Cómo identificar si estás en una relación tóxica y qué puedes hacer para afrontarla, según un experto
El psiquiatra Enrique de Rosa explicó en qué consiste una relación tóxica, puesto que no todas las personas o vínculos pueden calificarse como tal.
Es probable que durante una conversación hayas escuchado que un conocido califica como tóxico a otra persona en particular, así como también a relaciones de pareja, familiares o de amistad.
Y es que en los últimos años esta palabra ha comenzado a ser usada popularmente para relacionarla con absolutamente todas las conductas que no son para nada sanas desde nuestra perspectiva. Es más: no solo son saludables, sino que pueden ser altamente perjudiciales en una o más personas.
En diálogo con el medio Infobae, el psiquiatra y neurólogo Enrique de Rosa, explicó que no todo lo que vemos puede realmente aplicarse a este concepto: “El peligro del uso para toda persona que de alguna manera consideramos que es dañina para nosotros, es que deja de lado las definiciones o límites mucho más útiles en la práctica”.
A juicio del especialista en salud mental, que una persona tenga conductas egoístas o ser percibida como mentirosa no significa estrictamente que sea “tóxica, narcisista o psicópata”. “Quizás así perdemos de vista al verdadero narcisista-tóxico, mucho más silencioso, integrado”, destaca el especialista al citado medio.
¿Relación tóxica?
Si no podemos aplicar esta expresión a todo, entonces, ¿qué significa realmente una relación tóxica?
“Es una relación en la cual uno de los miembros presenta caracteres abusivos, controladores y manipuladores, entre otros. Esta relación reviste muchas situaciones graves que permanecen ocultas hasta que se manifiestan a veces bajo forma de tragedia”, afirma el psiquiatra.
Luego, profundiza en la descripción: “La relación tiene carácter de abuso, psicológico, sexual, o físico, así como busca generar el aislamiento en su víctima, quizás debamos darle el nombre que corresponde. El uso de la culpa, el miedo, el arrepentimiento, la famosa montaña rusa emocional deja exhausta a la persona afectada”.
Aunque el experto enfatiza en que para estas situaciones es recomendable buscar ayuda con un terapeuta, también brindó una serie de medidas para afrontar una relación tóxica. “Quizás deba existir la afirmación ‘si ello es posible’, y en muchos casos no lo es”, aclara De Rosa.
Evidenciar las conductas que dañan
Para Enrique De Rosa, si tenemos sospechas de estar dentro de este tipo de vínculos, un paso esencial es exhibir y ser conscientes de las maneras en que el otro podría estar controlando o manipulando.
“Para ello lo que antes mencionaba, ver que sí y que no entra en estos criterios, es importante”, expresa.
Asegurarse de poner límites
El psiquiatra recalca que una vez que hayan quedado evidenciado eso que nos daña, es importante establecer límites a la otra persona.
“Para utilizar el ejemplo frecuente, expresar que no soportará más formas de violencia física, aún sutiles (empujones al pasar, acercarse demasiado al hablar discutiendo algo, etc.), o de abuso verbal (etiquetados, adjetivar, etc)”.
Luego, añade que tener claro que tomar estas medidas podría tener efectos o no en la relación. De Rosa recomienda que pidamos ayuda a algún cercano que nos pueda alojar, en caso de que algo negativo suceda.
Tener una red de apoyo
En este tipo de relaciones es vital comenzar a armarse un grupo de personas que nos pueda apoyar en el camino. Amigos, familiares, terapeutas e incluso apoyo legal podrían ser esenciales para volver a cuidar del bienestar emocional propio en medio de este proceso.
En el caso de ver ausencia de ese soporte, es sugerible buscar inmediata ayuda en números de asistencia por violencia, ya sea de alguna fundación o del Estado.
Ser consciente de que se está en riesgo
De Rosa destaca que si bien una relación tóxica puede no evidenciar de inmediato de que se está viviendo un peligro, porque no se ha llegado a alguna situación límite, hay que comprender que en realidad si se trata de una circunstancia altamente riesgosa.
“En esto hay que entender que se está en una situación que va a minar la salud no solo psíquica sino también la física”, dice el doctor. “A veces signos indirectos como variaciones de peso, dolores o malestares crónicos, pueden ser de alerta y así advertir la necesidad de ayuda, y como decía en el punto anterior, el grupo soporte podrá verlo mejor y con más perspectiva que la víctima”.
Ver la posibilidad de terminar la relación tóxica
“De la misma manera que existe una ilusión de control en las adicciones farmacológicas (drogas, alcohol, psicofármacos etc.), esta situación es irreal y una montaña rusa emocional de la cual no se sale nunca, a menos que se deje de participar en el juego”, asegura el psiquiatra.
Y si la relación llega a su fin de una vez por todas, siguiendo la perspectiva del doctor, quien se haya visto afectado sí o sí debe buscar ayuda en profesionales. Ese debe ser uno de los primeros pasos para poder salir adelante de una mala experiencia emocional después de estos vínculos.
“El siguiente es saber que no es el fin sino el cierre necesario a un comienzo libre de esa toxicidad. La vida no termina allí, sino que empieza”, concluyó.
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