¿Qué tan cerca estamos de alcanzar la máxima demanda de petróleo y en qué se traduce este escenario?
Desde la Agencia Internacional de Energía (AIE) compartieron su pronóstico en torno a la utilización de crudo a nivel global para los próximos años.
Durante años, se ha planteado que en algún momento de la historia se debería alcanzar la extracción máxima de petróleo. Si bien, todavía no se sabe cuándo ocurrirá aquello, sí se han informado otros aspectos relacionados al crudo y, como es de suponer, a sus efectos en el medioambiente.
La Agencia Internacional de Energía (AIE), un organismo que asesora a gobiernos en torno a materia energética, anunció que es posible que estemos cerca del tope de consumo (o demanda global) de este componente.
En palabras que el analista de dicha institución, Ciarán Healy, dijo a la BBC, “creemos que será a finales de esta década, probablemente en 2029 o 2030″.
Y junto con ello, afirmó que pronostican un crecimiento —aunque desacelerado— para los años venideros, ya que aunque “el petróleo sigue siendo un activo muy importante”, también “hay puntos de inflexión a la vista”.
Pero, ¿en qué se traduce este escenario?
Los pronósticos en torno al petróleo
Datos recatados por el citado medio detallan que aunque se alcance el tope de consumo, no sería suficiente para revertir el cambio climático, mientras que el nivel que se espera para finales de esta década también dista del necesario para mantener el aumento de la temperatura global dentro de márgenes seguros.
En términos concretos, según la AIE, para lograr el cero neto de emisiones de CO2 en la industria para 2050, se necesitaría detener de golpe la apertura de nuevas fuentes de explotación de elementos como petróleo, gas y carbón.
No obstante, se presume que la transición de combustibles fósiles a energías renovables seguirá en aumento.
Si bien, el petróleo ha adquirido un papel fundamental para el funcionamiento de la industria, hasta el momento no se ha podido definir con precisión cuándo se llegará a su nivel máximo de producción.
Aquello se debe, por un lado, a que se ha optado por fuentes no convencionales, tales como el petróleo esquisto bituminoso y las arenas bituminosas. Asimismo, se han encontrado grandes yacimientos de petróleo convencional en países como Brasil, Guyana y Namibia.
Según declaró a la BBC la investigadora de finanzas sostenibles de la Universidad de Oxford, Krista Halttunen, “siempre ha habido nuevos descubrimientos o nuevas tecnologías, nuevas formas de extraerlo”, por lo que “nunca alcanzamos un tope: en realidad, la capacidad de producción ha estado creciendo todo el tiempo que hemos tenido crudo”.
Aún así, la preocupación por el cambio climático durante las últimas décadas ha influenciado a que existan opiniones contrarias en torno a la extracción de combustibles fósiles, sus beneficios y sus costos medioambientales.
Eso, sumado al aumento de fuentes alternativas de energía renovable, ha desencadenado un mayor posicionamiento de la urgencia de reducir y eliminar progresivamente los combustibles fósiles.
Es por esto que desde la AIE aseguraron que presumen que es más cercano que se dejen de necesitar, antes de que se agoten sus fuentes de extracción.
“Esta es una visión de lo que pensamos que va a pasar con base en las cosas que la gente ha dicho que van a hacer o que estamos seguros de que van a ocurrir”, destacó Healy, para luego añadir que también se necesitan políticas adicionales y cambios de comportamiento.
Los factores esenciales para alcanzar el tope de consumo
Uno de los puntos más importantes que desde la AIE creen que es importante revisar, es el área del transporte, debido a que es la que más consume petróleo. Según sus datos, cerca del 60% de los 100 millones de barriles que se ocupan diariamente a nivel mundial van destinados a este sector.
La experta de Oxford fue enfática al decir que “no hay nada que requiera tanto” de este componente como dicho ámbito.
De los números planteados, un 45% del total, es decir, 45 millones de barriles diarios, son usados para combustible que usan vehículos motorizados de distintos tipos, tales como autos, camiones y camionetas.
Para el analista de AIE, tales cifras deberían reducirse gradualmente con la llegada de combustibles alternativos, la mayor eficiencia que aportan los avances tecnológicos y la aparición de modelos eléctricos.
Estos últimos, según Healy, ya están teniendo una entrada significativa en territorios como China, Europa y Norteamérica, hasta el punto en que a nivel mundial, de todos los autos nuevos vendidos en 2022, 14% fueron eléctricos.
Anteriormente, en 2021 figuraron en un 9% y en el 2020, en menos del 5%.
“Esperamos que siga teniendo un gran impacto, ya que se venden más y más vehículos eléctricos y se reemplaza el uso de motores de combustión interna”, manifestó a la BBC.
Respecto al sector público, Halttuten ejemplificó que China actualmente tiene unos 600.000 buses eléctricos y alrededor de 13.8 autos en sus carreteras.
“A medida que se reemplaza la flota, con autos más viejos vendidos típicamente hace 15 o 20 años que son reemplazados por otros nuevos y mucho más eficientes, o aviones más nuevos que reemplazan a aviones más viejos y mucho menos eficientes (...) ayuda a limitar realmente el aumento en todas estas diferentes categorías”, añadió Healy.
Aún así, explicó que la creciente economía de ciertos países como India incluye indirectamente una mayor utilización de combustible, ya que las personas tienden a movilizarse más.
Y a eso se le suma que, por ejemplo, en Estados Unidos, el aumento en la demanda de camionetas SUV que consumen altas cantidades de gasolina está creciendo, lo que también incrementa las emisiones de CO2.
A pesar de aquello, desde la AIE esperan que el uso general de petróleo alcance su punto máximo en 2026, para luego empezar a bajar significativamente.
Aunque los factores mencionados anteriormente son importantes de considerar, la creciente producción de plásticos y fibras sintéticas también se posiciona como una preocupación crucial para los expertos, por lo que Healy aseguró que se requieren medidas para enfrentar este escenario.
De la misma manera, Halttunen sostuvo que aunque se alcance la demanda máxima de petróleo, carbón y gas, este sería solo un paso.
“Lo más importante que tenemos que hacer para mitigar el cambio climático es dejar de quemar combustibles fósiles”, afirmó a la BBC, “estamos muy lejos de detenernos, pero cualquier señal de que podemos reducir, o al menos detener el crecimiento, sería bienvenida”.
Pese a que hay fuentes alternativas que se han ido posicionando, actualmente el 82% de la energía total del mundo proviene de combustibles fósiles, mientras que “todavía tenemos países en desarrollo que aumentan su uso de energía, incluso cuando algunos países desarrollados en realidad están reduciéndolo”.
En otras palabras, si el uso general es más grande que el crecimiento de las energías renovables, los avances se ven estancados.
Frente a esta situación, Healy valoró la proyección de la AIE como “algo esperanzador”, pero también sentenció que “hay mucho más por hacer”.
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