A un año del megaincendio de Viña del Mar: tribunal declara “fallecida” a la víctima 137 de la tragedia, pese a que nunca se encontró su cuerpo
![Rosa Alfaro](https://www.latercera.com/resizer/v2/X7XE6SSHIJFZFPEN6IMBVK2GQM.jpeg?quality=80&smart=true&auth=70d53484d1a671c0738d183e238ab97f73cceb2f7736982f2d3ec1f8943cf8d5&width=690&height=502)
Se trata de Rosa Alfaro Saldaño (77), quien figuraba en el listado de las tres personas que aún permanecen desaparecidas un año después de la tragedia. Si bien no existen registros de sus restos, el Juzgado Civil de Viña del Mar certificó su muerte a solicitud de su hija, quien recurrió a la justicia para poder acreditar legalmente el deceso y así poder reconstruir la casa que compartían.
La tarde del 2 de febrero del 2024, Rosa Eugenia Alfaro Saldaño (77) se encontraba en la casa que compartía con su hija en el sector de Achupallas, Viña del Mar, cuando se declaró el incendio en el que fallecieron 136 personas y se perdieron miles de viviendas en cuatro comunas de la Región de Valparaíso.
Un año después de aquel día, Alfaro se convirtió en la víctima 137 del megaincendio, luego de que su muerte fuera acreditada recientemente por el 1er Juzgado Civil de Viña del Mar. Hasta entonces, la mujer de 77 años formaba parte del listado de las tres personas que permanecen como desaparecidas, luego de que no pudieran ser encontradas, ni tampoco sus cuerpos, tras el fin de la emergencia.
El último registro que se tuvo de “Rosita”, como era conocida -según acreditó el proceso judicial-, fueron los testimonios de vecinos, quienes aseguraron que minutos antes de que el fuego consumiera sus casas la vieron en el sector. Una vecina señaló que antes de abandonar su casa vio a Alfaro mojando su vivienda, ella le pidió que huyeran pero la adulta mayor hizo caso omiso. Otro vecino afirmó ante la justicia que en ese mismo proceso de evacuación la vio salir con una actitud “despavorida” por las calles del sector que era consumido por el fuego.
Pese a eso, su única hija, Paola Castillo, cuando logró llegar a la vivienda tras la extinción del fuego no pudo encontrar a su madre, tampoco su cuerpo ni ningún rastro de lo que había pasado. Ese sería el comienzo de un extenso proceso judicial no solo para reconstruir su vida, sino que también la casa que compartían y en la que no estaba esa tarde porque estaba visitando a su hija y nieta de Alfaro, con quien habló dos veces por teléfono durante la emergencia.
La víctima 137
La madrugada del 3 de febrero, Castillo presentó la denuncia por presunta desgracia de su madre. El siguiente paso fue ir al Servicio Médico Legal (SML) para entregar una muestra de ADN y esperar que su material genético calzara con alguno de los cuerpos no identificados de la emergencia. Sin embargo, se entregaron todos los restos óseos de las víctimas y ninguno correspondía a Alfaro.
Después de eso vendría el inicio de la investigación de la Fiscalía, la que hasta ahora no ha tenido algún resultado para dar con el paradero de “Rosita”. Paola Castillo tiene una tesis respecto de lo que pudo haber sucedido con su madre: “en el camino debe haber tenido algún problema de salud, se debe haber asfixiado o un ataque, algo así, cayó en la calle y después el fuego hizo lo suyo. Al otro día los vecinos obviamente para limpiar sacaron escombros y yo creo que ahí quedó tapada y se la llevaron donde estaban botando escombros”.
“Es la única forma, porque si no no me explico que pudiera desaparecer de la faz de la tierra sin dejar rastro alguno”, responde Castillo a La Tercera.
