabajo como haya que hacerlo, pero la institucionalidad del BC está diseñada para 5 consejeros.
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