Sectores de menores ingresos reducen cantidad de horas trabajadas por mayor crecimiento
El informe realizado por Clapes-UC, destacó que la brecha de horas trabajadas tanto en mujeres como hombres del primer y último decil de ingresos ha ido disminuyendo fuertemente en los últimos 27 años. Hoy la diferencia es de 9 horas para mujeres y 7 horas para hombres.
Hace 27 años, no sólo la situación económica de Chile era bastante distinta a la actual, sino que también lo era el mercado laboral.
Es así como en 1990 el ingreso per cápita del país se ubicaba en US$2.500 mientras que hoy en día se ha incrementado casi 10 veces, alcanzando los US$23.950 en 2016. Esto refleja que el poder adquisitivo de los chilenos ha registrado una trayectoria ascendente desde hace dos décadas, lo que no sólo ha afectado el estilo de vida de los chilenos sino que también sus jornadas de trabajo.
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En este contexto, Clapes -UC, elaboró un informe que arrojó que los chilenos independientemente de su situación económica han reducido sus horas de trabajo por semana. Esto principalmente porque los salarios reales se han incrementado. Si en 1990, el salario real promedio era de $340 mil, hoy llega a los $780 mil.
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El estudio que fue realizado por los investigadores Nathaly Andrade, Rodrigo Cerda, José Ignacio Llodrá y José Tomás Valente, señala que desde inicios de los noventa se observa una importante tendencia a la baja en las horas laborales, donde las horas promedio trabajadas por semana pasaron de 50 horas en 1990 a 42 horas en 2017.
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Uno de los motivos estaría asociado a "un marcado aumento de los salarios reales y de la tasa de participación laboral, principalmente femenina", declara el reporte.
Sin embargo, el hecho que más sobresale a la luz se relaciona con que la brecha entre las horas trabajadas por los deciles más ricos y los deciles más pobres, se ha ido cerrando en los últimos 27 años.
Rodrigo Cerda, director alterno de Clapes-UC, rescató que "lo que están mostrando los datos es que las personas de menores ingresos están trabajando bastante menos y se están acercando a lo que trabajan en horas promedio los deciles más ricos".
Específicamente, la brecha de horas trabajas de las mujeres del primer y último decil de ingresos ha ido disminuyendo con el pasar del tiempo, pasando de 36,6 horas en 1965 a 9,9 horas en 2017. Para el caso de los hombres esta brecha ha pasado de 14 horas en 1965 a 7 horas en 2017. "Son buenas noticias, porque hay una caída de la desigualdad no tanto en los ingresos, pero sí en la cantidad de horas trabajadas en la semana", recalca Cerda.
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Por otra parte, si se analizan las horas trabajadas por sexo, tanto hombres como mujeres han disminuido sus horas promedio de trabajo por semana, siendo las mujeres las que presentan la mayor disminución y a su vez la mayor participación dentro del mercado laboral.
En este punto, Lucas Navarro, académico de la Universidad Alberto Hurtado, indicó que en los últimos años, "lo que más explica la caída de horas es la creciente incorporación de mujeres al mercado laboral con contrato flexible a la fuerza de trabajo".
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Si se comparan las horas por sector de ocupación, el informe reflejó que las personas que trabajan en el sector de comercio, servicios personales y de hogares presentan la mayor disminución de las horas promedio de trabajo.
Al respecto, Cerda manifestó que podría deberse a un cambio en el estilo de vida de las personas. "Anteriormente habían muchas empleadoras domésticas que trabajaban puertas adentro y paulatinamente eso se ha ido reduciendo con el tiempo. Ahora, las familias son más pequeñas y también hay muchos más bienes como electrodomésticos, que ayudan bastante a llevar la casa", sostuvo.
Otros factores que han influido en la disminución de las horas de trabajo son la mayor tasa de participación laboral, liderada por la participación laboral femenina, aumento de la productividad, reformas laborales que disminuyen la jornada semanal de trabajo, entre otras.
Asimismo, Navarro puntualizó que en la década de los 90 la disminución de la jornada laboral, refleja efectos de composición. "La estructura de la mano de obra de hoy, no es la misma que la de hace 50 años y ha habido un cambio importante en la productividad en el largo plazo", acotó.
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