Luis Cordero: el pesado desembarco en la Subsecretaría del Interior
El abogado tomó las riendas de uno de los cargos más demandantes del gobierno, con códigos muy distintos a los del mundo judicial y académico en los que siempre habitó y tras el escándalo del caso Monsalve. Mientras las policías evalúan bien su labor, muchos políticos lo ven incómodo y agobiado con sus nuevas y múltiples tareas.
-Felicidades, ministro, ¿cómo pasó su Año Nuevo?-, fue la primera pregunta a Luis Cordero (52), la mañana del jueves, en una entrevista en radio ADN, donde hizo un positivo balance de las fiestas de fin de año en su calidad de ministro (S) del Interior.
-Lo pasé trabajando-, respondió el abogado, quien en la misma conversación reconoció que su actual carga laboral es mucho mayor que la que tenía como titular de Justicia y Derechos Humanos, cargo que dejó el 17 de octubre pasado para reemplazar a Manuel Monsalve, luego de conocerse una acusación de violación y agresión sexual en su contra. Muchas veces es el primero en llegar a La Moneda, y casi siempre es el último en irse.
Su desembarco en la Subsecretaría del Interior, uno de los cargos más demandantes en todos los gobiernos, no ha sido fácil y -a casi exactos dos años de que ingresara al gabinete, en plena crisis por los indultos- el propio abogado ha comentado que no lo está pasando bien, según cuentan algunos parlamentarios que últimamente han estado con él y que lo han visto agobiado en el cargo.
De la noche a la mañana, la rutina y trabajo más bien pausado y académico del abogado y doctor en Derecho cambió radicalmente. Sus visitas a distintas cárceles del país y clases magistrales en escuelas de derecho, entre otras actividades ligadas al tema judicial, fueron reemplazadas por reuniones con las policías, visitas a comisarías y cuarteles de la PDI. Hoy sus prioridades son la seguridad, migración y el buen funcionamiento de la Senapred (Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres) en esta temporada de incendios que recién comienza.
Para monitorear las emergencias, Cordero pidió conectar los televisores que se encuentran en la sala de reuniones de su despacho a la información satelital sobre incendios que tiene la Conaf en todo el país. En estos meses, además, el subsecretario ha llegado de improviso cuatro veces a la Senapred para ver cómo enfrentaban una emergencia de incendio.
Su mensaje, en tanto, ha sido enfatizar que una persona acusada de incendio intencional puede arriesgar hasta 20 años de cárcel.
Todo esto contrasta con las tareas que Cordero tenía que cumplir hace solo algunas semanas, cuando estaba al mando de la cartera de Justicia.
Desde su entorno recuerdan que el abogado nunca buscó este cargo en la subsecretaría del Interior, ni imaginó la posibilidad de ocuparlo, y que la tarde del pasado 17 de octubre, cuando explotó el escándalo protagonizado por Monsalve, se negó en dos oportunidades a reemplazarlo. Los argumentos que dio al Presidente Gabriel Boric y a sus asesores eran de peso. Iban desde el complejo momento por el que pasaba la Corte Suprema tras el caso Audio y el cambio al sistema de nombramientos en el Poder Judicial que él lideraba, hasta un dato histórico: nunca antes un ministro había pasado desde ese cargo al de subsecretario. También le dolía, señalan cercanos a Cordero, dejar en otras manos el Plan Nacional de Búsqueda de Desaparecidos durante la dictadura, que pretendía cerrar este año.
“Luis, necesito a alguien que transmita tranquilidad en este cargo en estos momentos”, fue el argumento con que finalmente Boric logró convencer a Cordero, para intentar controlar una de las crisis más graves de su gobierno. A la positiva evaluación del entonces titular de Justicia se sumaba otro factor clave: su buena relación con la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el rol articulador que había tenido en distintas crisis, lo cual lo hizo un asiduo a las reuniones del comité político de La Moneda (incluso entre sus pares lo llamaban el “séptimo ministro del comité político”).
Errores no forzados
Desde su llegada, Cordero buscó separar aguas con la gestión de Monsalve, aceptando las renuncias de una decena de funcionarios de su núcleo, entre ellos, su jefe de gabinete, Gabriel de la Fuente, y su asesora legislativa, Ana Lya Uriarte (ambos socialistas), y solicitando otras tantas.
Su estrategia de total distanciamiento de la administración anterior también lo llevó a abrir un nuevo flanco en el caso Monsalve, la de los gastos reservados ocupados por su antecesor, que La Moneda no evaluó bien, ya que agregaba un elemento más a la crisis que se buscaba contener.
Otro error no forzado que se le atribuye al recién llegado subsecretario fue el anuncio del proceso de enrolamiento para que extranjeros pudieran obtener el Rol Único Nacional (RUN), para acceder a contratos de trabajo y así poder cotizar.
Esto causó confusión entre miles de migrantes que se agolparon en las afueras del Estadio Víctor Jara, en la comuna de Estación Central. La razón: confundieron el trámite con el anuncio -en paralelo- de un eventual proceso de regularización acotada que prepararía el gobierno. La falta de claridad del mensaje del gobierno fue duramente criticada por la oposición y Cordero fue citado al Congreso.
El diputado Jaime Araya (Ind-PPD) evalúa bien el despliegue del subsecretario en terreno, pero advierte que “le ha seguido penando su rol más político que había tenido como ministro y la suerte de vocero de gobierno que tuvo en momentos complejos. Creo que eso es algo que debería dejar de lado y concentrarse exclusivamente en los temas de seguridad”, agrega.
