Lanzas millennials: los nuevos “internacionales”
Las autoridades europeas ya habían alertado de la proliferación de grupos criminales de chilenos dedicados al robo en mansiones. En un juicio a dos connacionales que asaltaron la casa de un ex futbolista, la policía advirtió que se ha detenido a 300 chilenos en los últimos tres años. En el país, su estatus dentro de las cárceles ha crecido.
Era el Día de los Inocentes, el 28 de diciembre de 2019. La mayoría de las casas en el condado de Cheshire, al norte del Reino Unido, estaban deshabitadas, ya que sus habitantes suelen tomarse unas breves vacaciones durante las gélidas fiestas de fin de año. Una de ellas había sido blanco de un atraco apenas una semana antes. Se trataba del domicilio del exarquero del Manchester United, el polaco Tomasz Kuszczak. Cuatro desconocidos habían ingresado y se habían llevado joyas, relojes, celulares y artículos electrónicos avaluados en 80 mil libras (casi $ 80 millones) tras vulnerar las medidas de seguridad y romper los vidrios de las ventanas de la mansión.
Aparentemente insatisfechos con el botín, ese Día de los Inocentes, dos de los mismos asaltantes venían por más. Con lo que no contaban era que el otrora seleccionado polaco había instalado sensores que alertaron de inmediato a la policía de Cheshire. Tras un intento de escape por un campo de golf aledaño, ambos sujetos fueron detenidos.
Una vez en la estación policial se comprobó su identidad: Jorge Pinto Vallejos (27) y Jaime Duarte Vera (40), ambos chilenos. Ninguno era desconocido en su tierra. Por su gran cantidad de viajes a Europa, Canadá y Estados Unidos, las respectivas deportaciones y sus prontuarios internos, los dos habían sido ubicados por la Policía de Investigaciones (PDI) dentro de la categoría “delincuente especializado internacional”, más conocida como “lanza internacional”.
Hace un par de semanas, Pinto y Duarte fueron condenados a tres años y medio de cárcel. Cumplidas sus sentencias, serán devueltos al país. Según informó la policía británica, el dúo participó en al menos cinco atracos entre el 15 y el 28 de diciembre. Durante esos días enviaron algunas de las millonarias especies robadas a Chile. Así quedó registrado en el celular de Pinto.
Jorge: “Mira esto…”.
(Adjunta foto de reloj pulsera de lujo marca Patek Philippe).
Papá: “Ya, habla con la Paula (su pareja), ella lo va a recibir y lo va a mover”.
El chileno había logrado contactarse con Jorge Pinto Rivera, su padre, quien estaba en la cárcel cumpliendo condena por robo con intimidación. Este, en el mundo del hampa, es considerado un “internacional” jubilado. Forma parte de la generación que a fines de los años 80, aún en dictadura, emprendió rumbo fuera del país y popularizó la figura del “lanza”, cuya habilidad para los robos en el transporte público -el denominado “cartereo”- en ciudades cosmopolitas le valió notoriedad entre las policías europeas.
En su prontuario, el padre de Pinto registra 13 condenas entre 1978 y 2017, la mayoría por delitos contra la propiedad. Sus últimos periplos fueron por España y Francia, hasta que en 2009 -dicen quienes lo conocen- “colgó los guantes”, dándole paso a la generación de su hijo, los llamados “lanzas millennials”, continuadores de una tradición de ilícitos en el exterior. Las policías europeas han alertado a las autoridades nacionales sobre la proliferación de organizaciones que cuentan con activa participación de chilenos. Los connacionales incluso han desplazado a los rumanos, quienes lideraban los asaltos de casas lujosas en el Reino Unido.
Louise Holman, una detective de la policía metropolitana que declaró en el juicio contra Pinto y Duarte, dijo que en tres años se ha detenido a 300 sujetos provenientes de Chile en el Reino Unido. También describió su modus operandi: “Estos ladrones siguen un patrón que consiste en fijar áreas ricas como objetivo. Actúan en invierno, porque pueden robar en casas desocupadas, detectan las cajas fuertes, de hecho se reportó un grupo de ladrones chilenos que robaron 33 mil libras desde la casa del reconocido chef Marcus Wareing, llevándose joyas y enviándolas en paquetes a su país”.
El testimonio de Kuszczak fue vital. El arquero contó cómo su sistema de alarma logró dar con los mismos delincuentes que la semana anterior habían ingresado a su hogar y reconoció que su familia siente mucho miedo cada vez que escuchan ruidos. Temen que desconocidos vuelvan a vulnerar su casa.
Antes de ser juzgados, Pinto y Duarte tomaron la palabra y pidieron disculpas a sus víctimas. “Entendemos el dolor que pudimos causar. Estoy arrepentido, no lo volveré a hacer”, dijo Pinto, quien volverá expulsado a Chile -junto a Duarte- en 2024.
Evolución del internacional
Los policías más viejos aún tienen en la retina a una de las primeras lanzas que se hizo famosa a nivel mundial. Casi como un mito, se relata la historia de Ruth Galdames, alias “la Yuyito”, una reconocida asaltante chilena -también pareja de Mario Navarro Leiva, el “Cabro Carrera”- que a principios de los 70 le habría robado la billetera al tercer hombre del FBI de esa época, William King Harvey, en pleno Metro de Nueva York.
