6 datos claves para entender qué pasa en el Hospital Al Shifa en Gaza, que se está convirtiendo en un “cementerio”

Lo que antes solía ser el mejor hospital de Gaza —en palabras de su director general, el doctor Muhammad Abu Salamiya— ahora se ha convertido en “casi un cementerio”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por la cantidad de cadáveres de la guerra que se han amontonado tanto dentro como fuera del recinto.

Se trata del Hospital Al Shifa que recientemente fue tomado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) con la justificación de que el lugar estaría siendo utilizado por Hamás como un escudo para sus operaciones.

Según algunos testigos dentro del hospital con los que conversó el medio BBC, los soldados israelíes interrogaron a los pacientes, habitación por habitación, y tienen “el control absoluto” del hospital.

“Los hospitales no son campos de batalla”, manifestó el jefe humanitario de las Naciones Unidas, Martin Griffiths sobre la situación, además de asegurar estar “horrorizado”, pues no solo habría una infiltración de militares y un excesivo número de cadáveres, sino que el hospital también vive una grave escasez de combustible y comida.

Es decir, bebés, niños y adultos no pueden ser tratados debidamente. Y, por si fuera poco, el personal de salud aseguró que es imposible salir del recinto sin el riesgo de sufrir lesiones o morir, a raíz de constantes disparos y bombardeos en la zona.

Para entender mejor la situación, estos son los 6 datos claves que debes conocer.

Este recinto médico palestino está ubicado en Gaza, la ciudad principal de la Franja de Gaza. Se trata del hospital más grande de la ciudad —su capacidad asciende a 700 camas— y tiene cinco edificios principales.

Entre ellos, está el de obstetricia y ginecología; cirugía de especialidad y UCI; cirugía general y ortopedia; medicina interna y diálisis y, finalmente, un edificio administrativo, que incluye el servicio ambulatorio, laboratorios y banco de sangre.

El director general es el doctor Muhammad Abu Salamiya. En paralelo, el recinto médico está bajo la administración del Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás.

Hasta el 13 de noviembre, la cifra estimada de pacientes es de 650. Además, hay cerca de 700 profesionales médicos en el hospital.

No obstante, según el director, hay unas 5.000 personas refugiadas en el hospital e, incluso, después de que comenzó el primer ataque en Israel (el 7 de octubre), alcanzaron a ser hasta 60.000.

“Pedimos una evacuación segura para nosotros y nuestros pacientes fuera del hospital”, solicitó el médico, pues según relató, está seguro de que sus pacientes corren el riesgo de morir si la situación perdura así más tiempo.

A la fecha, el hospital estaría utilizando las reservas limitadas de combustible solo cuando “más se necesita”. Se trata de una situación crítica, pues necesitan cerca de 10.000 litros diarios para funcionar.

Israel ofreció 300 litros de combustible cerca del hospital durante la noche, no obstante —según el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF)— Hamás habría impedido que el hospital los recogiera, aunque de todas formas, esa cantidad alimentaría al generador “solo 30 minutos”.

A pesar de que Israel afirmó que hay rutas designadas para la evacuación y que están ofreciendo “asistencia para transportar de forma segura a los enfermos y heridos”, los cirujanos del hospital aseguran que salir del recinto es una misión imposible.

Y es que muchas personas tienen miedo de escapar del hospital, porque “morirían en el intento”: fuera del lugar, se ven al menos tres tanques israelíes y drones que sobrevuelan constantemente.

Según la OMS, el hospital ha sido atacado varias veces y ha dejado un saldo significativo de personas muertas y heridas. A pesar de ello, Israel ha negado haber atacado el hospital, al menos hasta la incursión militar donde habrían “tomado el control” del lugar.

Israel está convencido de que, debajo del hospital, hay una red de túneles que son el centro de comando de Hamás.

“Ellos (los israelíes) están mintiendo. Estamos pidiendo a las Naciones Unidas, a la Cruz Roja Internacional y a todas las demás organizaciones internacionales que envíen sus equipos e investiguen si hay [combatientes] dentro del complejo de Al Shifa o no”, afirmó Abu Salamiya a la BBC.

“Ésta es una institución civil que atiende a pacientes y heridos. Estamos listos para que cualquiera venga y lo verifique”.