Un complejo "dèjá vu": La larga y enrevesada relación RN-Lavín
Episodios del pasado son recordados por dirigentes de Renovación Nacional para dar cuenta de la distancia con que la colectividad mira una eventual candidatura presidencial del edil. A ello se suman cuestionamientos del partido a cómo se desenvuelve y a que le falta -acusan- que fije posturas en temas de debate nacional.
Ese lunes de mediados de junio de 2001, las colectividades políticas habían inscrito a sus candidatos para participar en las elecciones parlamentarias de diciembre. Las siempre complejas negociaciones entre los partidos parecían superadas, y la entonces Alianza por Chile -desde la oposición- había conseguido armar una lista de candidatos para competirle de manera unida a la Concertación. Pero llegó la noche de ese día y los teléfonos comenzaron a sonar.
"¡Hola! Le habla Joaquín Lavín". La frase grabada comenzaba a ser escuchada en distintos domicilios del país. El mensaje continuaba con la voz del excandidato presidencial de la derecha pidiendo apoyar a las cartas de la UDI por el distrito que correspondiera al llamado. La irritación en RN no tardó y dio cuenta de la tensa relación que, hasta hoy, mantienen desde ese partido con el actual alcalde de Las Condes.
El episodio es recordado hoy por distintos dirigentes RN que, conscientes de que distintas encuestas encumbran a Lavín como una de las figuras políticas mejor evaluadas, aseguran que su nombre estará en la papeleta de las primarias con que el sector definirá a su abanderado presidencial. Pero, dicen, "RN no se olvida de esos episodios del pasado". "Y la historia es lapidaria", añaden.
Lo de las llamadas telefónicas, recuerdan fuentes de ese partido, se repitió luego con las fotos de campaña y con otras actividades propias del período electoral. La figura del dirigente UDI -como ahora- gozaba de una potente popularidad, luego de enfrentarse a Ricardo Lagos en las presidenciales de 1999, pese a haber sido derrotado por estrecho margen. Por ello, su respaldo a las distintas candidaturas de la UDI por sobre las de RN era visto como "una competencia desleal, porque -además- él era el candidato de toda la coalición", cuenta un dirigente. Es más, hay quienes apuntan a ese tipo de "diferencias" para explicar la baja parlamentaria que tuvo RN en esos comicios, mientras que la UDI creció ampliamente en representación parlamentaria.
En ese contexto, un diputado agrega que "cuando Joaquín fue candidato, trató muy mal a la gente de RN". Y añade que "la UDI siempre ha tratado con desprecio a RN".
Esos episodios -dicen en el oficialismo- anticipan que una posible nueva aventura presidencial de Lavín y cómo RN se relacionará con él -durante una eventual primaria y también en caso que el edil triunfe en esa definición- no será algo fácil. De hecho, las mismas fuentes comentan que a Lavín le interesa tener un buen trato con RN, pero que hasta ahora ha tenido pocos acercamientos. Uno de ellos se produjo el 23 de marzo, durante una comida en la casa de Jorge Saint-Jean a la que asistieron algunas figuras de RN.
Vuelta de mano
Otro de los episodios recordado en RN para referirse a la compleja relación que han tenido con Joaquín Lavín se remonta a 2005.
En mayo de ese año, todo parecía listo para que el consejo general del partido, que entonces lideraba Sergio Diez, proclamara al candidato de la UDI, pues -tal como decían dirigentes de esa época- "él era el candidato natural de la Alianza". Pero, soterradamente, comenzó a gestarse una "revolución" entre los consejeros. Sebastián Piñera, extimonel RN y quien se perfilaba como candidato a senador por Santiago, fue ovacionado en la cita, donde las piezas se movieron de tal modo que terminó siendo proclamado como abanderado presidencial, ante la estupefacción de los "samurái" -como se conocía a los estrechos colaboradores lavinistas- Andrés Allamand y Alberto Espina. De hecho, Allamand procuró evitar la "bajada" de Lavín y terminó acusando que los hechos significaban "un torpedo bajo la línea de flotación de la Alianza" y un "misil a la candidatura de Lavín".
Años después, eso sí, el hoy día senador por Santiago se enfrentó con dureza al gremialista. Así, cuando Lavín se definió como "bacheletista-aliancista", Allamand lo acusó de estar "particularmente confundido" y de que, con sus dichos, buscaba perjudicar a Piñera, entonces en la pole position para las presidenciales de 2010. Y en 2013, tras perder las primarias del sector contra el UDI Pablo Longueira, Allamand acusó a Lavín -en un áspero diálogo en la sede gremialista, en calle Suecia- de querer "humillarlo" por haberle pedido que saliera al balcón de la casona junto a Longueira.
Sus pro y contra
Con ese historial a cuestas, la diputada Ximena Ossandón sostiene que "Joaquín tiene una barrera muy alta que pasar: RN ya tiene experiencia con él como candidato, y esa experiencia no fue de las mejores".
Sin embargo, además de la historia de desencuentros en la relación del alcalde con el partido de calle Antonio Varas, distintos dirigentes de RN también cuestionan la forma en que el edil se desenvuelve en la política actual.
Para algunos, por ejemplo, mucho de su actuar se asocia a la pirotecnia" antes que a "las grandes obras o proyectos", y lo acusan de "falta de consistencia" y de "no quemarse". En este sentido, varios son los que cuestionan que no fije postura en temas que actualmente se discuten en el Congreso, como las reformas tributaria y previsional, o la ley de migraciones.
Así lo explica la diputada Camila Flores: "A Joaquín Lavín lo vemos permanentemente con temas que son muy bonitos para la galería, que se muestran muy bien en un matinal de televisión, pero no respecto de los temas coyunturales". En el mismo sentido, la diputada Karin Luck afirma que "es primordial, si quiere ser candidato presidencial, que empiece a opinar y a hacer propuestas". Según otro parlamentario, el edil "va a tener que dejar de ser el alcalde hacedor de cosas de cortito plazo y va a tener que tomar decisiones, hacer propuestas más globales y abordar temas más generales".
En cambio, el diputado Gonzalo Fuenzalida evalúa de manera positiva el actuar de Lavín, pues sostiene que "él es alcalde de Las Condes, no es candidato presidencial, y como alcalde ha enfrentado los problemas que aquejan a la comuna".
Otras fuentes consultadas, en tanto, valoran que "no se politice aún", y destacan su pragmatismo y la transversalidad con que lleva adelante sus propuestas. Esto, dicen, porque, "aunque con 20 años de atraso, su fórmula del bacheletismo-aliancismo es la que está funcionando hoy día".
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