Desde su entorno señalan que Cordero ha logrado instalarse en el cargo en tiempo récord, logrando restablecer la cohesión del gobierno ante la crisis de inseguridad y, en estos pocos más de tres meses, su gestión es bien evaluada por la ciudadanía.
En la encuesta Cadem -que incluye al subsecretario en forma excepcional en su evaluación mensual de los ministros- Cordero ocupa el quinto lugar, detrás de Jaime Pizarro (Deporte, 71%), Carolina Arredondo (Cultura, 59%), Maya Fernández (Defensa, 49%) y Mario Marcel (Hacienda, 49%), con un alza de siete puntos respecto del mes anterior.
También mantiene una buena red con parlamentarios de todos los sectores políticos que forjó como ministro. Entre ellos están los senadores Luz Ebensperger (UDI), Alfonso de Urresti (PS), Claudia Pascual (PC), Ricardo Lagos Weber (PPD); los presidentes de RN, Rodrigo Galilea, y de la UDI, el diputado Guillermo Ramírez.
“Los resultados del gobierno en materia de crimen y control de fronteras han sido malos, pero estos dos meses y medio del subsecretario del Interior los veo positivos. Es una persona preparada, tiene las competencias para estar ahí y se ha desempeñado de buena forma”, señala el diputado Jorge Alessandri (UDI), miembro de la Comisión de Seguridad de la Cámara Baja.
Su relación con las policías
Todos los lunes, Cordero parte la semana con una reunión, a las 7.30 horas, con la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI). A las 9.00 se reúne con el comité policial, en el que participan Carabineros y la PDI y su par de Prevención del Delito, Carolina Leitao; su jefe de gabinete, Rodrigo González (PS), entre otras personas con roles más técnicos.
El fiato que Cordero ha logrado con la exalcaldesa Leitao y sus equipos es mayor y mejor que cuando tenían el mando de ambas instituciones Eduardo Vergara y Monsalve, señalan fuentes del sector.
Carabineros y la PDI tienen una buena evaluación de la llegada de Cordero y no lo han visto incómodo en su nuevo rol, como señalan algunos diputados.
Sobre todo, ya que el abogado apenas entró a la subsecretaría reveló que su padre era carabinero. “Es un hijo de carabinero y para nosotros es un símbolo”, dicen en reserva desde esa institución.
Desde que asumió, el abogado ha visitado todos los fines de semana y feriados -durante la mañana- una comisaría y un cuartel de la PDI en la Región Metropolitana. En cada visita está entre dos y tres horas preguntando y anotando datos sobre su funcionamiento, actividad, problemas, dotación.
Tras ocho visitas, el subsecretario se reunió con los altos mandos de Carabineros y la PDI, indistintamente, para transmitirles las fallas detectadas y pedirles una propuesta de mejoramiento.
En una de estas visitas se encontraba el fin de semana pasado cuando se sumó a un punto de prensa que trataba de cómo la PDI había encontrado un reloj Rolex que pertenecía al actor canadiense Keanu Reeves. Pese a que la conferencia se refería a un tema más bien anecdótico, Cordero aprovechó la incautación para abordar el tema de los delitos que cometen chilenos en el exterior y cómo el Estado los está afrontando.
Cordero también asistió el mes pasado a todas las graduaciones de nuevas promociones de las distintas escuelas de Carabineros y la PDI, algo que no pasó desapercibido en los altos mandos.
El costo de su independencia
Otro de los coletazos del caso Monsalve fue un reacomodo de las fuerzas políticas en Interior. Con la brusca salida del médico e histórico militante socialista, la colectividad de calle París perdió su subsecretaría más importante y un pequeño pero influyente bastión socialista que Monsalve había conformado desde su llegada, en marzo de 2022. Esto no dejó indiferente a la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, quien transmitió a Tohá que tras los movimientos en esa cartera, el socialismo había quedado fuera de uno de los ministerios más importantes del gobierno. Cordero no es considerado alguien cercano al socialismo por la directiva de esa tienda, y tampoco es un hombre de la confianza de la mesa, a pesar de que el abogado ha intentado buscar acercamientos al PS.
Su nombre fue propuesto para que expusiera en el comité central realizado por la colectividad el 14 de diciembre, pero parte de la directiva planteó problemas de agenda y finalmente el ministro de Hacienda, Mario Marcel (PS), fue el único expositor.
En sectores del Socialismo Democrático también ven con cierto recelo la posibilidad de que el abogado asuma como titular del nuevo Ministerio de Seguridad Pública, el que iniciará sus funciones en los próximos meses.
“Yo ya fui ministro, y cuando me vaya del gobierno me voy a sentir muy orgulloso de haber servido en dos cargos al país”, dijo hace unos días, al ser consultado si le gustaría ser el primer ministro de Seguridad del país.
“La gracia de este nuevo equipo de seguridad es que todos tienen claros cuáles son sus espacios”. Esto, dicen fuentes en reserva, era un problema constante en la relación entre esos dos cesados subsecretarios.
El nombre del abogado también hace ruido en el PS como eventual sucesor de Tohá. En la eventualidad de que ella dejara La Moneda a fines de marzo para ser candidata presidencial, el abogado podría ser una carta para sucederla. Sin embargo, desde su entorno saben que, en este escenario, el PS propondrá a Álvaro Elizalde (PS) para que pase de la Secretaría General de la Presidencia a Interior.
Cansado como ha transmitido que está, Cordero tomará unos días administrativos de vacaciones a partir de mañana, para regresar a Palacio el lunes 13.
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