El increíble sexto sentido de los animales: ¿Los humanos podemos tenerlo?
Un nuevo estudio hecho por dos universidades en Reino Unido dio nuevas luces para comprender el sexto sentido de los animales, una característica que es muy estudiada y que todavía no tiene una explicación aceptada por todo el mundo científico.
¿Alguna vez te preguntaste por qué las aves saben cómo volver a un mismo lugar, después de migrar por el cambio de estación? No utilizan Google Maps, pero sí algo parecido: el magnetismo. Existen especies de animales migratorios, como aves, peces y mamíferos, que como instinto de supervivencia tienen un “sexto sentido”, que básicamente consiste en poder orientarse según el campo magnético del planeta.
Esta habilidad le permite al animal sentir el campo magnético, algo como un GPS intuitivo o un mapa mental, con el que puede moverse por el planeta sin perderse. Y este sexto sentido podría ser más preciso de lo que se piensa y más animales de lo que se cree podrían tenerlo, así lo estableció un estudio en Reino Unido, que pudo comprender mejor cómo funciona.
“Más extendido de lo que se pensaba”
Los investigadores de las universidades de Manchester y Leicester publicaron un artículo en la revista Nature sobre sus nuevos descubrimientos.
Utilizando moscas de fruta, examinaron cómo estos animales perciben y responden a los campos magnéticos en su entorno. Lo primero que descubrieron es que existe una molécula en todas las células vivas llamada Flavina Adenina Dinucleótido (FAD) que si está presente en cantidades suficientemente altas, puede provocar sensibilidad magnética en un sistema biológico.
Esto quiere decir que no solo los animales migratorios tienen las moléculas que permiten sentir los campos magnéticos, sino que todos los seres vivos, incluidos los humanos, pero es probable que las mariposas, palomas o tortugas que migran la tengan en cantidades mayores.
¿Los humanos podemos tener el sexto sentido?
Las moscas de fruta no fueron una decisión al azar: esta especie, aunque es muy distinta por fuera, tiene un sistema nervioso que funciona exactamente igual al de los humanos, por lo que se utiliza en muchísimos estudios para comprender la biología humana.
Esto nos lleva al segundo descubrimiento que hicieron los investigadores: existe una proteína, llamada criptocromo, que es sensible a la luz en los animales y plantas. Esta se ve afectada por la presencia de un campo magnético e influye en su vida activa. De hecho, los humanos tienen esta proteína en la retina, pero parece no tener mayor incidencia en la teoría de que los humanos puedan tener la misma habilidad que otras especies.
Sin embargo, aunque la anterior era una de las teorías que prevalecía en la ciencia, este estudio demostró que si bien cuando los criptocromos están presentes junto con los FAD aumentan la sensibilidad a los campos magnéticos, en realidad no son tan importantes para la magnetorrecepción, es decir, el sexto sentido que permite a los animales navegar orientados.
“Los hallazgos son importantes porque comprender la maquinaria molecular que permite que una célula detecte un campo magnético, nos brinda una mejor capacidad para apreciar cómo los factores ambientales pueden afectar a los animales que dependen de un sentido magnético para sobrevivir”, escribieron los investigadores.
Y aunque los humanos tenemos células que muestran sensibilidad a los campos magnéticos, no tenemos el sexto sentido de los animales, pues la magnetorrecepción es muy leve comparada a las especies migratorias, pero tenemos la suerte de poder seguir utilizando Google Maps para no perdernos.
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