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Foto: Aton

Informe dice que 15 países evalúan aplicar advertencia nutricional chilena

Según un artículo del diario The New York Times "las advertencias de Chile son la última frontera" en el mundo. Sin embargo, la industria de alimentos advierte que hay que reevaluar la normativa del disco Pare.


"Cuando uno se enfrenta a un alimento en el negocio de la esquina, en el supermercado, uno tiene una fracción de segundos en la elección de un producto, no una hora", dice Tito Pizarro, ex jefe de División de Políticas Públicas Minsal, quien explica que el tiempo fue una de las razones que llevaron a implementar en Chile, en 2016, el disco Pare negro en los alimentos, que advierten sobre altos contenidos de nutrientes críticos, como sodio, azúcar, grasas saturadas y calorías.

Este sello nutricional resultó ser menos complejo y más claro que otros como el semáforo inglés, según arrojaron focus groups que se realizaron antes de su debut. De esta forma, el disco Pare se transformó en un modelo único en el mundo, de carácter obligatorio y que debe ubicarse en la parte frontal de los alimentos.

Según el balance de gestión (2014-2018) de la División de Políticas Públicas Saludables del Minsal, un total de 15 países manifestaron su interés en la normativa local y solicitaron información para considerarlos en sus proyectos regulatorios: Uruguay, Brasil, Ecuador, Argentina, Perú, México, Nicaragua, Guatemala, Panamá, El Salvador, Honduras, Israel, Canadá, Australia, Nueva Zelandia, además de la Comunidad del Caribe (Caricom).

Pese al interés de los países, la implementación de un etiquetado igual o similar al chileno está generando conflictos. Países como México y Canadá están mirando el modelo local, pero hoy están en plena discusión de un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos, país que quiere que se limite la capacidad de los tres países de advertir a los consumidores sobre los peligros de la comida chatarra, según informó esta semana The New York Times.

"Funcionarios en México y en Canadá -al igual que gobiernos en Brasil, Perú, Uruguay, Argentina y Colombia- han discutido opciones como el uso de colores, formas y otros símbolos de fácil comprensión para advertir a los consumidores de los riesgos a la salud. Tales propuestas han sido inspiradas en buena medida por la introducción de regulaciones en Chile, en 2016, que incluyen requisitos como sellos grandes de color negro al frente de algunos empaquetados", dice el artículo.

Sin embargo, la idea de EE.UU. es impedir que algún integrante del TLCAN pueda requerir las advertencias al consumidor al frente de bebidas azucaradas y alimentos grasosos empaquetados. "La provisión estadounidense establece que no debería haber ningún símbolo, forma o color que "denote de manera inapropiada que existe un daño por el consumo de comidas o bebidas no alcohólicas", relata el reportaje.

Si bien hay diversos modelos, The New York Times señala que los expertos en salud pública consideran que la mayoría de las etiquetas, excepto las de Chile, son poco efectivas. "Las advertencias de Chile son la última frontera", dijo al medio estadounidense Alexandra Jones, abogada en el George Institute for Global Health de Australia. "Representan potencialmente una intervención de salud pública mucho más efectiva: distanciar la gente de la comida chatarra que abunda".

Desde el gremio de la industria de alimentos, AB Chile, precisan que hoy existen diferentes países evaluando distintos sistemas de etiquetados de advertencia, no necesariamente el chileno. "Ha habido consultas entre los gobiernos. Sin embargo, los que han avanzado o en vías de hacerlo, están haciéndolo con el modelo de semáforo y no el disco Pare (Perú y Ecuador). Además, usan parámetros técnicos distintos a los nuestros", indica el gremio.

Asimismo, afirman que los gobiernos de EE.UU. y también la Unión Europea han manifestado no estar de acuerdo con el etiquetado local. "El modelo de Chile está en evaluación aún dentro del país. Hoy día, a casi tres años de que se aprobara el reglamento, ningún otro país en el mundo lo tiene. Esto debiera ser suficiente para que nos sentemos a evaluar a conciencia y de manera objetiva si estamos utilizando la mejor herramienta", advierten.

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