Marcela Cubillos, ministra del Medio Ambiente: "Si se respeta la ley ambiental se acaban los prejuicios y las discrecionalidades"
La ministra encara el fallo del Tribunal Ambiental de Antofagasta que estableció ilegalidades en el proceso de evaluación medioambiental del proyecto portuario Dominga. Cubillos sostiene que no es ella ni el gobierno quienes decidieron que se "actuó de manera ilegal", sino que la justicia.
Alcanzó a ejercer tres años como abogada en el mundo privado, una actividad que tenía pendiente, cuando recibió el llamado del Presidente Sebastián Piñera para integrarse al gabinete. "Lo consideré un enorme privilegio y una gran responsabilidad", dice la titular de Medio Ambiente, Marcela Cubillos. Y su primer punto de inflexión en la cartera se produjo el viernes 27, cuando el Primer Tribunal Ambiental, con sede en Antofagasta, resolvió retrotraer la evaluación ambiental del proyecto minero portuario Dominga a la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo.
Tras conocerse el fallo, ¿le parece que había un prejuicio sobre el proyecto Dominga en el gobierno de Michelle Bachelet?
De eso no me hago cargo, porque, por suerte, en Chile existe separación de poderes. Hubo una de las partes que reclamó que no se había ajustado a la ley el procedimiento y el tribunal falló diciendo que efectivamente no se había ajustado a la ley el procedimiento y hoy día se tiene que repetir. Del proyecto yo no me voy a referir, porque dado que se va a repetir la votación en la comisión de evaluación regional puede que el día de mañana llegue a decisión del Comité de Ministros.
Pero eso no invalida que usted tenga una visión respecto de cómo actuó el gobierno anterior, ¿o no?
Le digo: por suerte hay separación de poderes, el que ha decidido que actuaron de manera ilegal no soy yo ni el gobierno del Presidente Piñera, sino un fallo del Tribunal Ambiental. El fallo del Tribunal Ambiental establece que las ilegalidades fueron cometidas por la comisión de evaluación regional y por el Comité de Ministros, pero es el tribunal el que lo ha establecido, yo no he investigado.
¿El hecho de que este proyecto esté asociado a Carlos Alberto Délano, cercano al Presidente Piñera, generó una carga adicional para su aprobación?
Yo creo que la principal garantía que tienen todos los ciudadanos, comunidades y empresas es el respeto a la ley y a la institucionalidad. Mientras en Chile se respeten las leyes ambientales, que son claras por parte de todos, por parte de las empresas, las comunidades y, por cierto, por parte de las autoridades, se acaban los prejuicios y se acaban las discrecionalidades.
¿Cuál es su evaluación respecto de cómo se llevó a cabo el proceso medioambiental en el caso de Dominga?
Yo no seguí el detalle del proceso, ni me correspondió investigarlo, lo hizo el Tribunal Ambiental a través del fallo que hemos conocido hoy.
¿Hubo vicios políticos, a su juicio?
No es a mi juicio; el tribunal ha decidido que hubo vicios de ilegalidad en el proceso y, de hecho, me corresponde hacerme cargo.
Si hay proyectos técnicamente perfectos de inversión, pero políticamente inviables... ¿Cuál es el criterio que prima?
En el sistema de evaluación de impacto ambiental hay un componente técnico y hay dos componentes que son más bien políticos, uno que tiene que ver con la participación ciudadana y todo lo que tiene que ver también con las decisiones del consejo regional o del Comité de Ministros... Por lo tanto, puede haber proyectos que cumplan las normas técnicas, pero que una comuna, región, comunidad o un determinado grupo no lo quiera en esa forma, o no lo quiera en ese lugar. En Chile no tenemos, desgraciadamente, una distribución territorial para decir solamente en esta parte o en esta región se pueden desarrollar proyectos mineros de estas características o de estas otras..., que evitaría a lo mejor estas decisiones...
¿Cuál debiera primar?
