Consuelo Contreras, directora (S) del INDH, sale al paso de las “siete verdades” de Micco: “Me molesta que ponga en duda el trabajo del instituto”
La consejera, que debió asumir como directora subrogante del organismo tras la renuncia del abogado DC, es crítica de la postura que tomó su antecesor. Le rebate y dice que ellos nunca enfrentaron presiones para hacer o decir algo, por lo que pide a Sergio Micco que ponga a disposición de la Fiscalía los antecedentes que tenga en ese sentido.
Consuelo Contreras (IND) lleva nueve años como consejera en el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y ha estado en varias oportunidades a la cabeza del consejo directivo, pero en esta oportunidad dice haber llegado con el objetivo de “reposicionar al instituto en el rol de la institución nacional a cargo de la promoción y defensa de los derechos humanos en el país”. Esto, porque a su juicio, su antecesor, Sergio Micco, no tuvo un buen desempeño.
Su firma estuvo en la carta que un grupo de consejeros envió al saliente director pidiéndole que dejara su cargo. Ahora, como su subrogante, dice que su misión es recomponer las confianzas con las organizaciones de la sociedad civil y con los funcionarios de la entidad. Y acusa que las declaraciones que Micco ha emitido tras presentar su renuncia ponen en tela de juicio el trabajo que se ha hecho.
Venían de un periodo en que el consejo se mostró quebrado y ahora comienza una nueva etapa también con un episodio tenso, dada la salida anticipada de Sergio Micco de la dirección. ¿Pedirle la renuncia fue la mejor forma de comenzar la denominada “nueva era” de la entidad?
Efectivamente Sergio presentó su renuncia indeclinable y fue aceptada por cinco votos a favor y dos abstenciones. Nadie se negó a que saliera. Y a mí no me parece algo dramático, porque normalmente se hacía esto de salir antes. Lo hizo Lorena Fríes, lo hice yo también, con el fin de que el nuevo consejo tenga libertad de acción para elegir y dar el rumbo que se quiera. Estaba esa tradición. Sergio sigue siendo consejero y las sesiones se han llevado en absoluta tranquilidad. Siempre va a haber debate, pero es un debate que está ahí y no hay nada personal.
De todas maneras han sido noticia por divisiones internas y luego de que Micco dejara la dirección dice “he recuperado mi libertad de expresión”. ¿Se siente aludida?
No, para nada y encuentro muy grave y preocupante lo que Sergio señaló en su Twitter. El lunes 1 de agosto que tenemos sesión de consejo yo voy a conversar con él porque creo que es importante que lo que ahí señaló, los antecedentes que expone, los ponga a disposición de los órganos competentes, ante el Ministerio Público, para que se pueda hacer una investigación.
Cuando fue la toma del instituto, se exigía su renuncia como condición para desalojar el local y el consejo por unanimidad planteó que la renuncia no era un tema a discutir. En resguardo de la autonomía, ese era un tema que no estaba en la mesa de discusión, aún cuando teníamos grandes diferencias respecto del enfoque y la forma en que se estaba llevando a cabo el trabajo.
¿Desconoce entonces las presiones políticas que Sergio Micco dice haber enfrentado?
Había un lienzo donde se le pedía la salida, pero aparte de eso yo no vi presiones. En el consejo él nunca dijo que estaba siendo presionado para decir si había o no presos políticos, eso no fue tema, a pesar de que la temática se abordó formalmente al igual que lo referente a los crímenes de lesa humanidad. Ahí se actuó como en todas las materias, sin presiones.
¿Podría tener antecedentes que a ustedes no les llegaron o duda de la información que está compartiendo?
Yo no pongo en duda nada, pero son antecedentes que nosotros no recibimos como consejo y creo que es importante que los entregue, porque efectivamente el INDH es autónomo y no puede actuar por presiones.
Más allá de las diferencias que pueda tener con él. ¿Le molesta la postura que ha tomado?
