Will Steffen: "Tenemos que vivir de manera más inteligente y no lo estamos haciendo"




Como buen científico que es, Will Steffen, director ejecutivo del Instituto de Cambio Climático de la Universidad Nacional de Australia, se permite ocupar todo el tiempo necesario en explicar una idea. Así que 30 minutos para explicar su teoría del Atropoceno, una nueva era geológica enfocada en el hombre, se le hizo poca para explicar qué significa completamente todos sus estudios.

Pero sí fue suficiente para que la audiencia del último encuentro de AcciónRSE, entendiera que esta época, que ocurre desde hace unos 200 años, desde el comienzo de la industrialización, está poniendo en riesgo la estabilidad climática . Y poner en riesgo ese equilibrio que se nos ha dado durante los últimos 12 mil años y que nos permitió desarrollar nuestra civilización en un período geológico entendido como holoceno, amenaza nuestra convivencia y nuestra economía.

Parte de la teoría dice que hay nueve indicadores que hay que observar para recuperar la estabilidad climática. Estos son: emisiones de CO2 (causantes del cambio climático), pérdida de biodiversidad, biogeoquímica (pérdida de nitrógeno y aumento de fósforo), acidificación de los mares, uso del suelo, uso de agua limpia, agotamiento del ozono, contaminación química, aumento de aerosoles. 

"Creo que hay que redefinir el crecimiento. Ya no podemos extraer más material. Necesitamos usar lo que botamos como recursos y, claro, necesitamos energía para hacer eso. Esa es la razón fundamental de por qué necesitamos energías renovables: hidroeléctrica, solar, eólica, quizás geotérmica. Hay muchas maneras innovadoras que nos permitirían reducir el uso de nuevos materiales. Tenemos que vivir de manera más inteligente y no lo estamos haciendo. Ese es el desafío y estoy convencido de que es posible. La pregunta es si las instituciones que construyeron el sistema están interesadas en cambiar".

¿Tenemos la tecnología y la ciencia, pero no tenemos la voluntad para cambiar?

-En efecto tenemos la tecnología  y la ciencia y eso está demostrado en pequeña escala. Por ejemplo, en Australia ahora tenemos un millón de casas que tienen paneles solares. Eso es cerca del 10%, no es un buen número, pero demuestra lo que podemos hacer. En Dinamarca el 30% de la energía es eólica. Entonces, sabemos que podemos tener una cantidad significativa de energías renovables. También sabemos que son formas caras, pero se sabe que mientras más se desarrollan se van haciendo más baratas. Sabemos que podemos tener muy buenos sistemas de transporte público, como en Estocolmo, donde nadie usa el auto para ir al trabajo. Usan bicicletas, buses, metro, es un sistema muy conveniente. Pero hay que escalar estas iniciativas. Porque cuando cambias, alguien pierde. Si logras hacer un muy buen sistema de transporte público a las compañías automotrices no les gusta, pues sus ventas bajan. Quizás hay que hacer transiciones para que no salga herida mucha gente.

Lo que vemos en Suecia es que si el sistema cambia, la economía lo hace de todos modos. No sólo por razones de sustentabilidad, sino por razones económicas. Por ejemplo, ellos solían fabricar autos para 9 millones de personas. Hay dos compañías: Volvo y Sav. ¿Qué hizo Volvo? Se mudó a China. Aun hacen autos como si fueran suecos, pero están hechos en China. Si el gobierno sueco no trataba de dar esa pelea, reeducando a las personas que trabajaban en las plantas de Volvo, para que pudieran encontrar trabajo en otros oficios, esto no hubiera sido posible. Quizás pierdes empleos, pierdes ventas, pero la sociedad es compasiva y ayuda a las personas a encontrar nuevos trabajos. Es algo en lo que tenemos que pensar. Los científicos tenemos bastante claro que seguir moviéndonos en la misma dirección que hasta ahora, no va a funcionar más. No puede funcionar. Así que tenemos que cambiar. Y tenemos todas las herramientas tecnológicas para hacerlo, pero necesitamos instrumentos económicos, como marcos regulatorios, incentivos... Mi trabajo no es asustar a la gente, pero creo que las personas necesitan entender y sentir que tienen que cambiar. No es opcional.

No obstante que el cambio es urgente, la gente tiende a negar el problema, ¿qué hace el mundo de la ciencia para cambiar esa perspectiva?

-Hay dos grandes situaciones: la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Cuando hablamos de biodiversidad, las personas no recuerdan la total dependencia que tenemos de la naturaleza. Los negocios se basan en ella y nuestra vida también a través de los servicios ecosistémicos. Por ejemplo, la polinización a través de las abejas. No pagamos por eso, pero si las abejas desaparecieran sería un problema gigante. Si pierdes mucha biodiversidad desestabilizas los ecosistemas y estos no funcionan bien. Para tener un mundo resiliente, tienes que tener la mayor biodiversidad posible. Esto es como tres esferas, una dentro de la otra. La primera gran esfera es el medio ambiente. Es un sistema de vida que nos mantiene vivos. Necesitas eso para tener una economía. Luego viene la sociedad. Necesitas un buen sistema social, si no tienes buenas instituciones, las empresas no pueden invertir. Entonces...

¿La problemática ambiental está empujando los cambios en las otras dos áreas?

-Es que si desestabilizas el ambiente, afectas las otras dos áreas. La ciencia dice que para que la sociedad y la economía sean realmente saludables, sabemos qué estado tiene que ser éste. Hay sólo un ambiente en que el humano es exitoso y con sociedades realmente complejas, con una economía realmente fuerte y ése es el holoceno. Pero cuando es inestable… Lo que los científicos nos preguntamos, si desestabilizamos con menos biodviersidad en los ecosistemas, con más energía en el sistema climático, no sabemos lo que eso significa todavía. Pero sí sabemos que al desestabilizar el clima se afectan los sistemas sociales y económicos y que habrá cada vez más presión hacia ellos.

Es definitivo: tenemos que preocuparnos del ambiente...

-Esto significa que las personas de negocios, en las empresas tienen que pensar más cosas. En los viejos tiempos ellos sólo pensaban en costos, en emplear personas por poco dinero y hasta niños en los primeros tiempos de la industrialización. Pero ahora hay otras reglas para competir de manera justa. Y tienes que agregar una nueva: no puedes degradar el medio ambiente. Tal vez el sistema económico debería preocuparse de mejorar el medio ambiente. Esto es algo que todos tenemos que empezar a pensar en los negocios.

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