La atención que desde hace décadas generan los delincuentes nacionales en el extranjero llevó a la PDI a crear una unidad especializada dentro de la Brigada Nacional de Robos, que se encarga de analizar perfiles de delincuentes internacionales y de colaborar con Interpol y las policías de otros países. También funciona como una forma de obtener información de inteligencia para cuando esas personas retornen al país.
El director de la PDI, Héctor Espinosa, analiza este fenómeno:
“La geografía del delito no reconoce fronteras. El ejemplo de chilenos robando casas en Norteamérica o Europa da cuenta de nuevos modus operandi, que obligan a la PDI a diseñar nuevas estrategias o metodologías para poder detenerlos. En este sentido, nuestros enlaces policiales, ubicados estratégicamente, por ejemplo, en distintos países de Europa cumplen un rol gravitante, al facilitar la entrega de perfiles o antecedentes policiales a la policía que lo requiera. La coordinación es la clave del éxito para neutralizar a estas bandas criminales que tanto desprestigian a nuestro país en el exterior”.
Actualmente, Espinosa es miembro del Comité Ejecutivo de Interpol y desde ahí, dice, “he promovido diversas acciones para que seamos una policía civil, conectada al mundo, donde la coordinación y entrega rápida de antecedentes policiales de connacionales delinquiendo en el exterior sea rápida y expedita”.
Dentro de los análisis que han hecho a requerimiento de la policía del Reino Unido, comenta el subcomisario Claudio Báez, se ha detectado una evolución del perfil de este tipo de imputados, que ha ido variando a medida que los pasajes aéreos son más asequibles. Otro factor que ha influido es que hay muchos chilenos radicados en lugares clave de estos países, que sirven de apoyo para quienes llegan a emprender estas actividades. “El perfil clásico del lanza internacional, sigiloso, de bajo perfil, descrito casi románticamente como ‘un artista del robo’, en la actualidad está casi obsoleto. Si bien aún recorren el mundo exponentes de la vieja escuela, quienes han mostrado un crecimiento exponencial son los denominados “delincuentes millennials”, explica.
El nuevo “internacional” -describe Báez- es un joven que aún no sobrepasa los 30 años. La PDI, de hecho, incluso ha identificado a una gran cantidad de menores de edad que salen del país, provenientes de sectores que presentan altos índices de riesgo social. “En esos lugares hay una normalización de la delincuencia como forma de ganarse la vida, que en busca de un rápido ascenso de estatus en su medio viajan al extranjero con la intención de conseguir grandes ganancias producto de sus robos, formando parte de bandas sin orden jerárquico ni pertenencia en el tiempo, exhibiendo en redes sociales sus trofeos, ostentando grandes sumas de dinero, joyas y vestuario de lujo, con la finalidad de validarse entre sus pares”, detalla el subcomisario Báez.
En caso de ser deportados, explican en Gendarmería, y de ingresar a cumplir condenas pendientes en Chile, los “internacionales” pasan a ser considerados al interior de las cárceles como los nuevos “delincuentes premium”. Si en años anteriores quienes infundían respeto al interior de los penales eran los homicidas y, en ciertas galerías, los narcotraficantes, hoy los reyes tras las rejas son quienes llegan a contar hazañas cometidas en las principales urbes del mundo.
Lo que se hereda no se hurta
“Todo bien, gracias a Dios presto siamo dove tutti los figlios del catzo no arrivan (sic) jijiji”. (“Todo bien, gracias a Dios pronto estamos donde todos los hijos de la verga no arriban”).
En sus redes sociales ocupa el nombre de Agustín Steveen. Utiliza estas plataformas para jactarse de sus cadenas y anillos de oro.
Detrás de este mensaje posteado el 12 de diciembre de 2019 en Facebook estaba Danko Carvajal Donaire, quien recientemente había recuperado su libertad. Había pasado dos meses preso luego de ser detenido en los alrededores de la casa de la celebridad de MasterChef UK Marcus Wareing, mientras estaba en un vehículo en compañía de otros tres chilenos, compañeros en el atraco. Sin embargo, sus días en las calles estaban contados. A mediados de enero fue condenado junto a su banda a 40 meses de cárcel, después de los cuales todos serán deportados a Chile.
Carvajal no es un desconocido en Europa. En 2017 se radicó en Milán junto a su padre, Fernando Carvajal Ibáñez, quien mantiene condenas por robo con violencia, robo en lugar no habitado. Fue este último quien, según información policial, le pidió a su hijo que viajara a Italia para seguir sus pasos. Según las mismas fuentes, es otro ejemplo de que la vocación de “lanza” se traspasa entre clanes y entre generaciones.
De Carvajal se sabe que en dos años ha recorrido casi todos los países de Europa del Este y en varios de ellos es investigado por robos a casas de celebridades. La última vez que tuvo que enfrentar a la justicia, un juez inglés le enrostró la fama que se han ganado los chilenos en los últimos meses, previos a la pandemia: “Todos ustedes vinieron a este país con un solo propósito: el crimen. No se me ha ofrecido ninguna otra razón de su visita al Reino Unido”.
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