Jacqueline Van Rysselberghe

Querido papá:

En este día especial, quiero decirte que aunque ya no estás físicamente conmigo tu presencia se mantiene intacta en mi corazón, pensamientos, y en las actividades que realizo, ya que con tu ejemplo de vida me enseñaste a inyectarle intensidad, pasión y compromiso a cada cosa que hago.

Fuiste un faro y guía para mí, contribuyendo a forjar en gran medida mi carácter como persona, lo que nos hacía muy parecidos el uno del otro en nuestra forma de ser. Eso marcó la complicidad y cercanía que siempre mantuvimos como padre e hija, a pesar de que por tus obligaciones laborales y compromisos muchas veces te ausentaste de casa más de la cuenta.

Si bien como en toda relación familiar mantuvimos nuestras diferencias, no hubo un instante en el que no contara con tu apoyo a las decisiones que tomé en términos personales y profesionales. Tu respaldo incondicional me hizo sentir siempre muy segura, aun cuando me terminara equivocando.

Una de las mayores lecciones de vida que me diste fue durante mi adolescencia, cuando comencé a desarrollar mi espíritu de servicio público y mi vocación como dirigente política, aconsejándome a que no renunciara nunca a exponer mis ideas con fundamentos, convicción y claridad, por más que otros no las compartieran o se resistieran a ellas.

Estoy segura que si ahora estuvieses aquí, tu rostro expresaría el mismo orgullo que me demostrabas por todos los logros que fui alcanzando a lo largo de mi vida; y no me cabe duda que desde donde estés sentiste una satisfacción especial cuando logré convertirme en la primera mujer en dirigir la UDI.

Extraño mucho nuestras conversaciones y los gratos momentos que pasamos juntos, los que hoy atesoro en forma de recuerdos imborrables que me permiten llenar el vacío que dejaste cuando partiste. No puedo terminar esta carta del Día del Padre sin agradecerte todo lo que me diste, enseñaste y entregaste en estos años juntos, y decirte que me siento muy feliz de que la vida me haya regalado la oportunidad de ser la hija de una persona tan maravillosa como tú.

Jacqueline

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