El telescopio espacial James Webb detectó el agujero negro supermasivo más distante hasta la fecha
Este nuevo descubrimiento destaca por su tamaño y por su edad, entre otros factores que lo hacen altamente valioso para las investigaciones científicas.
Un grupo de científicos descubrió un antiguo agujero negro en el centro de la galaxia CEERS 1019. Este hallazgo realizado con el telescopio espacial James Webb resalta porque se trata del ejemplar supermasivo activo más distante en tiempo del que se tiene registro.
Según dijeron los investigadores, se formó 570 millones de años después del Big Bang, mientras que además de ser poco común por su edad y distancia de la Tierra, lo es porque es 9 millones de veces más pesado que nuestro Sol.
Dicho número es menor que el de otros agujeros negros de este tipo, ya que si se comparan los datos, generalmente pesan más de mil millones de masas solares, un factor que los hace más brillantes y —por lo tanto— más fáciles de detectar.
Los detalles del hallazgo del telescopio James Webb
Desde el Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial declararon que “todavía es difícil explicar cómo se formó tan pronto después de que comenzó el universo”.
En un comunicado compartido por la organización —la cual se encarga de administrar el telescopio— , el astrónomo Dale Kocevski del Colby College en Waterville, quien dirigió uno de los tres nuevos estudios sobre esta galaxia distante, recalcó que “los investigadores saben desde hace mucho tiempo que debe haber agujeros negros de menor masa en el universo primitivo”.
“Webb es el primer observatorio que puede capturarlos con tanta claridad. Ahora pensamos que los agujeros negros de menor masa podrían estar por todas partes, esperando ser descubiertos”, manifestó el científico.
Un artículo disponible en The Astrophysical Journal Letters también detalla que los especialistas identificaron gas a altas temperaturas y estrellas recién nacidas, lo que sugiere la conformación de un agujero negro supermasivo, según informaciones rescatadas por Infobae.
Los datos que hicieron posible este hallazgo fueron reunidos con el telescopio James Webb como parte de la investigación Cosmic Evolution Early Release Science (CEERS), programa de estudios que tiene el objetivo de profundizar en la historia del universo en una región entre las constelaciones de Ursa Major y Bootes.
“Hasta ahora, la investigación sobre los objetos en el universo primitivo era en gran parte teórica. Con Webb no solo podemos ver agujeros negros y galaxias a distancias extremas, ahora podemos comenzar a medirlos con precisión. Ese es el tremendo poder de este telescopio”, explicó el astrónomo de la Universidad de Texas en Austin, Steven Finkelstein, quien dirige el proyecto y es coautor de uno de los estudios sobre CEERS 1019.
Entre los datos que pudieron reunir, también encontraron detalles sobre la composición química y la masa de la galaxia, los cuales revelan que está produciendo activamente nuevas estrellas, probablemente como resultado de una fusión con otra galaxia.
Y ello se le suma que hallaron otros dos agujeros negros supermasivos “ligeros”, con masas menores que las que se ven comúnmente en los que están a esa distancia. Estos están en el centro de las galaxias CEERS 2782 y CEERS 746, mientras que según el citado medio, en total se han descubierto 11 mediante el programa CEERS.
Frente a estos avances, el autor de uno de los estudios, Pablo Arrabal Haro de NOIRLab, valoró la “cantidad de espectros altamente detallados de galaxias remotas que devolvió Webb”, los cuales calificó como “absolutamente increíbles”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.