David Halm, rector del Saint George’s College: “Nuestro colegio acató y siguió todas las medidas que nos instruyó la autoridad”
En marzo, este establecimiento privado tuvo uno de los principales brotes del coronavirus en Santiago. Hoy tiene a 51 de sus miembros contagiados. El rector afirma que se aplicaron los protocolos, pero mantiene su postura de que es “errado e injusto” responsabilizar al recinto de propagar el virus.
El 12 de marzo, cuando las clases recién empezaban y los contagios de coronavirus en el país eran apenas 33, el Saint George’s College recibió la noticia de que uno de sus profesores había contraído la enfermedad. Al día siguiente, el Ministerio de Salud confirmó el caso y ordenó suspender las clases. Pero esa misma jornada se detectaba otro caso y un día después había cinco más. El 17 de marzo, en el Saint George’s había 22 contagiados y el día 20, ya eran 31.
David Halm, americano oriundo de Fremont, Ohio, recién asumía la dirección del colegio. Una comunidad de más de dos mil alumnos, y con una historia de 85 años en el país. Pero Halm, sacerdote que pertenece a la Holy Cross -la congregación “madre” del Saint George- no era nuevo en Chile ni en el colegio. En 2016 se había hecho cargo de la dirección de Pastoral, desde donde comenzó a estrechar lazos con los alumnos y apoderados. Halm se había ordenado sacerdote hace poco, en 2015, en Arizona. Antes estudió Economía y Finanzas, y trabajó en bancos norteamericanos.
Como probablemente nadie, el padre Halm tampoco estaba preparado para que la crisis sanitaria estallara en el corazón de su colegio. Además de los casos que iban en aumento, debió lidiar con cuestionamientos al manejo de la situación que vinieron del mismísimo ministro de Salud, Jaime Mañalich. El 19 de marzo, la autoridad dijo que prácticamente todos los contagios nuevos de la Región Metropolitana estaban ligados a este colegio, lo que motivó una dura respuesta del Halm, en la que afirmaba que era injusto que se les responsabilice “de la propagación del virus”.
Los últimos días han sido especialmente duros para su comunidad. El 9 de abril murió el esposo de una de las profesoras del colegio. Por otro lado, el profesor Sebastián Godoy logró salir del hospital tras 28 días internado.
¿Cuál es el estado de salud de la comunidad del Saint George’s? ¿Cuántos miembros están enfermos? ¿Hay más personas graves?
Fue muy, muy triste el fallecimiento del esposo de una de nuestras docentes. Seguimos rezando por su descanso, por el consuelo de nuestra querida profesora y por su familia. También estamos alegres por la recuperación tanto de Sebastián como de todos los que han estado enfermos por el Covid-19 y ya se encuentran recuperados. Hasta ahora han sido 51 casos confirmados y la gran mayoría se ha recuperado totalmente.
Lleva apenas cuatro meses en el cargo, tiene que ser bien dramático lo que ha vivido usted y su comunidad con esta situación de pandemia.
Muy dramático y triste, especialmente por la ansiedad y preocupación por la salud de los miembros de nuestra comunidad. Somos muy unidos y solidarios en Saint George’s y por eso el sufrimiento de unos -por el virus, por la caída de la economía, por el estrés de las cuarentenas- significa que todos sufrimos. Pero también he visto la hermosa respuesta solidaria y el característico espíritu georgiano cuando hay épocas difíciles. Es verdad que asumí la rectoría hace pocos meses y pocas semanas antes del inicio de esta pandemia, pero llevo cuatro años trabajando en el colegio y eso me dio un buen conocimiento de los talentos de nuestro equipo directivo, profesores y de todo el personal. Les doy muchas gracias a ellos por apoyarme para navegar en estos difíciles momentos.
El Saint George’s fue uno de los primeros puntos de brote del coronavirus, cuando se detectó un caso positivo el 12 de marzo (desde un recinto privado, el día 13 fue confirmado por el Minsal). ¿Se debieron haber suspendido las clases inmediatamente?
Recibimos la confirmación del Minsal para el primer caso positivo en el colegio en la mañana del día 13 de marzo. A media mañana ya estábamos reunidos con la subsecretaria de Salud, recibiendo las instrucciones de iniciar cuarentena y suspender clases ese mismo día, lo que efectivamente sucedió. Junto con informar a toda la comunidad del inicio de la cuarentena, se dieron las indicaciones de cuidado sanitario que nos indicó el Ministerio de Salud. Desde ese día hasta el inicio de las vacaciones indicadas por el Mineduc, toda la comunidad educativa del Saint George’s ha estado con clases a distancia.
¿Se manejó bien la situación? ¿O cree que otro tipo de respuesta frente a ese brote hubiera evitado más contagios?
