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La historia de Masafumi Nagasaki, un anciano japonés que vivió 29 años solo y desnudo en una isla

Fotógrafo de profesión, Nagasaki decidió dejar atrás su vida en la civilización y se enfrentó a la soledad en una isla desierta en Japón. Su deseo era morir ahí, pero autoridades japonesas lo obligaron a desalojar su hogar.


Casi nadie llega a la pequeña isla japonesa de Sotobanari, en el archipiélago de Ryukyu, Japón. De vez en cuando la visitan algunos pescadores de la zona, pero no había un solo habitante, solo un anciano de 82 años.

Masafumi Nagasaki vivió durante 29 años completamente solo y desnudo en la isla. Alejado de la civilización, el hombre de 82 años llamó su hogar un archipiélago cerca de Tokio.

Llegó a la isla cuando tenía unos 53 años. Con unas cuantas pertenencias, Masafumi se instaló en su paraíso personal, pero un tifón arrasó con todo, incluida su ropa, dejándolo sin ningún objeto personal. Desde ese momento vivió desnudo y con lo poco que tenía, relata el medio News.

Lo bautizaron como el "ermitaño nudista" o el "Robinson Crusoe japonés" por su estilo de vida. Casi nadie llegaba a la isla, solo unos cuantos pescadores o visitantes.

Ese fue el caso de Álvaro Cerezo, un malagueño que viaja por islas desiertas, quien conoció a Masafumi y compartió con él durante cinco días. Tiempo en la que documentó toda su vida.

https://www.youtube.com/watch?v=3mnxrLFe5qA

"Aquí, en la isla, no hago lo que la gente me dice que haga, simplemente sigo las reglas de la naturaleza", relató el anciano en uno de los videos.

Su día comenzaba con una estricta rutina de ejercicios por la mañana, luego se dedicaba a limpiar la isla con un rastrillo. Dejó de comer carne, pescado y huevos de tortuga por respeto a la naturaleza.

Medía el tiempo con un reloj a pulso que colgaba de un árbol e iba a una isla cercana a comprar alimentos con el poco dinero que le mandaba su hermana.

Fotógrafo de profesión, Masafumi quiso pasar el resto de su vida en esta isla y morir ahí.

"No tengo opción, ya le dije a mi familia que moriría aquí. Mi deseo es morir aquí sin tener que molestar a nadie, por eso es que no quiero enfermarme o herirme. Quiero que me mate un tifón y que nadie intente salvarme. Morir aquí es lo mejor, es simplemente perfecto para mí", soñaba Masafumi.

Sin embargo autoridades japonesas lo obligaron a desalojar su isla, su hogar, comunicó Cerezo, pues alguien comunicó a la Policía que el anciano se veía muy débil y lo llevaron de vuelta a la civilización.

Ahora se encuentra en una ciudad cercana a la isla, en Ishigaki, lejos de la que él esperaba ser su lugar donde pasar sus últimos días.

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