El complejo laberinto de los partidos de Chile Vamos

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En medio de la ofensiva legislativa de la oposición -por la vía de reformas transitorias a artículos de la Constitución-, desde La Moneda claman para que haya un reordenamiento al interior del oficialismo y así recuperar al menos el “poder de veto” frente a algunas iniciativas, pero las últimas derrotas en vez de realinear las filas acrecentó las disputas y fracturas al interior de los partidos.


RN: internas al rojo vivo

Mario Desbordes en el Palacio de La Moneda.
Mario Desboredes, presidente de RN, Foto: Agenciauno

La batalla por el control de Renovación Nacional será sin tregua ni cuartel, auguran dirigentes de la tienda de calle Antonio Varas, que ven con preocupación el nivel que ha alcanzado la fractura entre partidarios y detractores de la conducción que encabeza el diputado Mario Desbordes.

Una disputa que se arrastra desde el estallido social del 18 de octubre pasado, se intensificó en las últimas semanas con las derrotas autoinfligidas al gobierno en el Congreso por parlamentarios del propio oficialismo, y que no tiene visos de amainar, al menos, hasta la primera quincena de diciembre próximo, cuando se realicen las elecciones internas de directiva. Hasta ahora, RN no ha zanjado la fecha exacta, aunque se habla del 6 o el 13 de diciembre.

Hace sólo tres semanas, el viernes 10, algunos consejeros generales de RN plantearon internamente al partido la posibilidad de postergar en un año las elecciones internas. El planteamiento recibió de inmediato el rechazo del actual timonel del partido. “No estoy de acuerdo con prolongar un año la guerrilla que se ha desatado”, les dijo Desbordes. Tampoco la idea prendió en la disidencia a la actual mesa directiva, grupo en el que suman fuerzas el senador Andrés Allamand y el extimonel Carlos Larraín. Por el contrario, para estos últimos, lo óptimo es convertir la división entre el apruebo y el rechazo a una nueva Constitución en uno de los ejes centrales del debate por las internas de RN, más aún teniendo en cuenta que la campaña por las elecciones de directiva comienzan en agosto y se extenderá por casi 90 días.

En la disidencia afirman que ya tienen comprometidos los nombres de una decena de dirigentes para formar la lista que compita a Desbordes. Entre ellos figuran los senadores Francisco Chahuán y Andrés Allamand como vicepresidentes, y el de la delegada presidencial Andrea Balladares, como secretaria general.

Esta semana, tras la derrota sufrida por el gobierno en el Congreso, Desbordes llamó en privado a varios parlamentarios y consejeros nacionales en RN para pedirles “calmar los ánimos”, “dar vuelta la página” y “volver a trabajar unidos”.

Pero al interior de RN hay poco ánimo de aquietar las aguas. Al menos, Allamand, uno de los promotores de la lista para desbancar al actual timonel, ha transmitido a sus cercanos el mensaje de no perder oportunidad de marcar a Desbordes.

Algo que quedó de manifiesto el jueves 23, durante la fuerte disputa que sostuvieron Allamand y Desbordes en medio de un matinal de televisión.

Diputado Mario Desbordes (RN) y senador Andrés Allamand (RN) en matinal de Mega.
El jueves 23, en el matinal del Mega, Mario Desbordes y Andrés Allamand, sostuvieron un duro intercambio de opiniones.

UDI: gestiones contra la presidenta

Inesperada, dicen algunos, innecesaria, la califican otros. Lo cierto es que la declaración que dio a conocer la comisión política de la UDI el viernes en la tarde para respaldar el “liderazgo” y “la conducción” de Jacqueline van Rysselberghe tras la derrota sufrida por el oficialismo esta semana, más que fortalecer a la senadora por el Biobío dejó en evidencia la división que hay al interior del partido.

