El escándalo de la “Noche adolescente” que sacude a un pequeño pueblo de Jersey Shore
La comunidad orientada al turismo familiar denuncia el caos adolescente. “Una vez que se esconde el sol, todo cambia”.
Durante décadas, los clubes y restaurantes locales cercanos a la famosa “costa de Jersey” han organizado noches para adolescentes que ofrecen a los menores de edad la oportunidad de divertirse y bailar sin alcohol, ni las miradas indiscretas de los clientes mayores de 21 años.
Para el municipio de Beach Haven, en Nueva Jersey, estos eventos se han convertido en una piedra en el zapato. Antes de la fiebre del verano, el ayuntamiento votó por 3 a 2 a favor de prohibir las noches de adolescentes, alegando la preocupación de la policía por que los adolescentes alborotadores perturbaran el ambiente de esta pequeña ciudad turística familiar. Los eventos en sí pueden ser sin alcohol, pero algunos asistentes beben o fuman hierba antes de ir, según explicó al consejo el jefe de la policía local, James Markoski.
“No estoy en contra de la noche adolescente. Tiene su lugar. Pero ahora está fuera de control”, dijo Markoski.
Michael Battista, ex alcalde de Beach Haven y propietario del Marlin Bar & Restaurant, quiere que la ciudad lo deje en paz. Battista, principal anfitrión de la escena adolescente, demandó al municipio en junio, alegando que la prohibición discrimina a los clientes menores de edad y viola su derecho constitucional a la libertad de expresión.
También se burla de la ciudad que dirigió durante varios años. Los eventos prohibidos siguen celebrándose, aunque con un ligero cambio de imagen. Bienvenidos a las noches de gaseosas, que técnicamente están abiertas a todas las edades, aunque asisten sobre todo adolescentes y alguno que otro padre.
En la actualidad, las organiza dos veces por semana, generalmente los días en que el Marlin está menos concurrido. Cobra una entrada de 30 dólares y contrata a un DJ.
“Están aprendiendo a estar en un club”, dice Erin Constantine, alias DJ Const, que se encarga de la música. Los clientes suelen pedir “canciones del pasado”, lo que en estas noches significa canciones pop de principios de la década de 2010.
La disputa se produce cuando varias localidades de Jersey Shore han puesto en marcha toques de queda para adolescentes en respuesta a las quejas de propietarios de negocios y residentes sobre adolescentes revoltosos. Algunos dicen que los adolescentes tienen más ganas de reunirse y desahogarse tras el aislamiento pandémico.
Tal como lo pintan los responsables locales de Beach Haven, no están tomando medidas enérgicas contra la diversión adolescente como los habitantes de la ciudad que prohibieron bailar en la película “Footloose”. Alegan la preocupación ciudadana por las peleas, las micciones en público y el hurto de bebidas alcohólicas en las tiendas por parte de los adolescentes.
El propietario del Marlin reconoce que el comportamiento alborotado de los adolescentes se ha convertido en un dolor de cabeza para la localidad, pero afirma que sus eventos ofrecen un espacio supervisado que mantiene a los jóvenes alejados de los problemas en lugar de vagabundear sin rumbo por las calles.
“Estos chicos no tienen nada que hacer”, afirma Battista. “Mi abuela solía decir: ‘El tiempo ocioso es el tiempo del diablo’”.
“Caza de brujas”
También cree que la prohibición de las noches para adolescentes es personal, y afirma que uno de los concejales votó a favor porque Battista dejó de permitirle estacionar su lancha gratuitamente en su propiedad, y porque anteriormente no apoyó su propuesta de crear una pista de skate. Otro, afirma, estaba enfadado con Battista después de que se negara a apoyar su candidatura a la alcaldía. Y un tercer miembro del consejo, señala Battista, lo derrotó anteriormente en una carrera por un puesto en el panel.
“Es una caza de brujas política”, afirma Battista.
El alcalde de Beach Haven y un abogado del municipio declinaron hacer comentarios para este artículo, citando un litigio en curso. Los concejales no respondieron a las solicitudes de comentarios.
En los documentos judiciales, la ciudad dice que la ley antidiscriminación de Nueva Jersey no prohíbe las restricciones de edad. Beach Haven dijo a un juez que su enfoque no era realmente diferente de las restricciones relacionadas con la edad en las películas clasificadas R.
Beach Haven, de apenas 1.5 km cuadrados de tamaño, es un destino popular que se enorgullece de ser un lugar donde los niños y sus padres nadan, compran y disfrutan de un parque de atracciones.
“Una vez que se esconde el sol, todo cambia”, afirma Lisa Lane.
La casa de Lane tiene vistas a una bahía y está cerca de una zona comercial y un parque que son frecuentados por los jóvenes durante la noche. Según ella, algunos adolescentes se emborrachan, salen de fiesta y se desmayan en las inmediaciones.
Aún así, Lane apoya las noches de adolescentes, diciendo que los eventos ayudan a reducir las turbas cerca de su casa, ya que algunos adolescentes se separan para ir al Marlin.
“No creo que el problema sea la noche de los adolescentes en sí. Es lo que lleva a la noche adolescente”, dijo.
Otros no están tan seguros. Por la ciudad circularon fotos de un evento en el Marlin. “Sinceramente”, dijo un residente, “parecía un club de striptease”.
Varios adolescentes se han pronunciado, sintonizando vía Zoom una reunión del consejo de Beach Haven este mes para luchar por su derecho a divertirse.
Bromas y travesuras
“El Marlin ofrece un espacio donde podemos conectarnos uno a uno, cara a cara, igual que hacía la gente antes de que existieran las redes sociales y los teléfonos”, dijo un adolescente.
Pero los niños son niños: algunos utilizaron el foro para gastarse bromas.
“Me gustaría decir que si no te vas a tomar esto en serio, por favor, ahórrate tus comentarios”, reprendió un miembro del consejo a un adolescente que empezó a reírse tras hablar primero en tono serio.
El año pasado, el consejo de Beach Haven estableció un toque de queda para los menores a las 10 de la noche con el fin de reducir las payasadas. No ha sido la panacea. Markoski, el jefe de policía, dice que los adolescentes no temen las advertencias escritas que emiten sus agentes, la principal herramienta de que disponen para infracciones menores.
Battista afirma que ha intentado adaptarse a las peticiones de la policía, por ejemplo contratando más seguridad y manteniendo a los adolescentes alejados de las veredas mientras esperan a entrar. Sus porteros también niegan la entrada a los adolescentes que parecen ebrios, dijo. En una comparecencia ante el ayuntamiento, Markoski afirmó que la seguridad del Marlin carecía de la formación necesaria para hacer frente a las multitudes.
Mientras tanto, las reuniones de adolescentes en el Marlin continúan.
“No es un concierto de Taylor Swift, pero es lo mejor que hay en la isla de Long Beach”, afirmó Battista.
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