The Cure y un oscuro regreso cerca del adiós
El legendario grupo se apresta a lanzar su nuevo disco, Songs of a lost world, tras 16 años sin publicar nuevo material. Los adelantos ya han trazado que se trata de un regreso a la oscuridad que Robert Smith y compañía habían trazado por última vez en Bloodflowers (2000), lo que ha alimentado las expectativas de la fanaticada, más al generar comentarios positivos de la prensa. Así, dos músicos chilenos, trazan para Culto lo que se puede esperar de este disco y cómo entra en la anunciada recta final de la banda, como anunció Smith.
Bien puede decir Pablo Giadach, músico y productor chileno de larga trayectoria, que se enteró por internet de que había sido elegido para participar como número de apertura del pasado show de The Cure en Chile. “Me enteré porque ellos subieron un post, dos días antes del concierto. Nadie nos había confirmado nada, pero un día en la mañana me despierto y veo que estamos en el afiche posteado por The Cure”, dice al teléfono con Culto.
Giadach, quien ha sido guitarrista y cantante de la banda Casino y exintegrante de The Ganjas, lanza su música en solitario bajo el nombre de The Cruel Visions, con el que publicó un primer disco homónimo en 2020. Asimismo, es un declarado admirador de la obra de The Cure. De hecho, en las paredes de su estudio Lautaro, se puede ver un cuadro alusivo al álbum Wish (1992). Por eso, cuando el líder del grupo, Robert Smith, preguntó en la red social X (antes conocida como Twitter) por recomendaciones de artistas locales para abrir el show de los británicos en Santiago, no dudó en hacer campaña.
Pocos saben que Giadach había concretado una maniobra previa. “Hace algunos años atrás, cuando estaba de gira por Estados Unidos, conocí a un tipo que trabajaba en el staff de Cure. A esa persona le mandé el primer disco de The Cruel Visions cuando recién salió y le dije: por favor, muéstraselo a Robert. No supe nunca más nada, pero a lo mejor eso también puede haber influido”.
Conocido por manejar al dedillo cada aspecto del trabajo de The Cure, fue el mismo Robert Smith quien eligió a The Cruel Visions. Eso quedó claro cuando el inglés saludó a Giadach tras terminar su presentación en el Estadio Monumental. “Estábamos tocando y como al tercer tema alguien se pone a gritar. Miro a mi izquierda y estaba Robert en el escenario saludándonos. Terminamos, bajo del escenario y él se acerca a saludarme”.
Fue entonces que Giadach se sintió desbordado por la emoción. “Bajo lleno de adrenalina y se me acerca de una. No me acuerdo bien qué hablamos, pero traté de no ser tan fan. Me dijo que había escuchado el disco y le había gustado, que habíamos tocado muy bien y le gustó el proyecto. También me contó un poco de la gira y lo más insólito es que me dijo ‘muchas gracias por participar esta noche’, fue muy chistoso. Lo pasé increíble”.
Esa noche en el Monumental, tal como venía sucediendo en el tour Shows of a Lost World, The Cure interpretó tres nuevas canciones, las que serán parte de Songs of a lost world, el esperado nuevo disco del grupo a publicarse el 1 de noviembre. Se trata de un disco especial, tras 16 años sin lanzar material inédito desde 4:13 Dream (2008). De hecho, en el Monumental abrieron con Alone, la que también abre el disco, y se lanzó como primer single promocional el pasado 26 de septiembre. A este le siguió el sencillo A fragile thing y cerrando esta semana se reveló en el canal de What’sApp de la banda un fragmento de Drone:No drone, otra canción inédita que bien puede ser el tercer corte.
Regreso a la oscuridad
Hasta ahora, los sencillos han dejado una buena impresión de la crítica. Se ha remarcado que la sonoridad y la composición de este material se puede hermanar con los paisajes de obras como Disintegration (1989) o Pornography (1982), que bien pueden considerarse los discos clave para comprender el sonido del grupo. “Las canciones demuestran que ha vuelto Robert Smith y compañía en estado de gracia”, dice Juan Pablo Órdenes, músico y guitarrista chileno, que trabajado con artistas como Chini.png y Maifersoni, además de su banda Columpios al suelo.
