Optimización de impuestos: un reenfoque en la planificación
Hacia el final del siglo XX, a medida que las empresas intensificaron su enfoque en el valor del accionista, dejaron de ver los impuestos como el costo de hacer negocios y comenzaron a ver a sus departamentos de impuestos como centros con potenciales beneficios.
El resultado fue una explosión de planificación fiscal agresiva en donde las empresas utilizaban sistemas y refugios artificiales. Cuando las autoridades fiscales se defendieron, las multinacionales buscaron una línea diferente de ataque, aprovechando el aumento de la competencia fiscal entre países.
Las empresas pusieron las divisiones, actividades e incluso oficinas centrales en países de bajos impuestos. A medida que las empresas se hacían más internacionales, se sentían menos obligadas por las lealtades nacionales.
Las estructuras fiscales eficientes que permitían que las ganancias se desplazaran a países con bajos impuestos se convirtieron en la norma para muchas multinacionales.
Muchos se apresuraron a centralizar sus "activos intangibles" -la propiedad intelectual, marcas comerciales, marcas registradas y conocimientos que representan el 80% del valor de las grandes empresas- en países de bajos impuestos como Singapur, Suiza e Irlanda. A medida que los pagos de regalías se disparaban - de US$2.800 millones a US$180.000 millones a nivel mundial entre 1970 y 2009 - más ganancias imponibles fluían de los regímenes de altos impuestos.
Los gobiernos se esforzaban por mantener el ritmo. Las reglas fiscales internacionales diseñadas para una época que precedía a la economía global y con acceso a Internet hizo poco para evitar que millonarias ganancias cayeran por los vacíos fiscales.
La reacción fue feroz. La crisis presupuestaria que siguió a la crisis financiera centró la atención en las empresas que no pagaban su "parte justa".
La austeridad agudizó la ira del público. El cambio ha obligado a las empresas a reevaluar su enfoque de planificación fiscal. Pero las multinacionales se muestran reacias a minimizar sus impuestos corporativos, posiblemente uno de sus mayores gastos.
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