Nuestro colegio acató y siguió todas las medidas que nos instruyó la autoridad sanitaria desde el primer momento. Como comunidad educativa iniciamos cuarentena el mismo día de confirmación oficial del primer caso positivo de coronavirus. Lamentablemente, sin saberlo, ya se habían producido otros contagios, hasta ese momento desconocidos por todos, los que comenzaron a manifestar síntomas los días siguientes. Pero desde el primer momento enfatizamos la importancia de mantener cuarentena y seguir los protocolos dados por la autoridad. A través de todos nuestros canales de comunicación disponibles para la comunidad educativa reforzamos insistentemente el lavado de manos, el distanciamiento social, quedarse en casa respetando la cuarentena.
Unos días después, el ministro Jaime Mañalich dijo que este colegio fue causante del brote de Vitacura, lo que ustedes calificaron de errado. ¿Mantienen esa opinión?
Sí, la mantenemos. Respondimos a esos comentarios para aclarar y comunicar lo que era nuestro punto de vista. El Ministerio de Salud, a través de la subsecretaria, nos ofreció ayuda y apoyo en los días posteriores como una forma de reparar el daño causado y para apoyar a nuestra comunidad, por lo que estamos agradecidos. No fue nuestra intención generar una polémica, porque en un momento de crisis nacional la única prioridad tiene que ser la salud y el bienestar de todos. Nosotros queríamos aclarar lo que consideramos era errado e injusto.
¿Qué ayuda se les ofreció?
Luego de que el colegio entrara en cuarentena nos intentamos comunicar, sin éxito, con el Minsal para tener respuesta a dudas de la comunidad. Recordemos que fuimos el primer colegio en cuarentena y somos una comunidad compuesta por aproximadamente 2.600 alumnos, sus familias y 300 funcionarios. Creo que nadie estaba preparado para esta pandemia y que todo el mundo ha ido conociendo cada vez más información sobre el virus y su manejo. Como una manera de reparar esta comunicación sin éxito, pudimos hacer una videoconferencia donde (la subsecretaria de Salud Pública) respondió las dudas que los apoderados nos habían hecho llegar mediante el Centro de Padres.
¿Siente que se estigmatizó al colegio por estar ligado a la élite del país?
No, pero es imposible saber los pensamientos de todos. Sentimos una responsabilidad mayor, como colegio destacado, por servir y ayudar a los demás. No pienso en términos de élite y no-élite, pero obviamente reconozco que tenemos más recursos que muchos otros. Eso nos llama, como católicos, al servicio del bien común, partiendo por el énfasis de nuestro proyecto educativo en la responsabilidad social.
Durante la crisis, se ha cuestionado a algunas personas que pertenecen a los sectores más ricos del país y no cumplen las medidas de cuarentena. Hubo una polémica por algunos empresarios que viajaron en helicóptero en Semana Santa. ¿Cree que hay suficiente conciencia en la élite sobre la gravedad de esta pandemia?
Desde el primer momento enfatizamos la cuarentena para toda nuestra comunidad, personal y familias, sin excepción. Encuentro muy irresponsable romper los protocolos que han tenido el objetivo de prevenir más contagios. La conciencia solidaria de cuidarnos para cuidar a otros debe ser transversal. Si hay suficiente conciencia social de esto, todos nos estaremos ayudando y protegiendo en esta pandemia, especialmente con los grupos de riesgo que son los más vulnerables. Como rector y sacerdote expreso mi absoluta expectativa de que sigamos todos los protocolos comunicados en esta crisis.
Desde la suspensión de clases, ustedes han iniciado un trabajo a distancia con los escolares. ¿En qué consiste? ¿Hacen clases online? ¿Pasan lista y hacen evaluaciones?
Sí, y le doy muchas gracias a la dirección de estudios, a nuestros profesores, apoderados y estudiantes por su trabajo en esto. La verdad ha sido un proyecto enorme y un gran aprendizaje que se ha traducido en mejoras en las últimas semanas. Seguimos trabajando para continuar avanzando en este sentido. Por ahora, hay clases a distancia de varios tipos, a través de plataformas interactivas, videos y correo electrónico. El tema de evaluaciones está presente en nuestra planificación, pero también esperamos saber un poco mejor el horizonte de las próximas semanas. Les aseguro que contamos con profesionales excelentes en el desarrollo de estas metodologías.
Probablemente, la suspensión de clases se extenderá a mayo. El Presidente Piñera dice que tendremos que adaptarnos a una “nueva normalidad”. ¿Qué tanto cambiará la vida de sus alumnos y familias?
Nuestro lema es “recte ad ardua”, que significa “derecho a lo difícil”. Siempre el sello del georgiano y georgiana ha sido la disposición de enfrentar las preguntas y realidades difíciles del día. Nadie sabe el futuro. Si la realidad para mayo y aun de ahí en adelante son clases online, vamos a hacerlo bien. Reconocemos también que es difícil emocionalmente mantenerse en cuarentena por largo tiempo, por eso hemos ofrecido la ayuda de pastoral con oraciones y reflexiones en familia, misas online y videos por Instagram de ejercicios con nuestros profesores de Educación Física. Como comunidad mantenemos mucho más esperanza y confianza que ansiedad.
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