Juan Villoro, premio Manuel Rojas: "Admiro su talante anarquista"
El autor de El testigo, de 61 años, destacado cronista, ganó por unanimidad y se adjudicó US$ 60 mil. Los finalistas fueron Mario Bellatin y Alan Pauls.
Estaba en el taller literario de Augusto Monterroso. Era comienzos de los años 80 en México y Juan Villoro publicaba su primer libro gracias a la gestión del autor centroamericano. El conjunto de relatos La noche navegable apareció por el sello Joaquín Mortiz, días después de un terremoto.
"A consecuencia del temblor, salió tu libro", le dijo entonces el editor a Villoro, quien ayer fue elegido por unanimidad como el nuevo Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas.
Los movimientos sísmicos han marcado la trayectoria del escritor mexicano, nacido en 1956. "Chile es mi segunda patria. Siempre digo que nací en México y volví a nacer en Chile, después del terremoto de 2010", recordó ayer Villoro (61) a La Tercera, quien se encontraba en Santiago para el gran terremoto de hace ocho años, que terminó en la escritura de 8.8: El miedo en el espejo.
"¡No me diga!, ¡qué maravilla! Estoy conmovido, emocionado", señaló al teléfono Villoro, desde Ciudad de México, cuando pasado el mediodía de ayer recibió la noticia de la ministra de las Culturas, Alejandra Pérez.
La deliberación se realizó en el Museo de Arte Precolombino. Junto a la ministra se encontraba el jurado del galardón, los autores chilenos Antonio Skármeta y Carlos Franz; los argentinos Martín Caparrós, Mauro Libertella y la mexicana Guadalupe Nettel. Además de Paz Rojas, hija del autor de Hijo de ladrón y Jorge Guerra, director de la fundación Manuel Rojas.
"Juan Villoro pertenece a la tradición de los grandes escritores latinoamericanos, cuyos temas y enfoques interpelan profundamente a todo el continente", apuntó el acta del jurado, leída por la ministra Pérez. "Su obra incluye novelas, cuentos, crónicas, relatos infantiles, obras de teatro, ensayos, que despliegan una prosa tan inteligente como malabarista (...) Sus historias emocionan tanto como cuestionan, sus personajes ahondan en todas las facetas de la experiencia humana, todo ello con un humor que nunca desfallece", agregaba el documento que le hace acreedor a Villoro de una medalla, un diploma y US$ 60 mil ($ 38 millones), que será entregado en los próximos meses en La Moneda. Villoro es el segundo mexicano en recibirlo, después de Margo Glantz (2015).
El premio Manuel Rojas se otorga desde 2012 -año en que Villoro recibió el premio José Donoso-. Entre sus ganadores están Rubem Fonseca (2012); Ricardo Piglia (2013); Horacio Castellanos Moya (2014); Glantz (2015); César Aira (2016) y Hebe Uhart (2017). Entre los finalistas de la versión 2018, estuvieron el mexicano Mario Bellatin y el argentino Alan Pauls.
Fútbol y rock
"No esperaba la llamada que me han hecho hoy (ayer). Las líneas telefónicas están empapadas por las tormentas de los último días y recibí la noticia como algo casi irreal. Los premios le deben mucho a la casualidad y a los generosos caprichos de los jurados", comentó Villoro, quien con la novela El testigo ganó el Premio Herralde 2004. En ella narra los vicios de la política y la sociedad mexicana, en la voz de Julio Valdivieso, intelectual que regresa al país después de un largo período en Europa.
Ayer, Villoro recordó sus amistades chilenas, como lo fueron Roberto Bolaño y Poli Délano. "Descubrí a Manuel Rojas por Poli, que vivió en México y a quien quise mucho. Él, que era gran cuentista, me recomendó un libro de título cautivador: El delincuente, el vaso de leche y otros cuentos. Me maravilló que el delito coexistiera en el título con lo más inocente, un vaso de leche. Esos extremos cifran la imaginación de Rojas. Y también admiro su talante anarquista, rama del pensamiento libertario a la que debemos regresar", dijo el autor, quien además rememoró amistades chilenas exiliadas en Alemania, cuando fue agregado cultural, entre 1981 y 1984, en Berlín Oriental.
De esos años nació una reconocida traducción de los Aforismos, de Georg Lichtenberg, publicado por el Fondo de Cultura Económica.
Amante del cine, el rock (fue guionista del programa radial El lado oscuro de la luna) y el fútbol -hincha del Necaxa-, en los 90 ejerció el periodismo en medios como Nexos, Proceso, Reforma y La Jornada. Por esos años, por su libro de relatos La casa pierde logró el Premio Xavier Villaurrutia (1999).
Sin embargo, su labor de cronista lo volvió un referente en Latinoamérica, género que ha llamado "el ornitorrinco de la prosa", debido a las influencias que la alimentan. De esas narraciones han salido títulos como Los once de la tribu (1995); Dios es redondo (2006); De eso se trata (2007) y La utilidad del deseo (2017).
En las próximas semanas, cuenta, saldrá El vértigo horizontal. Una ciudad llamada México. "Es un libro testimonial sobre el desafiante y estimulante lugar donde escribo. El texto más antiguo es de hace 24 años, así es que tardé casi un cuarto de siglo en rendirle homenaje a mi ciudad, temporalidad adecuada para una urbe que te obliga a llegar tarde a todas partes", señala quien es hijo del filósofo Luis Villoro, fallecido en 2014.
Su relación con el teatro se ha acentuado en estos años. En 2017 se estrenó en el país su obra La desobediencia de Marte, dirigida por Alvaro Viguera y protagonizada por Francisco Reyes y Néstor Cantillana.
"En enero se repondrá en Chile y ahora trabajo en la reposición del montaje mexicano", cuenta Villoro sobre la obra que aborda la relación de dos figuras fundamentales de la historia de la astronomía, Tycho Brahe y Johannes Kepler.
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