La timonel gremialista ha sido cuestionada en el oficialismo por ahondar las disputas con el gobierno, en especial con el comité político, y con el resto de los partidos de Chile Vamos, justo en momentos en que La Moneda más necesitaba alinear a los suyos.

Jacqueline Van Rysselberghe
Jacqueline van Rysselberghe, presidenta de la UDI.

Pero los cuestionamientos a su gestión también se han acrecentado al interior de la tienda. Hace sólo unos días, algunos de los llamados “coroneles” de la UDI, entre ellos el exministro del Interior Andrés Chadwick, que hasta hace muy poco respaldaban a Van Rysselberghe, sondearon la posibilidad de que la senadora diera un paso al costado y que asumiera en su reemplazo una directiva transitoria, encabezada por la exministra de Educación Marcela Cubillos.

Los esfuerzos, sin embargo, no fructificaron. Van Rysselberghe se ha opuesto terminantemente a ceder el control del partido e insiste en ir en diciembre a la reelección por un nuevo periodo, pese a que no estaría legalmente habilitada. Pero también fracasaron porque los estatutos de la UDI exigen a lo menos seis meses de militancia para ocupar cargos directivos y Cubillos no ha fichado en la colectividad. Además, señalan parlamentarios gremialistas, los “coroneles” ya no tienen la misma ascendencia que tenían antaño al interior de la colectividad.

Con tres diputados renunciados y otros cinco parlamentarios -entre ellos tres senadores- denunciados ante el Tribunal Supremo por haber votado a favor del proyecto del retiro del 10% de los fondos de las AFP, las criticas a Van Rysselberghe se han incrementado. Internamente, se le acusa de no influir en la bancada de diputados y de no tener una propuesta política de mediano y largo plazo.

El 8 de julio, los diputados Iván Norambuena y Sergio Bobadilla pidieron por escrito al Servel precisar la fecha en que entró en vigencia la nueva ley de partidos políticos, que establece un máximo de cuatro años para ejercer la presidencia de una colectividad. Con ello, buscan impedir que Van Rysselberghe postule en diciembre a un tercer periodo.

La respuesta del organismo les llegó el 15 de julio pasado. “La norma rige in actum desde su publicación en el Diario Oficial”, el 15 de abril de 2016, más de ocho meses antes de que la senadora ganara por primera vez la presidencia de la UDI.

larraín

Evópoli: la renuncia que no sirvió

Se trató de una apuesta fallida, un error de cálculo, o la mezcla de ambas cosas. Lo claro es que la renuncia de Hernán Larraín Matte a la presidencia de Evópoli, el domingo pasado, en un intento por forzar la salida del resto de los timoneles de Chile Vamos como solución a la crisis que afecta al oficialismo, lejos de tener el impacto que esperaba el ahora extimonel, sólo dejó heridos en el camino.

Por pequeño que sea, Evópoli había sido el único partido de la coalición de gobierno que se alineó con los deseos de La Moneda al rechazar el proyecto de ley que permite el retiro del 10% de los fondos de las AFP, lo que lo dejaba en buen pie para ayudar al Ejecutivo a un reordenamiento de la coalición.

Sin embargo, los cuestionamientos a la conducción del comité político del gobierno y, en especial, al rol de los dos ministros Evópoli: Gonzalo Blumel e Ignacio Briones, llevaron a Larraín Matte a insistir en el gesto de dar un paso al costado, pese al portazo que ya había recibido esta idea de parte de las directivas de RN y la UDI.

La renuncia de Larraín Matte -quien ya había anunciado su intención de repostular a la presidencia de Evópoli- dejó en evidencia el menor peso que aún tiene la colectividad al interior de Chile Vamos frente a los dos partidos más grandes de la coalición.

Y si lo que se buscaba con ese gesto era blindar a Blumel, tampoco lo logró. Esta semana, tras la derrota del gobierno en el Congreso, la presión del oficialismo por un cambio de gabinete y del equipo político sólo se acrecentó.

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