“Abogado busca trabajo”: Los pasos del fiscal Manuel Guerra para alejarse del Ministerio Público
El 1 de enero comenzó a circular entre abogados un mensaje por WhatsApp del fiscal regional Metropolitano Oriente, a cargo de varias causas vinculadas a la política, como Penta, Exalmar, fraude al Fisco en el Congreso y tráfico de influencias contra en senador Manuel José Ossandón. Ahí les comunicó que estaba buscando una salida anticipada de su cargo. Aún le quedan tres años como persecutor regional. Entre las razones ha dicho a sus cercanos que no tiene más incentivos para seguir en el puesto y que tampoco quiere ser fiscal nacional.
“Abogado busca trabajo”. Eso decía el perfil de WhatsApp del fiscal regional Metropolitano Oriente, Manuel Guerra, el primer fin de semana de 2021.
Un día antes, el 1 de enero, dio a conocer públicamente que estaba buscando trabajo para dejar el Ministerio Público, luego de 18 años en esa entidad.
“Estimadas y estimados, en esta fecha, junto con desearles un feliz 2021, les informo que he tomado la decisión de comenzar a explorar nuevos horizontes laborales. Debido a lo anterior es que quien sepa de alguna posibilidad laboral no dude en comunicármela, ya que no descarto opciones, sean estas en el ámbito público o privado. Llevo más de 18 años en una institución a la cual quiero y le debo mucho, pero ha llegado el momento de buscar un cambio. Un abrazo fraterno a todas y todos y feliz 2021”, decía el mensaje que comenzó a circular entre abogados y fiscales.
En noviembre de 2015, el entonces fiscal nacional, Sabas Chahuán, lo designó en el puesto y bajo su jurisdicción quedaron los delitos que ocurren en el sector oriente de la capital, zona que concentra el sector socioeconómico ABC1 y es habitual zona de residencia de empresarios y personajes político.
Desde esa fecha se hizo cargo de importante causas, como la investigación que remeció a la política: Penta. En 2018, Guerra rectificó el delito de soborno a los dueños de la empresa -Carlos Délano y Carlos Lavín- y fueron condenados por delitos tributarios a una pena de cuatro años, una multa de $ 857 millones a cada uno y a clases de ética en la Universidad Adolfo Ibáñez.
Un poco antes, en agosto de 2017, Guerra sobreseyó al presidente Sebastián Piñera en el caso Exalmar. Esa vez, dijo que no había delitos respecto de los negocios de Bancard en la compra de acciones a la pesquera peruana.
Hoy, en medio de las investigaciones que está realizando por presunto fraude al fisco en el Congreso y un eventual tráfico de influencias, en contra del senador Manuel José Ossandón, Guerra ha señalado a sus cercanos que está buscando irse de la fiscalía porque quiere hacer algo distinto. Les ha dicho que aún no tiene definido qué, que eso dependerá de las ofertas. Si no las hay, se privatizará.
De acuerdo a las mismas fuentes, tomó esta decisión porque ya lleva muchos años e hizo todo lo que se propuso. Ha transmitido que básicamente no tiene más incentivos y tampoco quiere ser fiscal nacional, porque -según dijo a su círculo- es un cargo muy expuesto y no puede dar instrucciones particulares, pero sí debe responder por las decisiones de subordinados. Además, porque no quiere buscar trabajo en forma oculta y si hay algún conflicto de interés se inhabilitará.
Nuevos horizontes
Consultado por La Tercera ese mismo día, Guerra explicó que “busco comenzar un nuevo periodo en mi vida laboral abordando desafíos distintos”. Agregó que “mientras tanto, yo seguiré cumpliendo mis obligaciones laborales como siempre”.
Según su círculo, Guerra tiene un plan de salida que contempla obtener un puesto en el sector público, pero hay hermetismo respecto a qué cargo aspiraría en la administración estatal. Su decisión obliga al Ministerio Público a pensar en alguien para su reemplazo, ya que el abogado de la Universidad de La República termina formalmente su periodo recién en tres años más.
“Es que no he visto ninguna opción y respecto de quien me pueda reemplazar no he hablado con nadie, porque no me corresponde”, dijo el fiscal regional.
El miércoles de esta semana, el 6 de enero, se reunió con el fiscal nacional Jorge Abbott en las oficinas del Ministerio Público, en calle Catedral, para analizar su salida anticipada. Consultados al respecto, ni Guerra ni la Fiscalía Nacional dieron versión sobre este encuentro.
Claudio Uribe, presidente de la Asociación Nacional de Fiscales, dijo que “el cargo de fiscal regional es de gran poder y de gran responsabilidad. Por lo menos, en el caso de Manuel Guerra le quedan casi tres años en la función, así que me parece que no podemos decir que su decisión obedezca a incertidumbre sobre su futuro laboral”.
Agregó que “en lo personal creo que una función como la de fiscal regional siempre es desafiante y que lo lógico es que si alguien postula a un cargo que dura ocho años, cumpla el periodo respectivo. Se trata, sin embargo, de una decisión personal y no queda más que respetarla”.
Alberto Precht, director ejecutivo de Chile Transparente, aseguró que “creo que es absolutamente natural lo que el fiscal Guerra está haciendo, no encuentro que haya algún problema. En caso que tuviese algún conflicto con algún futuro empleador o un caso que sustancia, existen todas las normas para que se pudiera inhabilitar de esos casos, para que pudiese manifestar el conflicto de interés y esto no existiera, pero creo que es normal que las personas puedan buscar nuevos horizontes laborales. Y no veo que haya una afectación a la probidad o un conflicto de interés propiamente tal”.
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