Chadwick vuelve al ruedo
El exministro del Interior está tomando un rol cada vez más potente en la campaña del “rechazo” a una nueva Constitución. A ello suma la mantención de sus redes de influencia en La Moneda y muy especialmente su vía directa al despacho presidencial.
El lunes en la mañana, el exministro del Interior Andrés Chadwick llegó hasta la sede del comando de la campaña del “rechazo” de Chile Vamos, ubicado en Apoquindo, Las Condes.
Chadwick participó de una reunión en la que estuvieron presentes la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe; los senadores RN Andrés Allamand y Francisco Chahuán, el diputado Evópoli Luciano Cruz-Coke y las coordinadoras María José Gómez y Andrea Balladares. La cita tuvo por objetivo analizar la estrategia que implementarán de cara al plebiscito del 26 abril, las acciones que emprenderán en conjunto los miembros de RN, la UDI y Evópoli que están por el “rechazo” y el despliegue territorial que se viene.
El encuentro, según presentes, es el segundo de este tipo en el que participa Chadwick -quien había estado en enero en un encuentro similar- y grafica la reactivación del exsecretario de Estado luego de retornar de sus vacaciones en Caburgua, donde estuvo junto a su familia.
El exministro -quien salió en octubre pasado del gabinete del Presidente Sebastián Piñera y quedó inhabilitado por cinco años de ejercer cargos públicos luego de que se aprobara una acusación constitucional en su contra- comenzó a tener un rol “más activo” en la campaña del “rechazo” y está colaborando, según afirman en la UDI, con ideas para la franja. Ello, aunque desde su entorno cercano sostienen que está más bien en una “segunda línea”.
Chadwick también estuvo este miércoles en otra reunión que se hizo en la UDI para abordar esa materia. Además, ha mantenido conversaciones con la presidenta del partido para hacerle sugerencias de algunos cambios en la campaña. El ascendiente del exministro en su partido es tal, que incluso se le pidió que apareciera en la franja electoral, cuestión a la que Chadwick es reticente.
Cercanos al exministro -quien no quiso hablar con La Tercera para este reportaje- minimizan el papel que está jugando el exsenador y enfatizan que Chadwick está preocupado de “reiniciar” sus actividades profesionales como abogado y como profesor de Derecho Constitucional, ramo que impartió durante varios años. Las mismas fuentes aseguran que, precisamente por su expertise, su “único interés público” es colaborar en temas de contenido constitucional siempre que se lo soliciten.
El peso de la sombra
Pese a que salió del gabinete hace casi cinco meses, son varios en el Ejecutivo y parlamentarios de Chile Vamos que transmiten que el exministro del Interior sigue preocupado por el rumbo del gobierno y del tema del orden público. Aun más, su repliegue de la primera línea nunca puso en jaque su red de influencia en La Moneda, ni menos en la UDI.
Las mismas fuentes señalan que mantiene contactos permanente con el Presidente Sebastián Piñera, quien, además, suele pedirle su opinión en diversas materias. Estos contactos, en todo caso, no se agotan en el Mandatario: Chadwick mantiene canales de comunicación con otros personeros del Ejecutivo. Una prueba de eso, dicen, es que el viernes se reunió con el jefe del Segundo Piso, Cristián Larroulet. “Sus consejos son siempre escuchados”, recalcan en Palacio.
Lo que ha resultado evidente -cuando varios sostienen que el exministro manifiesta permanentemente su preocupación porque no se normaliza el orden público- es que su presencia tiene efectos colaterales.
Y el mayor damnificado es inevitablemente su sucesor en la cartera, el ministro Gonzalo Blumel, quien ha tenido que lidiar esta semana con las críticas de sus propias filas por el manejo que ha tenido para resguardar el orden público y, además, con la amenaza de una acusación constitucional en su contra que busca impulsar Revolución Democrática.
En el entorno más cercano de Chadwick y Blumel desmienten la existencia de una fractura entre ambos, aunque admiten que ambos tienen una mirada distinta acerca del control del orden público, quizás la responsabilidad más importante de Interior. Aún así, se recalca que ambos mantienen una relación incluso de afecto mutuo, ya que se conocen desde el primer gobierno del Presidente Piñera y continuaron trabajando juntos en la Fundación Avanza Chile, y luego en la campaña presidencial en 2017. Las mismas fuentes dicen que hablan constantemente por teléfono y que Blumel siempre está dispuesto a escuchar a Chadwick.
Pero no pasa lo mismo con los inquilinos de Interior -casi todos colaboradores cercanos al también exsenador UDI- que han sido críticos del desempeño del actual ministro del Interior. Es un hecho -además- que varios de ellos dejaran sus cargos poco tiempo después de la salida de Chadwick.
Quien inició el éxodo fue el exsubsecretario Rodrigo Ubilla, quien -según varias versiones en Palacio- tuvo diferencias con Blumel a la hora de enfrentar el resguardo del orden público. Aunque el propio Ubilla el día después de que se conoció la renuncia al cargo desmintió esa versión, lo concreto es que el personero RN dejó una vacante en un momento clave para la instalación del nuevo ministro.
A ello se han sumado los desencuentros con la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, quien, según afirman fuentes de gobierno, la primera semana de noviembre -cuando Blumel había aterrizado hace unos días en Interior- le presentó su renuncia. El ministro no aceptó. Y las tensiones entre ambos no han terminado. Con la llegada de Juan Francisco Galli -cercano a Blumel- en reemplazo de Ubilla, dicen en Interior, Martorell se sentía “más marginada” de las decisiones, lo que -según las mismas fuentes- se ha ido subsanando tras una conversación que tuvieron Blumel y Martorell a principios de enero.
Tampoco es un misterio que varios colaboradores de Chadwick han abandonado la cartera en las últimas semanas y se han sumado -incluso- públicamente a la campaña del “rechazo”, en circunstancias que es conocida la posición de Blumel en favor de la opción “apruebo”.
Hace una semana, Blumel vio cómo una de sus más críticas en el gabinete, la entonces ministra de Educación, Marcela Cubillos, renunciaba al equipo ministerial. La exdiputada era -sin duda- la secretaria de Estado más cercana a Chadwick y su salida abrió una puerta para que se desataran públicamente las críticas al jefe de gabinete de Piñera de parte de un sector del oficialismo. El senador Andrés Allamand -su esposo- señaló públicamente lo que hace rato sostenía en reserva: sus críticas a la ineficacia en el control del orden público. Todo, días antes de que Blumel comenzara a mostrar los primeros logros de su nueva estrategia.
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