Reconocido fan del grupo, Órdenes asistió al show de los Cure en el Monumental. Por eso, escuchó en vivo ese nuevo material. De allí a que tenga optimismo sobre el álbum venidero. “4:13 Dream y el homónimo (2004) no fueron grandes discos, la banda es la primera en reconocerlo, pero esto se siente distinto, más sentido, más trabajado, recuperando esa cualidad de himnos atmosféricos que tan bien les sale, es fácil tender una cuerda entre estas canciones y lo que hicieron para Disintegration, y para quienes pudimos presenciar esos adelantos en vivo sabemos que lo mejor está por venir”.
Una opinión similar es la de Pablo Giadach, quien ha seguido con atención cada novedad discográfica de la banda. “Estas nuevas canciones, como Alone, se separan de lo que había estado haciendo de Cure hace un rato. Porque desde Bloodflowers (2000), que no había un disco tan oscuro y para adentro de Cure. Todo lo que sacó después había sido un poco más rockero”.
De hecho, Bloodflowers abre con Out of this world, un tema de una larga introducción, en que Robert Smith recién comienza a cantar pasados dos minutos, tras sucederse un denso sonido de guitarras y teclados más orgánicos. Muy similar a lo que presenta Alone, que también se extiende en una larga introducción, aunque más cargado a las capas de sonido. “Tiene la típica estructura de los temas de The Cure, que parte con una vuelta entera por todas las partes del tema antes de entrar a cantar. A mí me encantó”, dice Giadach.
Se sabe que Songs of a lost world tiene solo 8 canciones, es decir, probablemente no tiene temas de relleno. Hasta ahora la crítica ha sido elogiosa. El señero The Guardian, le dio cinco estrellas de cinco posibles y asegura que es un disco “oscuro, personal y el mejor desde Disintegration”.
Es un sonido que parece condensar 16 años en que pasaron sesiones de grabación abandonadas, constante rectificación de la fecha de lanzamiento y las tragedias personales de Smith, al enfrentar la muerte de familiares cercanos. Es decir, parece efectivamente, hablar de un mundo perdido. De allí su oscuridad. “Es potente, poseedor de una belleza oscura y con frecuencia conmovedor de una manera que se siente diferente a todo lo que han lanzado antes”, dice el medio inglés.
Además, adelanta una novedad; la presencia de un pesimista comentario social, en la canción Warsong. “Nos decimos mentiras para ocultar la verdad… todo lo que hacemos es vergüenza”.
Desde la vereda de NME, otro clásico magazine musical de Reino Unido, también le dieron puntuación máxima al disco. “Se siente lo suficientemente suficiente para la espera que hemos soportado, solo por ser posiblemente el álbum más personal de la carrera de Smith. La mortalidad puede acechar, pero hay color en el negro y flores en la tumba”, detallan.
Y tal parece que no habrá que esperar mucho tiempo antes de más novedades discográficas de The Cure. Según detalló Robert Smith en una entrevista para los fans, originalmente pensó en lanzar un nuevo disco en 2018, con ocasión de los 40 años de la banda. La idea no prosperó, pero los dejó con mucho material grabado, unas “25 a 26 canciones”.
Por ello, aseguró que tras Songs of a Lost world, dice que hay siguiente disco que “está prácticamente terminado” e incluso deslizó la chance de que venga un tercero en línea. Pero en la misma charla se aventuró a poner una fecha límite para el grupo. Es decir, habló derechamente del final de la banda. “En 2029 cumpliré 70 años y ese será el 50 aniversario del primer álbum de The Cure. Eso es todo, eso es todo. Si llego hasta ahí, eso es todo”.
Es decir, desde este nuevo disco, es la eventual llave para la fase final de la discografía del grupo ¿marca este álbum un retiro con dignidad? “Si hay algo que ha caracterizado a The Cure es que han sabido llevar su longevidad con dignidad -dice Juan Pablo Órdenes-. Evitando lo bochornoso han reducido sus entregas discográficas y en vivo mantienen esa calidad incólume, donde se paran de igual a igual estrenos como la tremenda Alone (desde ya entre lo mejor de su discografía) con hitos como Plainsong”.
Aunque el músico suma un apunte respecto a los anuncios de Smith. “La verdad yo me tomo con una pizca de sal todo lo que vaticine Robert Smith, si le creyéramos ya se habrían separado unas 5 veces en los últimos 35 años. Pero lo que sí creo es que todo el tiempo que les quede estarán dando shows enormes y enamorando a nuevas generaciones. No bajarán el listón”.
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