Cristina K al ataque: Se activa “Operativo Clamor” para que la vice argentina sea la candidata en 2023

Cristina Fernández
Cristina Fernández en la 14° Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana. Foto: EuroLat

En medio de la “interna” del oficialismo argentino, desde el cristinismo ya iniciaron la campaña. Según la prensa local, el plan es que dirigentes y funcionarios comiencen a avalar la idea públicamente para, dentro de un tiempo, pedir nuevas encuestas para evaluar cómo corre la apuesta. La movida es analizada en el Instituto Patria y la ven viable si Lula gana los comicios de octubre en Brasil.


“Basta de pedirme a mí que hable con ella... Estoy podrido de que cada vez que estamos para difundir algo positivo ellos provoquen algo que lo estropea y la noticia ya es otra. Arreglamos con el Fondo y enseguida renunció Máximo (Kirchner)”, le habría dicho, enojado, el Presidente Alberto Fernández a un grupo de alcaldes del Conurbano durante una reciente reunión, según relató uno de los asistentes al diario El Cronista, medio que destacó que mayor fue el silencio cuando el mandatario argentino profundizó con una catarata de ejemplos su negativa a emprender un nuevo camino de conciliación con su vicepresidenta, Cristina Fernández.

Con dos meses sin que Alberto y Cristina se hablen, la grieta al interior del oficialismo parece no tener vuelta atrás. Ahora la exmandataria también dejó claro que no participaría –por el momento– en actos oficiales donde estuviera el jefe de gobierno, aunque conversó con sus partidarios y estableció que tampoco habría renuncias.

Dentro del Frente de Todos, la coalición gobernante en la Casa Rosada, repiten que “peronistas somos todos”, pero ya hay dos líneas claramente definidas: los albertistas, que trabajan de cerca con el Presidente, y los cristinistas, miembros de La Cámpora o liderados por el hijo de la vice, Máximo Kirchner. Y ahora, de vuelta de las vacaciones de Semana Santa, se habla de una “ofensiva definitiva” de Cristina Fernández, profundizando su separación con Alberto Fernández y su gestión, pero activa y dando órdenes a sus seguidores en el Congreso y el gobierno.

Argentina's President Fernandez addresses the parliament in Buenos Aires
Alberto Fernández y Cristina Kirchner saludan a los partidarios reunidos frente al Congreso durante la sesión inaugural del período legislativo, en Buenos Aires, el 1 de marzo de 2022. Foto: Reuters

El único intercambio entre las dos máximas autoridades del país vecino fueron las palabras de buena educación con las que la vice felicitó a Alberto y a su esposa por el nacimiento de su hijo, en un post de Instagram. “Felicidades a ambos y buenaventura a Francisco”, escribió Cristina. Pero, sobre el gobierno que llevan en conjunto, nada.

Ya van meses desde que la guerra abierta entre Cristina y Alberto, la conocida “interna” en el Frente de Todos, estallara a causa de la renuncia de Máximo Kirchner como jefe de la bancada oficialista en la Cámara Baja. Ahora, hay que agregar lo que, según el diario Clarín, ha hecho saber la vicepresidenta a sus cercanos: no participará más en actos oficiales con el mandatario, manifestando así su desagrado con la gestión.

En circunstancias anteriores, Cristina había lanzado indirectas al Presidente, como sucedió a mediados de mes en la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat), donde declaró: “Que te pongan una banda y te den un bastón no es poder”, recordando su rol en el nombramiento como candidato de Alberto Fernández.

El analista político y escritor argentino José Ángel di Mauro, comentó el quiebre de CFK con su compañero de fórmula: “Si se limitara a que no participa en los actos, no sería mayor problema. El tema es que, por lo que se sabe, la ruptura es total y se agrava diariamente. Y las amenazas que se ciernen en ese sentido a nivel gobierno son realmente elevadas, porque no es una simple vicepresidenta que se enemista con el titular del Ejecutivo, cosa que en nuestro país ha sucedido muchas veces. En este caso, se trata de la parte más fuerte del gobierno, que le resta respaldo a Alberto Fernández, con todo lo que eso conlleva a nivel de gobernabilidad”.

