Paños fríos: Chile busca bajar el tono de la crisis con Perú

Peru Chile Migrants
Venezuelan migrants block the entrance to Chile with garbage front a barricade of Peruvian riot police in the Peruvian border with Chile, in Tacna, Peru, Saturday, April 29, 2023. A migration crisis at the border between Chile and Peru intensified as hundreds of migrants remained stranded, unable to cross into Peru. (AP Photo/Martin Mejia)

Mientras, el ministro de Defensa peruano, Jorge Chávez, insistió en que "las acciones y decisiones que hace el Gobierno de un país limítrofe no pueden perjudicar e ir en contra de los intereses de nuestro país”. Las autoridades chilenas optaron ayer por guardar silencio.


Intentar bajar el tono para buscar una salida conjunta a la crisis migratoria, y aislar al Presidente Boric de la contingencia. Esa ha sido la estrategia que ha mostrado el gobierno en las últimas horas, luego que el asunto en la frontera norte -donde cerca de doscientas personas intentan regresar a sus países a través de Perú- amenazara con transformarse de un problema humanitario a un foco de tensiones con Lima.

Ayer en la mañana, el ministro de Defensa peruano, Jorge Chávez, dijo que “lo que estamos viendo, y lo digo con el más profundo de los respetos, es que las acciones y decisiones que ha tomado un país vecino nos están afectando. Hemos visto unas lamentables imágenes hace algunos minutos, la violencia con la que están actuando los ciudadanos migrantes”, en referencia al altercado a piedrazos que hubo en el paso de Chacalluta, entre peruanos que quieren entrar a Chile y migrantes que no se les permite pasar a Tacna.

“Las acciones y decisiones que hace el Gobierno de un país limítrofe no pueden perjudicar e ir en contra de los intereses de nuestro país. Es por eso que, siendo consecuente con lo expresado por el premier y la nota de prensa de cancillería, se está trabajando justamente para lograr la intervención de un actor muy importante que es Venezuela para que garantice el derecho de sus ciudadanos de poder regresar”, agregó Chávez, aun cuando la Cancillería ha desplegado gestiones para bajar la crisis que subió de tono justamente por las declaraciones de autoridades peruanas criticando al gobierno y al Presidente Boric por la nuevas políticas migratorias.

De hecho, el canciller Alberto Van Klaveren sostuvo dos importantes conversaciones durante la tarde del viernes con miras a encontrar una solución que, inevitablemente, requiere del acuerdo entre al menos cinco países: Chile, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Primero, el canciller habló con su par peruana, Ana Gervasi, y en segundo lugar, con su par de Venezuela, Yván Gil.

El jefe de la diplomacia venezolana se habría mostrado disponible a colaborar el retorno de sus connacionales, señalan conocedores de estas gestiones. Una primera señal, en ese sentido, fue la decisión de Venezuela de enviar a dos diplomáticos a la zona fronteriza de Chile y Perú para facilitar el proceso de obtención de documentos. La segunda, fue el mensaje que transmitió Gil a través de su cuenta de Twitter, en la que solicitó garantías para que los aviones de la aerolínea Coviasa puedan aterrizar y despegar de la zona y proceder al traslado de migrantes venezolanos que realizarán un operativo que denominó “Plan Vuelta a la Patria”.

Con su par limeña, señalan fuentes diplomáticas peruanas y chilenas, el diálogo se ha mantenido abierto en todo momento, pese a las notas de protesta que se enviaron en los últimos días, debido a las declaraciones altisonates del alcalde de Tacna en contra del Presidente Boric, y a la preocupación de Perú de que los migrantes que buscan cruzar la frontera bloquen la carretera Panamericana.

Fruto de esa conversación ya se implementaron algunas medidas, entre ellas desplazar hacia el sur los puestos de control de documentación y la instalación de puestos de orientación para agilizar los trámites de los migrantes.

Undocumented migrants stuck at Chilean and Peruvian border in Arica
Migrantes indocumentados, mayormente de Venezuela, Colombia y Haiti, estancados en la frontera entre Perú y Chile.

El objetivo principal del diálogo diplomático, sin embargo, está puesto en activar un corredor humanitario que permita dar solución al problema. Para eso se busca activar al Grupo de Quito, como plataforma técnica para su ejecución. Más aún, cuando en la zona fronteriza entre Chile y Perú se han congregado migrantes indocumentados procedentes no sólo de Venezuela, sino también colombianos, ecuatorianos y haitianos.

Compleja semana

El Presidente Boric, por su parte, ha monitoreado el tema a través de Van Klaveren, puesto que la decisión temprana es que no sea él quien tome la vocería de un conflicto al que se busca poner paños fríos.

Ya el miércoles, en plena gira a Puerto Montt, el Presidente empezaba a escuchar las preguntas de los periodistas: “Presidente, ¿qué soluciones hay para la situación en el norte?”. Boric solo miró a la prensa, pero se mantuvo en silencio.

