¿Colaboración o confrontación? La delgada línea que tensiona al rol de la oposición ante la crisis

Cámara de Diputados

Un permanente dilema es el que ha guiado las decisiones de distintos sectores de la centroizquierda para enfrentar las medidas adoptadas por el gobierno en los últimos días. El temor a aparecer como “poco constructivos” versus la convicción de que el Ejecutivo está equivocando el camino hacia “la nueva normalidad” están en la balanza.


“Es difícil encontrar un caso de una oposición más constructiva que la nuestra”. Con esas palabras el senador socialista, José Miguel Insulza, respondió esta mañana a las críticas que el expresidente Ricardo Lagos emitió sobre el rol que ha jugado la centroizquierda en medio de la crisis sanitaria.

El exmandatario sostuvo este lunes que “la oposición no está dando el ancho porque no entiende que este tema (coronavirus) es distinto a discutir cómo vamos a hacer para abordar muchos temas que estaban pendientes antes del virus”.

Ante sus dichos, el exsecretario general de la OEA agregó que “lo encuentro muy lamentable, pero no estoy de acuerdo con él" y subrayó que su sector no ha puesto “ningún obstáculo a proyectos del gobierno en contexto del coronavirus”.

La discusión entre el exjefe de Estado y su otrora ministro del Interior, refleja un dilema que se ha instalado en los últimos días en el sector: el temor a aparecer como “poco constructivos” en medio de una crisis sanitaria y económica, versus la convicción de que el Ejecutivo está equivocando el camino hacia una “nueva normalidad”.

Y es que si bien en distintos sectores de la centroizquierda se coordinaron durante el fin de semana una serie de acciones ante la decisión del Ejecutivo de activar un plan para que los funcionarios públicos volvieran a sus puestos de trabajo -entre ellas, solicitar el pronunciamiento de la Contraloría o convocar a sesiones especiales tanto en la Cámara como en el Senado-, lo cierto es que en la centroizquierda ha rondado la preocupación de no verse demasiado “duros” ante La Moneda.

De hecho, en la oposición recuerdan que en la última encuesta Plaza Pública Cadem un 84% de los encuestados se mostraron favorables ante la pregunta “¿Usted está de de acuerdo o en desacuerdo con que en circunstancias como la actual, los partidos y líderes de la oposición tienen que colaborar y apoyar al gobierno todo lo que sea posible dejando sus críticas para otro momento?”.

Por lo mismo, reconocen en el sector, frente a “la nueva normalidad” que busca instalar el Ejecutivo, a través de un plan gradual para retomar las actividades tanto en el sector privado como público, además del retorno a clases proyectado para mayo, se da por descartado, por ahora, realizar acciones más confrontacionales como las interpelaciones a ciertas autoridades, facultad que tiene la Cámara de Diputados para fiscalizar las acciones de una determinada cartera.

Asimismo, pese a que algunos han deslizado que no está descartado, en la oposición ven poco probable que exista piso político para, por ejemplo, acusar constitucionalmente al ministro de Salud, Jaime Mañalich, a propósito de la polémica por una supuesta donación de ventiladores mecánicos por parte de China, situación en la que el secretario de Estado ha emitido versiones contradictorias. El tema, de hecho, escaló este fin de semana luego de que el embajador de ese país, Xu Bu, sostuviera en entrevista con La Tercera Domingo, que no tenía información alguna al respecto.

“Siempre dentro de las conversaciones internas no descartamos ninguna acción de las cuales tenemos atribuciones y uno de los puntos claves de la oposición es que podemos usar nuestras atribuciones (...) sin embargo, creemos que en este momento lo que corresponde es lo que estamos haciendo hoy, una sesión especial”, sostuvo el jefe de bancada de la DC, Daniel Verdessi.

Posiciones encontradas

Pero en la oposición no hay una sola visión sobre cómo sortear este dilema. Si bien hay figuras como Giorgio Jackson (RD) que han sostenido que “a diferencia de lo que plantea el ex presidente Ricardo Lagos, la oposición no puede renunciar a su rol”, otros como el diputado independiente Pepe Auth señalan que “la oposición no debe actuar también como oposición respecto de la pandemia. Momentos como este exigen suspender cálculos de eventual beneficio político y promover la unidad nacional. Es obligación de todos que al gobierno le vaya bien en esto”.

“Diría que la oposición tiene que ser más proactiva y hacer más propuestas”, sostuvo a su vez el presidente del PPD, Heraldo Muñoz, aunque advirtió que “hay que hacer una salvedad: hay varias oposiciones".

Ese es el mismo análisis que tienen en la Democracia Cristiana, desde donde han transmitido que no se sienten parte de una oposición obstruccionista o que le ha negado “la sal y el agua” al Ejecutivo.

“En nuestro caso, pese a ser críticos por la insuficiencia de las medidas del gobierno, hemos tenido una actitud muy constructiva para aprobar las iniciativas destinadas a enfrentar las consecuencias sociales del COVID-19”, afirmó, en tanto, el presidente del PS, Álvaro Elizalde.

Para el diputado liberal, Vlado Mirosevic, “el problema de la oposición no es el Covid-19, en esto hemos sido colaborativos como debe ser, nuestro problema es anterior: que no tenemos proyecto común entre los dirigentes. El problema son las mezquindades y desconfianzas entre los dirigentes. Pero las bases que se sienten de oposición están muy claras: nos exigen unidad para hacer contrapeso democrático al gobierno de Piñera”.

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