Entre tensiones con Cataluña, Madrid le hace un guiño al País Vasco
El aumento del llamado "cupo vasco" supone en la práctica una disponibilidad mayor de fondos desde el gobierno central hacia la región autónoma.
El Congreso de España aprobó ayer el proyecto de ley para el cálculo del llamado "cupo vasco" en el período 2017-2021, que en la práctica supone una mayor disponibilidad de fondos para el gobierno de la región.
El cupo vasco consiste en la suma que paga anualmente la autonomía por los gastos del Estado en las competencias que no tiene asumidas el gobierno autónomico, como la defensa o la diplomacia.
El nuevo cupo vasco tendrá que pasar por el Senado antes de su aprobación definitiva, tras recibir el apoyo de gran parte de la Cámara Baja, incluidos el Partido Popular del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y el rechazo de Ciudadanos, entre otros.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV), que respaldó las cuentas del Estado para 2017 a cambio de una revisión del cupo entre otras concesiones, dejaron en suspenso el apoyo a las cuentas del año que viene en rechazo a la gestión de la crisis catalana por parte del Gobierno y en particular la intervención estatal en la región al amparo del artículo 155 de la Constitución.
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Este mismo miércoles el ministro de Hacienda de España, Cristóbal Montoro, dijo que el Gobierno no llevará al Congreso hasta comienzos de 2018 los presupuestos generales al no contar con avales suficientes.
"(Si el Gobierno lleva al Congreso los presupuestos sin apoyos suficientes) se crearía una situación de inestabilidad política que es lo último que nos conviene en España", dijo en el Congreso Montoro, que confió no obstante en que a partir de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre en Cataluña se vuelva a una normalidad política que les permita aprobar las cuentas.
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Votación dividida
La decisión que fue aprobada con 294 a favor, 36 en contra de parte de Ciudadanos y Compromís, y dos abstenciones de los diputados de Euskal Herria Bildu, estuvo marcada por la importante polémica de las cifras. Y es que desde un lado, argumentaron Compromís y Ciudadanos, el acuerdo da prioridad al concierto especial del País Vasco, del que solo disfruta también Navarra, pese a que desde 2014 está pendiente reformar el sistema de financiación de las autonomías.
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, definió al acuerdo como "el cuponazo" vasco, porque consiste en "darle dinero a quien debía aportarlo".
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