El historiador y politólogo Fernando Pedrosa, por su parte, desgrana esta negativa a aparecer en los actos del Presidente en tres motivos. “Primero, está en desacuerdo con las políticas que está tomando, y obviamente no puede mostrar su desagrado públicamente de forma muy tajante, porque es la vicepresidenta. Entonces, simbólicamente, no estar es una forma de mostrar distancia. En segundo lugar, porque una gran parte del kirchnerismo, que es la base política de Cristina, está en contra también, y ella necesita contener a ese grupo. Y, en tercer lugar, porque hay disputas dentro del poder del gobierno, más pedestres, no necesariamente ideológicas, sobre todo diferencias respecto a la continuidad del ministro de Economía, que Cristina Kirchner quiere sacarse de encima”, detalla a La Tercera.

Para peor, en los últimos días el frente de batalla estuvo en el Senado, desde donde los cristinistas pelearon en miras a que la Corte Suprema no asumiese la presidencia del Consejo de la Magistratura, el órgano que administra recursos del Poder Judicial y nombra jueces. En una extraña jugada de números y mayorías, se decidió partir en dos el bloque peronista en la Cámara Alta, logrando así Cristina Fernández poner a un hombre suyo –el camporista Martín Doñate– como miembro de ese consejo.

Argentina marks the Human Rights Day
Luiz Inácio Lula da Silva, Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Pepe Mujica en un acto frente a la Casa Rosada, en Buenos Aires. el 10 de diciembre de 2021. Foto: Reuters

El doctor en Ciencia Política Julio Burdman, por su parte, comenta las intenciones tras esta división. “El bloque de senadores del oficialismo se dividió en dos, y eso fue explicado hacia la sociedad como algo estratégico, que se dividiese en dos, para poder elegir más fácilmente a los consejeros de la magistratura, y quedarse con el peronismo con un cargo más, pero más allá de eso, creo que esta partición del bloque muestra lo que será en el futuro una segunda agrupación oficialista”, especula el politólogo.

La agenda judicial, opina Di Mauro, era un aspecto clave de la gestión para Cristina Fernández. “Resulta inaceptable para la vicepresidenta que no haya habido una reforma judicial como la que se impulsó, que el jefe de los fiscales siga siendo el interino que viene de la época de Macri, y que ahora la reforma del Consejo de la Magistratura vaya a empantanarse también en diputados. No está conforme con esta Corte Suprema y, sobre todo, porque ve que los juicios más serios que la tienen apuntada siguen avanzando. Y encima, está convencida de que este gobierno va a perder en 2023, o sea que quiere separarse de todo compromiso y mantener a su espacio libre de culpas y responsabilidades. La síntesis de lo que el cristi-kirchnerismo quiere establecer es que hoy gobierna el Fondo Monetario y la culpa es de Mauricio Macri”, comenta el periodista a La Tercera.

Hay que recordar que esta “interna” comenzó con la oposición de Máximo Kirchner a la hora de votar el Presupuesto nacional, oponiéndose así a Martín Guzmán, el ministro de Economía de Alberto Fernández. Con ese primer paso, las cosas se tensaron definitivamente cuando llegó la hora de discutir la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional: el trato alcanzado por el Presidente no satisfizo a los cristinistas, que movieron todas sus piezas para conseguir un “no” entre los diputados. Esa vez, Alberto tuvo que conseguir los votos de la oposición para aprobar el acuerdo, cosa que logró a finales de marzo.

Ya terminando abril, se puso en marcha al interior del oficialismo el llamado “operativo clamor”, en miras a que CFK pueda ser candidata en las elecciones presidenciales de 2023. De hecho, la vicepresidenta estaría reuniéndose con distintos gobernadores y alcaldes, para evaluar el clima social y político argentino. Una de sus preocupaciones es que la situación económica derive en algún tipo de estallido.

Closing campaign rally before midterm elections in Argentina
Cristina Kirchner y Alberto Fernández en el acto de clausura de la campaña antes de las elecciones legislativas, en Merlo, Buenos Aires, el 11 de noviembre de 2021. Foto: Reuters

Otra de las cosas a las que está atenta la vicepresidenta es a lo que ocurra con su vecino del norte: el periodista Roberto Navarro aseguró en su programa radial El Destape que los kirchneristas observan de cerca el eventual triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva enBrasil en las elecciones de octubre próximo, lo que podría darle fuerza a la posibilidad de que CFK compita por el sillón de la Casa Rosada. La idea sería, con estas condiciones, la de generar un bloque de cooperación activa entre ambos países si sus presidencias volviesen a coincidir, como ocurrió entre 2007 y 2010.