No es que primen, se tienen que combinar. No se trata de más o menos valor. Lo que yo estoy diciendo es que ojalá llegáramos a que los proyectos cuando se presentan con normativa ambiental podamos ver si los queremos en esos términos o no en una región determinada o con esas características, quizás la manera sea tener esa discusión antes. No se trata de mayor o menor valor, sino en qué momento de la trayectoria de ese proyecto se da la discusión.
Eso es parte de una nueva discusión sobre la institucionalidad medioambiental...
Estamos avanzando en un proyecto de reforma en el sistema de evaluación ambiental en que ojalá la participación ciudadana sea temprana, quizás antes de entrar al proyecto... por dos razones, para que esa discusión se anticipe y, además, porque las comunidades lo que se quejan es que muchas veces los proyectos les llegan ya diseñados y, por lo tanto, hay una simetría muy grande de información y les cuesta mucho poder conversar a la par con los titulares o con la empresa. Entonces, si ese diálogo se da temprano hay menos desconfianza, hay más información y hay mucha más claridad y certeza también para las propias empresas
¿Y la voz ciudadana debiera ser determinante?
Hoy día hay participación ciudadana, hay consulta indígena y, por lo tanto, lo que nosotros estamos tratando de hacer es que esos diálogos que están regulados hoy día y son parte del proceso de evaluación ambiental se puedan incorporar antes para que participen de manera mucho más relevante en el diseño del proyecto.
¿Cómo se es ministra del Medio Ambiente en un gobierno que se asocia más al tema del crecimiento y proinversión?
Yo creo que precisamente de esa lógica de conflictos hay que sacarlo. Si imagino mi gestión como ministra de Medio Ambiente no me imagino como una ministra en combate, por así decirlo, en contra de los ministerios más económicos, sino una ministra que sea capaz de articular esos ministerios y otros sectoriales para que, en conjunto, como gobierno, podamos hacer una gestión de protección al medioambiente. La mejor manera de que un proyecto de inversión se llegue a realizar es que ese proyecto se imagine, se diseñe y se presente desde el inicio cumpliendo la normativa medioambiental y con un eje muy fuerte de protección ambiental. Eso es lo que hoy día el mundo requiere.
¿Y cómo lidia con el tema de la desconfianza que pueda haber en la ciudadanía por el sesgo antimedioambiental con que se asocia a veces al gobierno?
Hoy, cualquier persona del siglo XXI quiere desarrollo y quiere protección del medioambiente y entiende que ambas cosas van a la par. Cuando uno ve que hoy día las propias empresas empiezan a hablar de que la mejor inversión es invertir en el planeta, cuando uno ve que los propios negocios ya parten en su esquema y en su diseño incorporando el desarrollo sustentable y la protección al medioambiente, uno se da cuenta de que son categorías del pasado. Cuando uno ve a Ricardo Lagos decir que la economía no se opone o no se afecta por el hecho de que luchemos contra el cambio climático, que nos adaptemos a eso, uno está viendo que estas categorías quedaron un poco más en el pasado y que hoy día nadie habla de que se oponga desarrollo y protección al medioambiente, sino que claramente están ligadas.
Ministros como el de Economía o el de Desarrollo Social calificaron de "interesante" el proyecto Dominga. Súmele que uno de los inversores es amigo personal del Presidente. Hay simpatías al proyecto...
La principal garantía que tenemos, en general, los ciudadanos frente al poder es cumplir con la institucionalidad y cumplir con la ley. El único mandato que he tenido del Presidente es cuidar y fortalecer la institucionalidad ambiental... Fue la razón también por la que no participamos del proceso de conciliación al que nos llamó el tribunal, porque creíamos que se fortalecía más la institucionalidad ambiental haciendo que sea el tribunal el que falle, y no habernos sentado en una conversación directa con la empresa como se nos estaba invitando. Puede haber todo tipo de vinculaciones, de amistades, pero creo que cumplir estrictamente la ley es la principal garantía. La ley también regula los deberes de abstención, los conflictos de interés y, por lo tanto, no podemos ponernos en escenarios ficticios, pero según lo que ocurra, los proyectos que lleguen, a las instancias que lleguen, cada ministro sabrá si tiene o no tiene conflictos de interés o deberes de abstención.