Sí. Me molesta que esto pueda empañar la credibilidad del instituto, porque yo creo que los defensores y defensoras de derechos humanos tenemos un solo capital, que es la verdad. Cuando decimos aquí se está torturando, es porque se está torturando. Me preocupa y me molesta que ponga en cuestión la veracidad del trabajo del INDH, al decir que dijo cosas porque fue presionado. Yo no vi nada que dijera por presiones. Por otra parte, encuentro lamentable que tenga esta reacción. Entiendo que si estaba molesto, no debería haber renunciado. No entiendo mucho lo que está haciendo.
“Detractores claro que tuvo, pero siempre contó con una mayoría”
Otro de los puntos en que insiste el exdirector es que no existen antecedentes de que el Estado haya tenido una política sistemática de violaciones a los DDHH en el marco del estallido. ¿Lo comparte?
No, ahí hay diferencias de opinión y por lo mismo ese asunto se votó. Para declarar que existen crímenes de lesa humanidad, tienen que darse dos características: que sean actos generalizados y/o que sean sistemáticos. Por los antecedentes que tuvimos, daba -para mí- para pensar que podía haber crimen de lesa humanidad y apoyé abrir una investigación. La cantidad de personas que presentaba daño ocular, por ejemplo, era una situación que dejó dudas. Creo que es una investigación que hay que hacer.
¿Cree que realmente él vivió una “cancelación”, como dijo en entrevista con El Mercurio?
En cualquier elección uno puede tener personas que lo apoyan y detractores. Es parte del juego democrático y de lo esperable en un consejo que es bastante amplio. Detractores claro que tuvo, pero siempre contó con una mayoría, por lo tanto, tenía todas las herramientas.
Eran críticas fundamentadas, a su juicio.
Claro. Creo que en su gestión, siendo abogado, no tuvo los conocimientos en esa materia y ahí pudieron haber errores. Pero la crítica fundamental de la sociedad civil es su falta de empatía con las víctimas.
¿Cómo espera en los tres años que le quedan como consejera hacer el giro respecto de lo que cataloga como una mala gestión?
Empezamos a trabajar inmediatamente en eso. En cuanto llegué me reuní con los jefes de unidad con la idea de continuar el trabajo, porque una cosa son las disputas que se generaron aquí y otra cosa es el trabajo que las oficinas regionales han estado haciendo. La idea es que aquí se acabaron las discusiones que no aportan a la protección y defensa de derechos humanos en el país.
Entregamos el Premio Nacional de Derechos Humanos, estamos analizando cómo ir agilizando las causas judiciales, hay causas que estamos siguiendo en el sur por trata de personas, estamos empezando a poner en curso todo eso. Se necesita una institución fuerte que empiece a trabajar en eso y hay que recuperar la confianza de la sociedad civil.
¿En ese escenario se hace necesario replantear la discusión en torno a la querella por crímenes de lesa humanidad?
El INDH tiene la obligación legal de querellarse si es que hay antecedentes de crímenes de lesa humanidad, por lo tanto, lo que tenemos que hacer ahora es investigar y ver si hay estudios al respecto. No es una puerta que esté cerrada ni que vamos a abrir inmediatamente, porque no es una opinión política, tiene que ver con datos, con estudios, hay que ver cómo avanzan las más de 3.000 causas que se están viendo. Por lo tanto, es algo que puede o no ocurrir.
¿Qué antecedentes pueden hacer variar la determinación que antes tomaron?
Por ejemplo, habría que ver si hay patrones. Ese puede ser uno de los indicaciones y el instituto no lo ha estudiado. Si hay patrones, no es que nosotros digamos “hubo crímenes de lesa humanidad”, lo que tenemos que definir es si hay duda razonable y si es así, hay que presentar antecedentes.
¿Han tenido contacto con la nueva administración?
No hemos tomado contacto directo, pero sí estamos participando en un grupo de trabajo que se está formando por parte de la Segpres y tiene que ver con temas de anticorrupción y probidad en el Estado. Pero no hemos tenido reuniones.
La UDI deslizó que el gobierno tuvo injerencia en la petición de renuncia y Micco aseveró que la nueva administración “no lo quería” ¿Qué le parece?
El consejo es plural. Llevo nueve años de consejera y de verdad que nunca he visto que algún gobierno meta sus manos en el instituto. En eso somos bien celosos de la autonomía institucional.
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