Demandan a U. de Chile por $ 8.429 millones por niña del Manuel de Salas que quedó parapléjica en taller de circo

Luego de que 29 de agosto de 2019 una profesora del taller de circo del Liceo Manuel de Salas, en Ñuñoa, fuera condenada en un juicio abreviado a 41 días de prisión por cuasi delito de lesiones graves gravísimas, declarándola culpable de dejar parapléjica a una niña de 13 años, el 11 de septiembre la familia de la menor demandó civilmente a la Universidad de Chile ante el 26 Juzgado Civil de Santiago. Piden $ 8.429 millones por daño moral y emergente.

¿Por qué a la U. de Chile? De acuerdo al artículo 1 de la Ley 19820, el Manuel de Salas depende “orgánicamente” de esa casa de estudios.

Según explica la demanda presentada por el abogado Alejandro Laura, la situación ocurrió 28 de septiembre de 2017 cuando Andrea Véjar, hoy de 16 años, le dijo a su entonces profesora del taller de circo Tamara Ortiz que quería hacer un truco y le mostró el video en Youtube. De acuerdo a la acción civil, Ortiz le dijo a la niña que no conocía esa maniobra, pero que la hiciera de todas maneras.

La niña de 13 años, en ese momento, se subió a la tela y al poner dos nudos de seguridad, falló. Todo era filmado por una de sus amigas. Al volver a subir, se sintió insegura y le preguntó a la profesora si era necesario hacer dos nudos de seguridad, ante lo que ella le respondió: “no, solo uno”.

Ante la arriesgada maniobra en altura, la estudiante pidió una colchoneta y Ortiz le dijo que no, porque podía faltarle espacio para la caída. “Su compañeras (...) le insistieron con la pregunta a la profesora, en el sentido de si ponían el colchonetón para Andrea, pero la profesora reiteró la misma respuesta negativa, ya que le iba a faltar espacio para la caída (...) Desde arriba, le dijo a la profesora que no sabía qué hacer, a lo que ésta última le respondió ‘yo tampoco`, se río y le dijo `tírate`”, dice la demanda.

Según relatan sus padres en el documento, cuando su hija “empezó a bajar de la tela, se cayó de cabeza desde una altura aproximada de 5 a 4 metros, haciéndolo sobre una colchoneta de 5 centímetros de grosor, la que, como era previsible, no pudo amortiguar el impacto, golpeándose contra el suelo en la región cérvico dorsal, produciéndose una fractura o rotura de su columna vertebral en el mismo instante y a consecuencia de la caída”.

Justo después de caer dejó de sentir sus piernas y quedó “con secuelas graves-gravísimas, persistiendo su estado de paraplejia grado Asia A (...) sin que sienta el cuerpo desde el ombligo hacia abajo (...) siendo, con el actual avance de la medicina, imposible que vuelva a caminar por sus propios medios, ni a sentir desde el nivel de su lesión T86 hacia abajo”.

La acción civil asegura que cuando la profesora fue condenada por el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago como autora de lesiones graves gravísimas, “reconoció su responsabilidad en los hechos contenidos en el requerimiento del Ministerio Público”.

En este contexto, se demandó a la Universidad de Chile por su responsabilidad por el hecho propio, como por su responsabilidad por el hecho ajeno. La responsabilidad por el hecho propio se funda en que la casa de estudios no usó el cuidado debido en la organización de una actividad riesgosa, como lo demuestra el hecho que la rama del taller de circo se ejecutara sin medida de contención de los riesgos asociados a la actividad. Y la responsabilidad por el hecho ajeno se refiere a que no se supervisó la forma cómo la profesora impartía el taller de circo.

La demanda ya fue notificada a la Universidad de Chile, la que interpuso excepciones dilatorias. Según ellos, la acción civil no sería procedente porque se demandó conjuntamente responsabilidad por el hecho propio y ajeno.

Desde el plantel señalaron que “la Universidad estará siempre disposición de la familia y atenderá lo que resuelvan los tribunales de justicia y colaborará con el juicio que está en pleno desarrollo.”