![Rosa Alfaro](https://www.latercera.com/resizer/v2/SJYV5JIHNFGMNAKJTFGSHVUAZM.jpeg?quality=80&smart=true&auth=4e843e5a94c2ecaf485ba92ff204e6d1cf9672c92a71329006280dac3ce49dac&width=790&height=790)
Pero la situación de desaparecida de su madre no solo afectó personalmente a Castillo, sino que también en materia judicial. Y es que al ser Alfaro la propietaria de la vivienda, su hija estaba imposibilitada de llevar adelante postulaciones al subsidio de reconstrucción, además de una serie de otros trámites judiciales.
Por lo mismo, presentó ante el Primer Juzgado Civil de Viña del Mar una solicitud de verificación de la muerte de su madre, proceso en el que fue representada ad honorem por el abogado Raimundo Palamara. En el extenso proceso ante la justicia, el tribunal requirió de testigos, informes de Bomberos y Carabineros, además de otros antecedentes.
Castillo califica este proceso como “largo y triste”, porque “es como cerrar el ciclo y aceptar que mi mamá ya no está, pero por otra parte era muy necesario porque para poder postular al subsidio de reconstrucción (...) yo vivía ahí por lo que yo necesitaba reconstruir, tanto para mí como también se lo debo a ella”.
El pasado 22 de enero, finalmente, el tribunal acogió el requerimiento y aprobó la certificación de la muerte de Rosa Alfaro a sus 77 años, como la víctima 137 del megaincendio de la Región de Valparaíso. Para el abogado Palamara, “ahora, después de más de un año, su hija puede iniciar los trámites para obtener diversos subsidios que había sido impedida, entre ellos y el más importante es el de reconstrucción, en que ni siquiera le permitían ingresar los papeles para el inicio del proceso, más allá de cuánto se demore el mismo”.
Una búsqueda sin respuesta
Más allá del proceso judicial, Castillo cuestiona el proceso de búsqueda de su madre. “Encuentro que el trabajo fue demasiado lento. La Fiscalía se demoró dos meses en dar la orden para que Carabineros investigara. Recién el 18 de abril se emanó la orden para buscar a mi madre y a las otras dos personas. Si no se hace algo inmediatamente para buscar a una persona, o sus restos, después de dos meses y medio ya era muy difícil”, dice.
Críticas que también sostiene hacia las diferentes instituciones del Ejecutivo, los que, afirma, nunca se acercaron para conocer de su caso más allá de lo que se ha hecho con los afectados por el incendio.
Este miércoles, 5 de febrero, Paola Castillo inició formalmente los trámites del proceso de reconstrucción, una vez que el tribunal confirmó la muerte de su madre. Castillo explica que “recién inscribí la defunción en el Registro Civil, entonces recién ahora ando reuniendo los papeles para iniciar la posesión efectiva y el Serviu tiene que esperar que me la den, después que inscriba en el Conservador y recién ahí puedo postular al subsidio de reconstrucción”.
![A UN AÑO](https://www.latercera.com/resizer/v2/WGBXIB4DRFG6NNDN6OUF6MPAYE.jpg?quality=80&smart=true&auth=efbd3fb393c025a24559a123a02c44b314afb99e68648fc3460545cb483264f8&width=790&height=593)
Pese a que el proceso judicial ya se cierra, Castillo afirma que estudia, junto al abogado Palamara -a quien agradece haber tomado su causa ad honorem-, las acciones para solicitar una reparación. “Esto que pasó no fue algo fortuito, fue un atentado, porque ya sabemos que fue provocado, y el daño que se produce no es tanto perder lo material. Todo se hizo cenizas, pero perder a tu madre, yo era su única hija, entonces es algo que ni con todo el oro del mundo me lo pueden pagar”.
Palamara explica que ahora corresponde “iniciar la correspondiente demanda indemnizatoria por la falta de servicio contra el Fisco, y a la Municipalidad de Viña del Mar en su transcendental tarea de prevención y mitigación de los potenciales riesgos y que derivó en la generación del ambiente propicio para la magnitud del voraz incendio que dejó hasta el momento 137 víctimas fatales comprobadas”.
“Mi mamá era una persona, no puede ser que quede todo impune, que digamos ‘ah, se murió, no apareció y listo, ahí cerramos el caso’. Aquí hubo negligencias antes, durante y después del incendio”, concluye Castillo.
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