Según el periodista ultra K, desde el cristinismo están entusiasmados con “un eventual operativo clamor para instalar a la vice como presidenciable, en caso de que Luiz Inácio Lula da Silva sea el ganador de los comicios presidenciales de octubre”. “Si gana Lula va a tener un impacto muy grande en la interna y va a fortalecer una idea que hay en el kirchnerismo”, adelantó Navarro.

Lula aparece como favorito en las encuestas para volver al Palacio del Planalto y si esa tendencia que ratifica en las urnas desde el Instituto Patria plantean que CFK va a querer jugar, “va a haber una oportunidad histórica para eso”. Según Navarro, la posibilidad de una vuelta de Cristina al poder “era una carta que no estaba en la mesa” hasta hace un tiempo.

La estrategia, apunta Clarín, sería la siguiente: irán surgiendo declaraciones públicas de dirigentes y funcionarios avalando la idea, para dentro de un tiempo a determinar, pedir nuevas encuestas para evaluar cómo corre la apuesta. “Todo esto mientras Alberto Fernández repite que ‘un carajo estamos perdidos’ en la elección del año próximo (como dijo en un acto en José C. Paz), un modo de mantener viva su ilusión de ir por la reelección, idea que descartan por completo en La Cámpora y en el Instituto Patria”, aseguró el periódico.

Pese a las diferencias entre Alberto y Cristina, la situación económica y la derrota electoral del Frente de Todos, el Presidente, que llegó al poder de la mano de la vice, sostiene que irá por la reelección en 2023. “Las diferencias -retomó Navarro- pueden ser lo suficientemente importantes como para modificar el rumbo. Entonces un proyecto como este podría generar la unidad necesaria. Se están anotando muchos para ser candidatos a presidentes y la otra vez (en 2019) también. Pero esta experiencia sirvió para que se revea esta posibilidad de que los candidatos sean otros”, cerró.

Una reciente encuesta de la consultora Ricardo Rouvier & Asociados midió la imagen de los principales candidatos posibles en miras a las presidenciales de 2023. La metodología de la encuesta apuntó a la “seguridad” del voto. Así, Cristina se llevó el 23,3% de los votos “más seguros”, mientras que Alberto Fernández un 15%. Ahora bien, el 50,1% de los encuestados mostró una negativa total a votar por la vicepresidenta, índice mayor al de Fernández, de 41,6%.

Argentina's President Fernandez and Ecuador's President Lasso attend bilateral agreement signing ceremony, in Buenos Aires
El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, a la espera de su par de Ecuador, Guillermo Lasso, para la firma de un acuerdo bilateral, en Buenos Aires, el 18 de abril de 2022. Foto: Reuters

En la oposición, el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, lidera con un 21,1% de voto seguro, seguido por el libertario Javier Milei, con un 16,9% y Facundo Manes, de la UCR, con 16,7%.

“Yo creo que Cristina Fernández puede llegar a ser la candidata en 2023. Y, además, hay muchos dirigentes del peronismo que creen eso. Lo que no sabemos es si va a ser la única candidata: acá hay tres escenarios posibles. Yo ya descartaría el primero, que será una unión completa del oficialismo en 2023. Los otros dos escenarios serían, que el oficialismo vaya con dos líneas internas a una primaria, a definir candidato, y lo otro sería que haya dos partidos políticos de lo que hoy es el Frente de Todos, compitiendo en elección”, dice Burdman a La Tercera.

Pedrosa señala que, por separado, el oficialismo tiene pocas chances de triunfar: “A mí me parece que con un PJ (Partido Justicialista) dividido, va a ser muy difícil que gane las elecciones. Un poco de la historia reciente demuestra que si el PJ se une, hay chances. Si se divide frente a una oposición unida, como Juntos por el Cambio, tiene escasas chances. Cristina, al mismo tiempo, es una persona con seguidores muy intensos, pero con una imagen negativa muy alta, así que yo también te diría que hoy podría ser candidata, pero no podría ganar sin el PJ tradicional”.

Para junio ya se espera otro round muy tenso entre los cristinistas y los albertistas, cuando se inicie la discusión sobre los aumentos de las tarifas de luz, gas y agua en Argentina. Una tregua definitiva no aparece en el horizonte, y hay quienes especulan respecto a la continuidad de Alberto Fernández. “Hay algo que yo hasta hace un tiempo descartaba de plano y hoy no estaría tan seguro: la posibilidad de que ella vuelva a ser Presidenta, pero no a partir del 10 de diciembre de 2023, sino antes. No es algo sobre lo que se esté especulando realmente, pero en nuestro país y con una crisis tan grande, nada es imposible”, pondera Di Mauro.

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