Esta es la razón por la que algunas comidas recalentadas saben mejor

El recalentado navideño es un clásico en los hogares chilenos, y es que la comida que se cena en las fiestas suele ser la misma que se come en el almuerzo al día siguiente, y al día siguiente y a veces, al otro día siguiente también.

También sucede en los trabajadores que optan por llevarse comida casera a la oficina, y que aprovechan hacer un poco más de cena para comer lo mismo en el almuerzo de la próxima jornada.

Pero no muchos se quejan, y es que hay ciertos alimentos que adquieren un mejor sabor después del momento en que se preparó. Pero ¿por qué sucede esto? Una especialista lo explica mejor.

“Hay dos lugares donde pueden ocurrir cambios que hacen que la comida sepa diferente y, a veces, mejor al día siguiente”, dice Pamela Dalton, investigadora del Centro de Sentidos Químicos Monell, en Filadelfia, Estados Unidos. “Uno de ellos está sucediendo en la comida en sí, y la otra gran parte sucede dentro del individuo que está probando la comida”, explica.

Primero, sobre la comida, la especialista dice que se suele creer que cuando se deja de cocinar, los alimentos permanecen en estado estático, pero no es así, pues los cambios en los alimentos suceden cada minuto.

Así también lo cree el chef Vikram Sunderman, que utiliza el curry para ejemplificar esto: “Cuando lo pruebas ese mismo día, aunque esté bien cocinado, todavía se siente un poco duro. Pero cuando lo comes al día siguiente, este se mezcla y madura, y empieza a ser más suave”.

Además, los alimentos que estén mezclados con líquidos o salsas suelen volverse más sabrosos, pues dentro del refrigerador comienzan a marinar, es decir, a absorber el sabor de las salsas, lo que los hace más apetitosos.

También juega un rol importante la grasa, y es que las moléculas de sabor de la comida suele buscar las grasas del plato y, por ende, vuelve más sabrosa la comida por más tiempo en los paladares de las personas.

No obstante, hay comidas que pierden su sabor con el tiempo: “El chile (ají) y otros platos picantes y ácidos son la gran excepción”, escribió el autor J. Kenji López-Alt en un libro de cocina.

Otro caso que puede suceder es que el cocinero, cuando va a comer, no siente tanta hambre, pues ha estado expuesto a los sabores y olores del plato que estaba preparando. “Pero al día siguiente, esas sobras son increíblemente tentadoras, especialmente si viste a todos los demás disfrutando de la comida”, cuenta Aaron Hutcherson, escritor y desarrollador de recetas de The Washington Post.