A las mismas horas que paseaba por la Región de los Lagos para presentar su plan de descentralización, el problema escalaba en el norte en la frontera. Incluso, el alcalde de Tacna, Pascual Güisa, trató al Presidente de “irresponsable” al no tomar las medidas adecuadas para frenar la ola de migrantes que se trasladaban a su ciudad.

Una de las demandas de las autoridades peruanas era que mantenga despejada la carretera panamericana y no se obstaculice el tránsito entre Tacna y Arica por la permanencia de migrantes indocumentados entre los pasos fronterizos de Chacalluta y Santa Rosa. También manifestaron su preocupación por la situación que se originó hace unos días, cuando un grupo de migrantes se lanzó en carrera a atravesar la frontera, por lo que han pedido colaboración de las policías y militares chilenos para que eso no vuelva a ocurrir.

Por el lado chileno, la cancillería manifestó el reclamo del gobierno por las declaraciones del regidor de Tacna en contra del Presidente Boric. “Sus palabras no contribuyen en lo más mínimo”, dijo el miércoles la ministra del Interior, Carolina Tohá.

El jueves, al día siguiente, las preguntas hacia Boric fueron las mismas -incluso con más insistencia-, pero esta vez en la costanera de la ciudad portuaria, porque la situación en la frontera de Chile con Perú era cada día más compleja. De todas formas, el Mandatario tampoco quiso responder.

ARICA: Crisis Migratoria
Policías peruanos impiden el ingreso a Perú, a migrantes de diferentes nacionalidades que permanecen varados en tierra de nadie en la frontera entre Perú y Chile.

El motivo, aseguran en La Moneda, es que es un conflicto que debe resolverse entre el Ministerio del Interior y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Además cualquier intervención del Mandatario podría enredar la relación diplomática con Perú, país en el que no olvidan la intervención de Boric en la Celac, en la que dijo desde Buenos Aires: “No podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el Gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quien debiera defenderlas”. Su reproche trajo respuestas inmediatas desde el país vecino.

Por lo mismo, han sido los subsecretarios Manuel Monsalve y Gloria de la Fuente (ambos del Partido Socialista) quienes han liderado las conversaciones con parlamentarios y autoridades -principalmente con el diputado y presidente de la Cámara Baja, Vlado Mirosevic (Partido Liberal) desde principios de la semana.

En esa línea, la tarde del jueves se realizó una reunión clave en La Moneda: el “gabinete de seguridad”, que lidera Monsalve y que componen también los subsecretarios de Relaciones Exteriores, De la Fuente; de Defensa, Víctor Barrueto (PPD); y de Justicia, Jaime Gajardo (PC). En el encuentro, en que también participó el director de la Secom, Pablo Paredes (RD), se definió que había que actuar rápido y partieron a Arica el viernes en la mañana.

“Nos hemos venido a hacer cargo de la crisis, porque hay una crisis migratoria en la frontera entre Chile y Perú, y lo que corresponde es hacernos cargo para buscar soluciones, no conflictos”, dijo empoderado el ministro (S), Manuel Monsalve, quien planteó algunas soluciones, siendo el principal objetivo la creación de un corredor humanitario para descomprimir la frontera.

¿Por qué explotó ahora?

Si bien las olas migratorias y crisis en las fronteras se veían hace tiempo, fue a principios de mes, cuando el fiscal nacional, Ángel Valencia, comunicó que “los fiscales hoy han acordado que todos los extranjeros que no tengan cédula nacional de identidad, que no cuenten con un documento nacional que permita acreditar su identidad y que sean detenidos, se solicite su prisión preventiva ante los jueces de garantía, hasta que se establezca cuál es su identidad efectiva” y que, posteriormente, esa medida fuese ratificada por la Corte Suprema, que varios grupos de migrantes comenzaron a salir de Chile por la frontera con Perú.

Ya el 12 de abril era posible detectar grupos de ciudadanos venezolanos, haitianos y colombianos en la Línea de la Concordia, que querían salir del país e ingresar a Tacna sin contar con la documentación necesaria. Eso provocó desplazamientos de las policías y militares en ambos lados de la frontera. Cuatro días después unos 40 de estos extranjeros bloquearon la carretera que une a Tacna con Arica, bloqueando el acceso por el lado peruano, en el Complejo fronterizo Santa Rosa.

El argumento de los manifestantes era que querían retornar a sus países de origen y no permanecer en ninguna ciudad de paso. De todas formas, la protesta no duró mucho y los accesos se liberaron prontamente.

Mientras la cantidad de migrantes varados en la frontera aumentaba, con reportes de la prensa local que hablaban de centenares de familias, sobreviviendo a las condiciones desérticas con carpas y mantas, las autoridades peruanas enviaron a la policía antidisturbios desde Arequipa para resguardar que la situación no se desbordara.

El 26 de abril hubo disturbios entre los extranjeros indocumentados y las policías peruanas, cuesitón que motivó las declaraciones del alcalde de Tacna, escalando el asunto a una tensión diplomática que hoy Chile intenta bajar.

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