Rusia puede sufrir una recesión peor que la del coronavirus debido a las sanciones impuestas por occidente
La oferta de rublos ha aumentado en alrededor de un 12,8% desde que comenzó la invasión a Ucrania y los precios al consumidor subieron un 2,09% en la primera semana de marzo.
La economía de Rusia podría contraerse en más del 10 % este año debido al aumento de la inflación, las sanciones y las salidas de capital. Así lo afirma un reporte de la calificadora Scope Ratings, que indica que las repercusiones de la guerra en Ucrania provocarán “una recesión mucho más profunda que durante la pandemia de Covid-19″. Las principales debilidades de Moscú serían su dependencia de las exportaciones de materias primas, sobre todo en el sector de los hidrocarburos.
Según su Ministerio de Economía de Rusia, la inflación en su país se ha disparado a 12,54%, el mayor peak en este siglo. La oferta de rublos ha aumentado en alrededor de un 12,8% desde que comenzó la invasión a Ucrania y los precios al consumidor subieron un 2,09% en la primera semana de marzo.
Como respuesta, el gobierno de Putin ha impuesto una serie de medidas para frenar la caída del rublo, incluido el aumento de las tasas de interés al 20%, pero el valor de su moneda aun así ha caído alrededor un tercio en lo que va del año. El banco central de Rusia, por su parte, ha proporcionado a los bancos 3 billones de rublos (unos 26.230 millones de euros) en préstamos a corto plazo en un intento por aumentar la liquidez ante los crecientes retiros de dinero de los ciudadanos.
La gestora británica Schroders coincide con Scope en que las sanciones afectarán profundamente el PIB ruso, y advierte que parece inevitable que el país euroasiático sufra una profunda recesión en el corto plazo: “Por el lado de la oferta, la economía rusa se verá afectada casi con toda seguridad. El éxodo masivo de multinacionales provocará un aumento estructural del desempleo y una disminución de la producción. La inversión se resentirá en medio de la incertidumbre, mientras que las restricciones tecnológicas le obligarán a ser más autosuficiente. Además, la destrucción de la oferta obligará a importar más bienes, lo que hará aumentar la inflación”, señalan en un informe reciente.
Las dos entidades están de acuerdo en que la principal dificultad que enfrentará Rusia para poder enfrentar la crisis es el alejamiento de sus clientes europeos en el sector de los hidrocarburos. Los países occidentales están acelerando sus planes para dejar de depender de la energía rusa y esto podría afectar sus ingresos por exportaciones de petróleo y gas, que representan entre el 15% y el 20% de su PIB, así como su habilidad para obtener divisas.
“Independientemente del diseño de cualquier sanción adicional probablemente dirigida al sector energético de Rusia, es probable que las iniciativas cada vez más intensas de Europa para reducir su dependencia del petróleo y el gas rusos exacerben los desafíos a mediano plazo para la economía rusa, dada la falta de ambición del gobierno en el pasado para abordar la dependencia estructural de la economía en las exportaciones de energía. Rusia podría contrarrestar las medidas europeas en parte a través de una mayor cooperación energética con otros países, como China e India, sujeto a la ampliación de la infraestructura requerida”, afirman desde Scope.
Cadenas de suministros
El Kremlin ha reconocido que las sanciones económicas están dañando profundamente su economía. De hecho, el presidente de rusia, Vladimir Putin, aseguró este miércoles que el país ha sobrevivido a un “bombardeo económico” y ha pedido a los funcionarios que incrementen las prestaciones sociales y los salarios: “La nueva realidad va a requerir profundos cambios en nuestra economía. No lo esconderé, no será fácil y producirán un incremento temporal en la inflación y el desempleo. Nuestra misión es reducir estos riesgos. Las empresas privadas tienen un rol crucial, el cual es reconstruir la logística en corto tiempo, encontrar nuevos proveedores, e incrementar la producción de los productos demandados.”
Reconstruir las cadenas de suministro rusas, no obstante, podría ser un reto mientras las sanciones sigan vigentes. Si bien el principal socio ruso es China (19,8% de sus importaciones), su segundo mayor proveedor es Alemania, su cuarto Estados Unidos y su quinto Italia, de quienes recibe cerca del 20% de sus compras al extranjero. En este sentido, tendrían que buscar alternativas para por lo menos un quinto de los productos de estos países, muchos de los cuales son artículos de alta complejidad como tecnología, piezas mecánicas, vehículos o productos químicos.
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