La energía de Depeche Mode cautivó al Nacional
El histrionismo de Dave Gahan y un potente sonido marcaron el debut de los ingleses en el recinto de Ñuñoa.
La espera valió la pena para los 47 mil fans de Depeche Mode. Ocho años tuvieron que pasar para que el trío que vistió de negro la pista de baile en los ochenta volviera a Chile. Y tras su debut en 1994 y una segunda visita en 2009, anoche en su estreno ante un Estadio Nacional repleto los ingleses demostraron por qué siguen vigentes luego de 38 años de carrera.
Global Spirit Tour es el nombre de la gira que los trajo nuevamente a suelo local a promocionar su último disco, Spirit (2007), y que con 130 fechas se transforma en la más larga de su historia.
Haciendo honor a la puntualidad inglesa, exactamente a las 21 horas comenzó a cantar Revolution de The Beatles, con la que introducen el show. Una especie de pintura de varios colores y la silueta del vocalista Dave Gahan contorneándose al fondo dio paso a Going backwards, segundo sencillo del álbum que da nombre a la gira, el número 14 de su carrera.
Con Gahan dando vueltas con los brazos abiertos en medio de la euforia del público comenzó It's no good, donde las tres pantallas en blanco y negro dejaron ver a la banda por primera vez. Después vinieron Barrel of a gun y A pain the I'm used to, donde el frontman corrió y bailó en la tarima que se adentraba entre el público de cancha vip.
Su voz intacta y movimientos cadenciosos continuaron con Useless del disco ULTRA (1997), uno de los más alabados de su carrera. Los acordes de Andy Fletcher desataron los gritos de los asistentes que reconocieron que venía Precious. La canción terminó con una imagen que ya se repetía: el trasero del histriónico inglés moviéndose en primer plano en las pantallas del coliseo. World in my eyes fue la siguiente que puso a bailar a un Nacional rendido ante la imparable energía de los británicos.
Luego Martin Gore dejó la guitarra para interpretar las emotivas Insight y Home, que terminó con el músico dirigiendo al público para que coreara los emblemáticos acordes finales. Pero las voces del recinto ñuñoíno no se detuvieron cuando terminó la canción, por lo que esta vez Gahan decidió seguir alentándolos como un maestro de orquesta.
Una pareja bailando apareció en las pantallas para dar paso a In your room del Songs of faith and devotion (1993) donde el pedestal del micrófono se convirtió en el compañero de movimientos del vocalista. El baile quedó de lado con Where's the revolution, que apela al poder del pueblo con las gráficas mostrando puños y pies marchando en rojo, blanco y negro.
Las clásicas Everything counts y Stripped fueron coreadas con fuerza hasta que el sintetizador anunciaba Enjoy the silence, quizás el hit más famoso de la agrupación y que hizo a todos levantar sus celulares para inmortalizar el momento que fue coronado con Never let me down again y el primer bis.
Gore fue el encargado del regreso de los emblemas del synthpop al escenario de la mano de Strangelove en versión acústica. El cierre definitivo del tercer encuentro de Chile con Depeche Mode estuvo a cargo de Personal Jesus, uno de los grandes himnos del trío.
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