“Echando leña al fuego”: Kremlin acusa a Biden de escalar conflicto ucraniano luego de autorizar uso de misiles
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, en tanto, asegura que el uso de armas contra suelo ruso “hablará por sí solo”.
Cuando restan solo dos meses para que abandone la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Joe Biden, tomó este domingo una decisión que se venía esperando hacía meses en Kiev: la de permitir al Ejército ucraniano el uso de misiles de larga distancia fabricados en Estados Unidos al interior del territorio ruso.
Esto, en medio de la incursión en la región rusa de Kursk que el Ejército ucraniano lleva meses realizando y justo cuando este martes se cumplen los 1.000 días desde que Moscú lanzara la invasión a Ucrania. Con el fin de penetrar aun más en el territorio ruso, y como respuesta a la incursión de soldados norcoreanos en la misma región, distintos medios norteamericanos dieron por segura la autorización de Biden, sin que de momento lo confirmen desde la Casa Blanca.
Quien sí ya confirmó la noticia fue uno de los principales beneficiados, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que indicó que los misiles “hablarán por sí solos”. El armamento que Estados Unidos autorizó esta vez, los ATACMS (Army Tactical Missile System), son misiles balísticos de largo alcance, capaces de golpear hasta 300 kilómetros de distancia.
Esta autorización es un gran cambio en la política exterior de Estados Unidos, ya que hasta ahora Biden y su administración se habían mantenido dentro de ciertos límites para evitar una escalada en el conflicto. Sin embargo, viendo la posibilidad de que el presidente electo Donald Trump no apoye con tanta fuerza a Ucrania como lo viene haciendo Washington, el mandatario demócrata habría acelerado la decisión.
En una primera instancia, en mayo, Biden también había autorizado a Ucrania el uso de HIMARS (High Mobility Artillery Rocket System), misiles con un alcance de cerca de 70 kilómetros. Esto, con la intención de ayudar al Ejército a defender la región de Kharkiv. El nuevo alcance, de 300 kilómetros, permitiría a los soldados ucranianos mantener sus posiciones en Kursk.
Al respecto, el presidente Zelensky anunció en un mensaje para la televisión ucraniana: “Los bombardeos no se llevan a cabo con ayuda de las palabras. Cosas como esta no se anuncian. Los misiles hablarán por sí solos”.
En un tuit, el mismo presidente indicó: “Todavía no hemos recibido todos los sistemas necesarios de nuestros aliados, pero seguimos trabajando para lograr ese objetivo. Una vez que estos sistemas estén implementados, nuestra capacidad para repeler ataques será mucho más fuerte”.
“Una cosa más: el plan para fortalecer Ucrania es el Plan de Victoria que presenté a nuestros socios. Uno de sus elementos clave es dotar a nuestro Ejército de capacidades de largo alcance”, aseguró Zelensky en el mensaje.
De momento, el presidente ruso, Vladimir Putin, no ha hecho declaraciones directas al respecto, pero su portavoz Dmitry Peskov aseguró a los periodistas que la decisión de Washington “significa un entero nuevo espiral de tensión, y una nueva situación en relación con el involucramiento de Estados Unidos en el conflicto”.
Asimismo, Peskov acusó al gobierno de Biden de “echar leña al fuego y continuar acumulando tensión alrededor de este conflicto”. Al respecto, Putin ya había hablado en septiembre, señalando que si se autorizaba el uso de misiles de larga distancia a Ucrania, Moscú lo vería como una “participación directa” de países de la OTAN en la guerra.
“Esto podría significar que los países de la OTAN estarían peleando con Rusia”, agregó Putin. Un mes después, el mismo líder anunció cambios en la doctrina nuclear rusa, o sea, el documento que indica las condiciones bajo las cuales Moscú podría decidirse a usar armas nucleares.
Al respecto, el diario gubernamental ruso Rossiyskaya Gazeta Indicó en un editorial: “El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden... ha tomado una de las decisiones más provocativas y no calculadas de su administración, que corre el riesgo de tener consecuencias catastróficas”.
El diputado ruso Leonid Slutsky, jefe del Partido Liberal-Demócrata pro-Kremlin, predijo que la decisión “conduciría inevitablemente a una grave escalada, amenazando con graves consecuencias”. En el mismo tono, el senador ruso Vladimir Dzhabarov lo calificó como “un paso sin precedentes hacia la Tercera Guerra Mundial”.
El periodista británico Nick Paton Walsh comentó para CNN la decisión de Biden: “Sigue un patrón familiar: la Casa Blanca se niega durante meses a otorgar armas a Ucrania, temiendo que sea algo que escale el conflicto. Luego, Kiev acusa en voz alta este rechazo, y ahí, justo cuando la solicitud parece quedar ‘estacionada’, el gobierno de Biden la aprueba”. Según el experto en seguridad internacional, eso mismo pasó con los HIMARS, los tanques Abrams y los F-16, siendo entregados siempre “cuando ya es demasiado tarde”.
El analista indica que todo esto tiene que ver con la respuesta al régimen de Kim Jong Un. “Los funcionarios occidentales han señalado que el despliegue de Corea del Norte representa la expansión del conflicto de Ucrania y se está convirtiendo en algo en lo que los adversarios de Estados Unidos en el Indo-Pacífico ahora tienen un papel; que ha hecho que la guerra sea un poco más global para Estados Unidos. A los ojos de Biden, esto es una escalada, en respuesta a una escalada”. Indicó Paton Walsh.
En tanto, analistas de Reuters aseguraron que, probablemente, el permiso norteamericano al uso de misiles de larga distancia habría llegado tarde. “Si bien el cambio puede apuntalar la operación de Kursk, es poco probable que cambie las reglas del juego en general”, indicó un análisis de la agencia.
“La decisión llega tarde y, al igual que otras decisiones en este sentido, puede que sea demasiado tarde para cambiar sustancialmente el curso de los combates”, dijo Michael Kofman, miembro del Carnegie Endowment for International Peace en Washington. “Los ataques de largo alcance siempre fueron una pieza del rompecabezas y estaban demasiado cargados de expectativas en esta guerra”, comentó.
Pese a ello, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Washington, reveló un mapa en el que se enumeran todos los posibles objetivos que Ucrania podría atacar con los nuevos misiles.
Según el ISW, al menos 245 objetos militares y paramilitares rusos conocidos están dentro del alcance de los ATACMS ucranianos, concretamente de su variante de 300 kilómetros. De los 245, hay 16 aeródromos, de los que Rusia ha desplazado casi todas sus aeronaves. Si las restricciones se levantan solo para la región de Kursk, Kiev tendrá allí 15 objetos conocidos, según la investigación geolocalizada del think tank.
A finales de agosto, también había al menos 11 emplazamientos conocidos como “uso militar del suelo” ruso, es decir, zonas designadas para fines de entrenamiento y pruebas militares. Pero esta lista puede ser mucho mayor con el despliegue de personal norcoreano y los esfuerzos de Moscú por expulsar a las tropas ucranianas de la región de Kursk, detalla Euronews.
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