Tasas largas de EEUU rozan el 3% y adelantan el fin del dinero fácil
Los mercados están anticipando un aumento de tasas más acelerado por parte de la Reserva Federal, lo que podría llevar al rendimiento del bono del Tesoro a 10 años por encima del 3,5% en los próximos seis meses.
A PRIMERA hora de la mañana, mientras los mercados globales abrían la semana con un repunte generalizado, el rendimiento del bono del Tesoro de EEUU llegó hasta 2,9%, su nivel más alto en los últimos cuatro años. El encarecimiento del financiamiento parece ser una tendencia que llega para quedarse más allá de la corrección que experimentaron las bolsas la semana pasada, presentando nuevos desafíos para los mercados emergentes.
El escenario, en efecto, parece ofrecer más espacio de avance al rendimiento de la deuda estadounidense. La primera economía mundial crece a buen ritmo, de 3% en el presente trimestre según estimaciones de JPMorgan, y su mercado laboral marcha sobre cuatro ruedas con destacados incrementos en los sueldos durante enero, lo cual podría permitir que la inflación gane tracción y se ubique en la meta de la Fed de 2%.
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Al respecto, Bill Adams, economista internacional senior de The PNC Financial Services Group, precisa a PULSO que además del sólido crecimiento de los salarios, "el incremento de US$300.000 millones en el gasto federal acordado la semana pasada están detrás del aumento en las tasas de interés a largo plazo".
De esta manera, ni siquiera las turbulencias de la semana pasada lograron tumbar las probabilidades de alza de tasas en marzo, que llegan a 100% de acuerdo al mercado de futuros. Ese porcentaje se mantendrá fácilmente si mañana se confirma el repunte de los precios, con los datos que publicará la Oficina de Estadística de Trabajo de EEUU.
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Y aunque en sus proyecciones de diciembre de 2017, las últimas disponibles, la Reserva Federal confirmó sus pronósticos de tres alzas anuales, son varios los que creen que se pueda sumar una cuarta, reafirmando la tendencia al alza en la curva de la deuda de EEUU.
"El aumento en los rendimientos de los bonos refleja las expectativas de una recuperación gradual de la inflación y cuatro alzas de tasas por parte de la Fed en 2018, más otra en 2019", detalló Andrew Kenningham, jefe de Economía Global en Capital Economics. "Esperamos que los rendimientos del bono del Tesoro a 10 años lleguen a 3% a fines de año, pero por supuesto podrían subir un poco más. Sin embargo, me sorprendería mucho si alcanzaran el 4% pronto", agregó.
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Su postura coincide con la de Philip Moffitt, jefe de renta fija de Asia-Pacífico en Goldman Sachs, quien en una entrevista citada por Bloomberg también desafió el consenso apuntando a cuatro incrementos de la tasa. Eso, sumado a la continua reducción de los Quantitative Easings, "va a poner presión al alza sobre los rendimientos. Creo que el 3,5% no es un pronóstico muy valiente", señaló
Para que esas teorías se vayan confirmando o descartando, además del IPC, resultará crucial seguir las pistas que dé el nuevo presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en su primer testimonio semestral en el Congreso. Después de asumir el mandato de las manos de Janet Yellen el 3 de febrero, "Joe" tendrá que encarar el 28 del mismo mes las preguntas del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representante y, al día siguiente, las del Comité de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Senado.
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Mercados en alerta
La tendencia al alza del bono del Tesoro ya está generando preocupaciones, sobre todo considerando la adicción del mercado al dinero fácil, que se han visto reflejadas en el rápido incremento de las acciones en un ambiente de estímulo monetario y en las correcciones que genera la expectativa de un alza de tasas más acelerada.
Ray Dalio, el gerente de fondos de cobertura con una fortuna de US$17.700 millones, ayer encendió las alarmas con una publicación en LinkedIn, donde aseguró: "francamente, parece ser un descuido inapropiado no hablar de las posibilidades de una recesión y de cómo se vería la recesión antes de las próximas elecciones (presidenciales de 2020)".
Aunque en un buen momento como este sus palabras pueden parecer exageradas, él tiene sus argumentos. "No sabemos exactamente qué tan lejos estamos de la parte superior del mercado accionario y luego de la economía, aunque está claro que estamos por encima en el mercado de bonos", indicó Dalio, agregando que "estamos en la parte del ciclo en la que es difícil que los bancos centrales den con la política monetaria correcta. Esta vez el acto de equilibrio será especialmente difícil".
En el corto plazo, un alza en la tasa sí podría presentar especiales desafíos para algunos países. "Gobiernos y empresas con muchas deudas verán crecer el costo del servicio de la deuda", sostiene Ken Goldstein, economista de The Conference Board, quien detalla que "eso probablemente signifique un retroceso en los gastos y/o la inversión, tanto en los mercados desarrollados como en los emergentes". Son estos últimos los que se vieron especialmente favorecidos cuando los mayores bancos centrales del globo comenzaron a flexibilizar su política. Con tasas largas de 1,7% a fines de 2012, la inversión fluyó al mundo emergente, incluyendo a Chile y la región. Pero, la tendencia actual del bono del Tesoro no resulta todavía suficiente para generar riesgos mayores.
"El aumento de los rendimientos de los bonos de EEUU generalmente no es bueno para los mercados emergentes. Sin embargo, esta vez están bien posicionados en comparación con años anteriores: tienen menos deudas en moneda extranjera, tienen tasas de interés flotantes (en general) y tienen déficits de cuenta corriente relativamente bajos", explicó Kenningham, mientras que Adams destacó que "las condiciones monetarias todavía están muy relajadas en otros mercados desarrollados".
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