¿Y el mero pronunciamiento en favor de un proyecto a priori no inhabilita, según la ley?
Yo entiendo que la forma en que él lo declaró, no.
Alguna gente que estaba entendida en la materia resintió su nombramiento en Medio Ambiente porque no se le asociaba tanto en esta materia como, por ejemplo, se le puede haber asociado a educación. ¿Cómo ve usted eso?
Los problemas hoy día no son ni 100% técnicos ni 100% políticos, creo que son una mezcla, y en materia de medioambiente, por lo menos como yo veo la gestión de un Ministerio de Medio Ambiente, que es liderar un equipo técnico en esta materia, creo que las habilidades políticas son tremendamente importantes. Aspiro a no ser una ministra que esté en combate con los otros ministerios, como ha sido quizás en el pasado, sino que una ministra capaz de articular los distintos sectores del gobierno de manera de tener como gobierno una gestión que proteja el medioambiente. Y eso, a la larga, es político y técnico también.
Ponía sobre el tapete el tema de la experiencia política. En las últimas semanas varios errores de sus compañeros de gabinete se atribuyeron a la falta de ella. ¿Cuán importante le parece a usted la experiencia política a la hora de ejercer un ministerio?
Independiente de tener experiencia política, son tantos los errores que uno ha cometido en su vida que a esta altura es también bien comprensivo con los propios y los de otros. No lo asocio a más o menos experiencia, sino que, obviamente, es un cargo muy difícil, mucho de los que estamos hoy día en el gabinete es primera vez que somos ministros, hay otros que ya tienen experiencia de formar parte del gabinete y nos aportan bastante con su experiencia en esa materia. En el Congreso una aprendió a escuchar, a dialogar, a encontrarle la razón al que piensa distinto, a avanzar por la vía de los acuerdos, y creo que esa es la experiencia que puede ser valiosa en un gobierno que claramente nos toca articular con un Congreso en el que somos minoría.
¿Y usted cree que hay algunos impasses que se pudieran haber evitado?
Uno misma ha cometido también muchos errores en la vida, en general. Es difícil esto, son difíciles los cargos; con los parlamentarios que llegan por primera vez al Congreso pasa lo mismo; yo me acuerdo cuando recién llegué a la Cámara de Diputados tenía 34 años y la primera comisión creo que debo haber hecho todas las preguntas equivocadas, creo que debo haber intervenido de la manera que no se hacía, yo creo que es propio de cualquier ajuste.
¿Cuál es su evaluación del nombramiento de Pablo Piñera como embajador en Argentina?
Pablo Piñera podría haber sido embajador de cualquier gobierno. Tiene todos los atributos, tiene una historia propia, entonces creo que todo esto de lazos familiares también hay que tener cuidado. O sea, si uno lo extrapola... no sé, no veo por qué Antonio Walker no pueda ser ministro porque tenga un hermano diputado. Hay que tener cuidado, hay familias que tienen sello de servicio público. Si uno ve para atrás, los Aylwin, los Walker, en la familia del propio Presidente también hay muchas personas que tienen muchos atributos, muchos méritos.
El ministro del Interior también es familiar del Presidente...
A ver..., ¿quién puede discutir que Andrés Chadwick no tenía todos los títulos y todos los méritos y el gobierno toda la necesidad de contar con él como ministro del Interior? Entonces, creo que aquí se extrapolan de repente demasiado las cosas o se extreman en un sentido de que hay mucha gente que tiene los méritos, los atributos, la historia, la trayectoria y los gobiernos la necesidad de contar con ellos. Por lo tanto, siento que, efectivamente, cuando hay personas que tienen todos los atributos, al final los vínculos de parentesco no es lo relevante.
No pocos pensaban que el llamado del Presidente al gabinete iba a ser para su esposo, el senador Andrés Allamand...
(Sonríe). Entiendo que se aclaró muy tempranamente que quienes estaban en el Congreso iban a seguir en el Congreso, por lo tanto, Andrés siempre supo y siempre lo dijo que seguía de senador.
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