Han pasado 15 años desde que la belga Geneviève Lhermitte (56) fue condenada por la justicia a cadena perpetua, luego de que se comprobara que degolló a sus cinco hijos con un cuchillo, crimen que cometió el 28 de febrero de 2007 y que materializó en las respectivas piezas de cada uno.

Según informaron los medios locales por aquella época, conocidos de la familia declararon que todo se veía en orden desde afuera, a pesar de que la mujer no interactuaba mayormente con otras personas.

Los peritos que investigaron el caso que se concluyó en 2008 dijeron que encontraron síntomas de ansiedad y depresión en Lhermitte, quien tras los asesinatos dejó dos notas escritas a mano. Una de ellas decía “llamar a la policía” y la pegó justo en la puerta de la casa.

Asimismo, llamó por teléfono a servicios de ayuda y trató de quitarse la vida, acto que no llegó a concretar.

Por su parte, su esposo Bouchaib Mokadem no se encontraba en el lugar, debido a un viaje relacionado con su trabajo como empleado en el sector farmacéutico.

Los medios locales Sudinfo y Le Soir confirmaron que murió este miércoles a sus 56 años en el hospital Léonard de Vinci en Montigny-le-Tilleul, como resultado de una eutanasia que ella misma solicitó por “sufrimiento psicológico sin esperanzas”.

Durante el desarrollo del juicio en el que fue condenada —el cual generó conmoción alrededor de todo el mundo— se descubrió una carta que le había escrito a su terapeuta un día antes de ese trágico día de 2007. En ella, revelaba sus planes para llevar a cabo los asesinatos y después atentar contra sí misma.

Y pese a que en un momento se discutió la posibilidad de que fuese llevada a una clínica psiquiátrica, las autoridades judiciales consideraron que era consciente al momento de actuar, por lo que le adjudicaron los cargos de asesinato premeditado a Lhermitte.

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