Mujer estuvo fallecida por más de tres años en su departamento y nadie lo notó
Su caso era tan vulnerable que fue reportado al menos dos veces a los servicios de salud y sociales. Pero los esfuerzos y ayudas no llegaron. Poco después Laura Winham murió en su propio departamento y ninguna persona se dio cuenta, hasta varios años después.
En mayo de 2021, una mujer de 38 años fue encontrada fallecida “en un estado momificado, casi esquelético” luego de que su hermano y su madre exigieran a la policía que ingresara a su departamento.
Ahora, la familia está exigiendo saber los motivos de que ella haya sido “abandonada y dejada morir” por los servicios sociales y de salud de Inglaterra.
Su nombre era Laura Winham y vivía en una vivienda social en la ciudad británica de Woking, en el condado de Surry. Desde que nació tuvo que enfrentar las dificultades del síndrome de Goldenhar, una enfermedad que causa anomalías en zonas como los ojos, las orejas, la mandíbula e incluso en la columna.
Pero además de ese padecimiento, durante años la mujer luchó con problemas de salud mental no tratados: padecía de esquizofrenia.
Los efectos de esa enfermedad de salud mental la llevaron a que se alejara de su familia. Nadie de los integrantes podía acercarse a la mujer, porque ella creía que la dañarían.
“El contacto con nosotros parecía ponerla bajo una enorme tensión. Se negó a vernos. Al final, lamentablemente tuvimos que respetar sus deseos”, expresó Nicky, la hermana de Laura.
Eso significó que no pudieran visitarla.
Un abandono múltiple
“Todos los que estuvieron en contacto con Laura y tenían un deber con ella en algún momento, simplemente se limpiaron las manos y la olvidaron”, dijo Nicky. “La abandonaron y la dejaron morir”.
“Es desgarrador pensar en cómo vivió en sus últimos años, sin poder pedir ayuda, sin nadie allí para ella”, añadió.
Las palabras de Nicky se deben a que los servicios sociales y de salud tenían la obligación de controlar la crítica situación de Laura, ya que a esa altura solo la ayuda profesional podría actuar.
En el año 2014, Laura fue derivada a un centro de salud mental local, luego de que el personal de la vivienda social donde vivía identificara que ella estaba “indispuesta, bastante delgada y había dicho que no tenía amigos y creía que la gente la estaba observando”, informó Daily Mail.
Pero de acuerdo al mismo medio, Laura nunca fue controlada por su enfermedad. Y aún más, funcionarios del servicio social tampoco volvieron a visitarla físicamente.
En 2016, el subsidio que Laura recibía debido a su discapacidad se detuvo. El motivo fue el siguiente: ella no respondía a las cartas que mandaba el Departamento de Trabajo y Pensiones.
Las últimas personas que vieron en vida a la mujer habrían sido oficiales de policía que la visitaron en octubre de 2017.
Al observar las vulnerables condiciones en las que estaba viviendo Laura, comentaron a los servicios sociales que la mujer estaba “descuidándose a sí misma, tenía poca comida y parecía no saber cómo acceder a los servicios locales para recibir ayuda”.
A pesar de la advertencia, el esfuerzo que se hizo para ayudar a Laura no fue mucho. En lugar de visitarla de forma física en su hogar, los trabajadores sociales la llamaron y le escribieron cartas, pese a que se les había dicho que el teléfono de Laura no funcionaba.
Luego de dos semanas, no hubo ningún tipo de respuesta de parte de la mujer y la entidad responsable no ahondó más de lo que podría haber sucedido con ella.
La solitaria muerte de Laura
Se ha presumido que Laura falleció en noviembre de 2017, un mes después de la visita de la policía.
Fue en ese mes cuando la mujer dejó de marcar los días de su calendario. Alcanzó a escribir la frase “necesito ayuda”, y poco después, no volvió a dejar registros.
Como el arriendo de la vivienda social en que vivía se continuó pagando, por mucho tiempo nadie sospechó de algo extraño.
Hasta que en mayo de 2021 el hermano de Laura, Roy, y su madre Marilyn quisieron saber de ella de una vez por todas. En la puerta del departamento se asomaron por el buzón y vieron algo que parecía ser un pie debajo de una frazada. De inmediato, llamaron a la policía de Surrey.
Los funcionarios policiales entraron a la casa de Laura. Allí estaba fallecida, sin que nadie se hubiera enterado de su situación por tres años y medio.
Tras una investigación, la identidad de la mujer tuvo que ser determinada por medio de registros dentales. Y aunque se descartó la participación de terceros en su muerte, no se pudo identificar la causa específica que motivó su fallecimiento.
Hoy en día, la familia de Laura exige que se establezcan responsabilidades de los servicios que tenían que velar por su salud.
“Laura fue remitida dos veces a equipos de atención social para adultos, primero en 2014 y luego por la policía en octubre de 2017. No se llevaron a cabo evaluaciones de sus necesidades. Sin duda, estas fueron oportunidades perdidas para intervenir y llevar a cabo un control de bienestar”, dijo Iftikhar Manzoor, abogado que representa a la familia.
Su hermana Nicky coincide en que existieron señales que podrían haber sido aprovechadas para ayudar a su hermana, pero se ignoraron.
“Durante tres años y siete meses nadie del ayuntamiento comprobó el estado y las condiciones internas de su piso y en ningún momento durante este tiempo se realizaron controles anuales de gas”, apuntó.
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