Manifiesto de Gonzalo Blumel, ministro de la Secretaría General de la Presidencia: "El sueño de mi vida es que Inti-Illimani me invite a tocar con ellos"

Al Presidente Piñera hay que darle los pases para que meta los goles en las pichangas. Le pone empeño, le gusta ser el goleador, así que juega de nueve. En el verano tiene una tradición de jugar en el campo, en Coique, y son tremendos partidos, con harta pierna firme. También es muy bueno para hacer trekking, hemos subido algunos cerros.

Los únicos Blumel-lovers que conozco son los que están en mi casa. Fue algo que dijo la Pamela Jiles en su momento y es una humorada. Este trabajo hay que tomárselo así, con harto sentido del humor, sino sería terrible. Y lo que no, lo cambio por canas: este año me salieron todas las canas habidas y por haber.

Cuando era chico me probé en Católica y me fue pésimo, por eso soy ministro. Me hubiera encantado ser futbolista, fui muy fanático de los gloriosos 90, con Lunari, Gorosito, Acosta y el gran "Mumo" Tupper. Hace poco, una de las grandes cosas que me pasó como ministro es que Mirosevic me regaló una camiseta de Católica con mi nombre y con la 10, un sueño.

Ser ministro es como subir un cerro: tienes que volver a partir de cero todos los días. Puedes aprobar un proyecto un día martes y el miércoles el éxito del día anterior ya no cuenta. La gestión de un Segpres no tiene memoria.

Tengo como desafío pendiente escribir una novela. De chico escribía poemas y, después, columnas, artículos, papers. Me falta escribir algo más vinculado a la literatura. No pierdo la esperanza, considerando que grandes, como Parra o Sábato, sacaron sus primeros grandes libros a los 40 años. Todavía estoy a tiempo.

El sueño de mi vida es que Inti-Illimani me invite a tocar con ellos. Tengo un grupo, que se llama Huellantú, que se dedica a la música latinoamericana. El 2002 hicimos un concierto en Providencia e invitamos a José Seves, voz histórica del grupo, a cantar con nosotros "Samba Lando". Fue un momento epifánico de mi vida.

Ser de la Católica es como ser de la centroderecha. Éramos buenos para salir segundos, pero de repente empezamos a salir campeones. Con el Presidente Piñera llevamos dos campeonatos casi consecutivos, así que en una de esas, en la Católica y en la centroderecha, nos vamos a acostumbrar a ganar la copa con más regularidad que históricamente.