Ivan França Junior, médico salubrista brasileño: “Podemos llegar a más de 110 mil muertos por el Covid-19”

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(Foto. Reuters) Imagen de un entierro colectivo de personas que fallecieron de Covid-19 en el cementerio Parque Taruma, en Manaos, el jueves.

En entrevista con La Tercera, el profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo dice que “es difícil saber por qué Jair Bolsonaro no respeta” las medidas de aislamiento social. “Creo que el Presidente pone a la salud y la economía en oposición”, señala.


En una columna publicada el pasado 27 de marzo en el diario Folha de S. Paulo, junto a su colega Ricardo Rodrigues Teixeira, el médico salubrista y profesor de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Sao Paulo, Ivan França Junior, llamó a “ampliar la movilización por el autoconfinamiento para proteger a las poblaciones más vulnerables” en el marco de la pandemia de Covid-19. Y es que juicio del académico, “incentivar el aislamiento social significa valorar la vida, la salud y el respeto”.

Si bien un reciente sondeo divulgado por Datafolha reveló que el 76% de los brasileños aprueba el aislamiento para detener los contagios por coronavirus, el Presidente de ese país, Jair Bolsonaro, volvió a ignorar el domingo pasado las recomendaciones de distanciamiento social al arengar a manifestantes que, rompiendo la cuarentena, se congregaron en las afueras del Cuartel General del Ejército en Brasilia. “Es difícil saber por qué Bolsonaro no lo respeta”, dice Ivan França Junior a La Tercera, más aún en momentos en que Brasil ya suma más de 51.000 casos confirmados de Covid-19 y los decesos registrados se empinan sobre los 3.400.

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(Foto: Reuters) Un trabajador desinfecta las calles de la favela de Vidigal, en Río de Janeiro, luego del brote de coronavirus.

Usted dijo al diario The Guardian que, si Bolsonaro continúa alentando a la sociedad a sabotear la distancia social del coronavirus, Brasil vivirá "días dolorosos". ¿Se refería a un aumento en el número de muertes?

Como publicamos en Folha de S. Paulo, debemos combinar la distancia social con pruebas agresivas y sostenidas. El Presidente o cualquier otro que sabotee o no sustente el distanciamiento físico, con políticas económicas y sociales, nos conducirá a desastres. La experiencia internacional muestra esto, gobernantes como el alcalde de Milán, que descuidó el distanciamiento, aumentaron los casos y las muertes. Helen Ward (profesora de salud pública en el Imperial College de Londres) dijo lo mismo sobre Boris Johnson (en una columna publicada en The Guardian).

¿Existe una proyección sobre la cifra de eventuales decesos?

Varios grupos académicos han intentado hacer estas proyecciones. Me gusta el modelo de colegas de la Universidad de Sao Paulo, porque permite simular escenarios. Podemos llegar a más de 110 mil muertos. Todas las proyecciones dependen de cuántos casos están siendo generados (que llamamos R0, número básico de reproducción), información no disponible. Los colegas de la Facultad de Salud Pública publicaron una estimación de que nuestro R0 está en 0,9, lo que indica la efectividad del distanciamiento actual en el control de la epidemia. El R0 depende de los contactos humanos directos y su reducción es el objetivo del distanciamiento físico. Desafortunadamente, no estoy seguro de esta estimación, ya que se basa en datos existentes que están claramente subestimados.

¿Cómo se explica que Bolsonaro no respete las medidas de aislamiento social?

Primero, uso la expresión distanciamiento físico por ser técnicamente más correcto. Ya no uso el término distanciamiento social, recomendado por la OMS, ya que entendemos que nuestra conectividad social cambió, pero no desapareció. El aislamiento es un término reservado para aquellas personas que están infectadas/enfermas de males transmisibles. Es difícil saber por qué Bolsonaro no lo respeta. Individualmente, repito lo que Ruy Castro, escritor y columnista de Folha de S. Paulo, meditó: "La prueba de Jair Bolsonaro para el Covid-19 dio un resultado positivo el 12 de marzo. Positivo, pero asintomático. Significa que contrajo el coronavirus, pero este no lo afectó y, 15 días después, estaba teóricamente inmunizado. Los otros dos exámenes a los que se sometió confirmaron el resultado. Esto explicaría que Bolsonaro pueda sacudirse a voluntad (…) sabe que no contaminará ni será contaminado".

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(Foto: Reuters) Un hombre de Sao Paulo posa junto a la puerta de su casa donde escribió un mensaje como tributo y protesta por la muerte de su madre a raíz del coronavirus.

¿Cuánto influye esto en el comportamiento de los brasileños?

Desde el punto de vista más amplio, creo que el Presidente pone a la salud y la economía en oposición. Desde un punto de vista inmediato, puede parecer cierto. Pero vemos que China, que ha tomado la política más dura de distanciamiento, ya está reanudando la actividad económica. China logró interrumpir la transmisión doméstica. Corea del Sur, que hizo un testeo agresivo, consiguió hacer poco distanciamiento y mantener funcionando la economía. Corea del Sur logró aplanar su curva. Por esta razón, defendemos la combinación de las dos estrategias para Brasil. A mediano y largo plazo, la salud y la economía están interconectadas. Si descuidamos la salud, el impacto en la economía será grande.

¿Cuál es su evaluación del trabajo del ahora exministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, en esta crisis causada por el coronavirus?

Creo que la gestión del ministro tuvo algunas virtudes y también problemas. Como mencioné, creemos que Brasil debería haber combinado el distanciamiento social con pruebas agresivas y sostenidas. La principal virtud fue la de estimular el distanciamiento social. Desafortunadamente, él no tuvo apoyo para su principal enfoque. El gran problema fue no haber sido capaz de garantizar pruebas para Brasil. Hoy Brasil, entre los 11 países con la mayor mortalidad, es el que menos testea (1.373 por millón). En América del Sur, solo Bolivia, Guyana, Surinam, Argentina y Paraguay testearon menos que Brasil.

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(Foto: Reuters) Una mujer posa para una foto junto a la estatua del escritor brasileño Carlos Drummond de Andrade en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro.

¿Cómo ha respondido la infraestructura sanitaria brasileña a esta crisis? ¿Existe el riesgo de colapso?

La infraestructura del Sistema Único de Salud (SUS) se ha debilitado en los últimos años. La vigilancia epidemiológica ha sufrido una disminución en su fuerza laboral y de recursos financieros. El número de camas de hospital ha disminuido y las camas de UTI han crecido por debajo de lo necesario. El riesgo, entendido como probabilidad, es elevado. Ya la semana pasada hubo un colapso de la atención de la UTI en Manaos y hay una ocupación creciente de las UTI en la ciudad de Sao Paulo.

¿Cuándo se espera el peak de contagios en Brasil?

Si todo va bien (mantenemos el distanciamiento físico combinado con pruebas agresivas para disminuir los casos nuevos), creo que será en mayo. Pero es una creencia poco fundamentada en datos. Pero esta epidemia es muy dinámica y cada día aparecen novedades. Las previsiones tienen una gran posibilidad de ser desmentidas. En esta epidemia, tenemos que profundizar la vigilancia y el apoyo a las personas y empresas que respalden el distanciamiento físico.

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